/ miércoles 9 de octubre de 2024

200 años de México

Por Alex Batista

Vivimos dos acontecimientos históricos: La semana pasada tomo protesta la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum; y mañana hace 200 años, tomó posesión el primer presidente de México, Guadalupe Victoria.


Ante la abdicación de Agustín de Iturbide como emperador, se declaró inexistente el Imperio Mexicano. Posteriormente, en el Congreso surgió la primera Constitución de México que se proclamó el 4 de octubre de 1824.

A pocos días después de esto, Guadalupe Victoria fue elegido primer presidente de México, quien tomó posesión del cargo presidencial el 10 de octubre de 1824.

Así, México pasó de ser una monarquía a una república federal, en base a una vida constitucional, que consolidaba a México para siempre como un país libre e independiente.


José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, fue un insurgente y un humilde servidor a la nación. Una persona que defendía con convicción la división de poderes para evitar que el control absoluto recayera en una sola persona, con el riesgo de que eventualmente pudiera corromperse.

El “Benemérito de la Patria”, es destacado por distintas razones. Por un lado, fue el fundador de lo que hoy conocemos como la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por otro, como uno de los primeros mandatarios en abolir la esclavitud.

Un gran patriota que durante su discurso de toma de posesión, manifestó con firmeza su compromiso con la nación:

“Estoy consciente de que la nave del Estado ha de surcar un mar tempestuoso y difícil; que la vigilancia y las fuerzas del piloto no alcanzan a contener el ímpetu de los vientos; que existen averías en el casco y el norte es desconocido...

Mi limitación e inexperiencia habrán de producir errores y desaciertos que nunca, nunca serán efecto de la voluntad. Yo imploro, pues, su indulgencia...

Peligros no faltan, complicadas son las circunstancias y sólo el poder del Regulador de los destinos, la ciencia y la previsión de los representantes del pueblo, conducirán esta nave al puerto de la felicidad.

Estos son, Señor, los votos de mi corazón: estos son mis principios. ¡Que tenga que perecer mil veces si mis promesas fueran desmentidas, o burlada la esperanza de la Patria!”.


El ejemplo de vida de Guadalupe Victoria, trasciende en la historia como el de un auténtico patriota, que más allá de sus propios intereses, buscaba siempre un bien mayor, un bien común que lo sobrepasaba a él mismo.

Un luchador social que con su vida, nos invita a recordar lo bien mencionado por la primera presidenta de México en su discurso de toma de protesta: “Nos une historia y nos une compromiso”.


Guadalupe Victoria asumió la primera presidencia de México con profundo amor y humildad por su patria. Por ello, en honor a su memoria y de aquellos héroes, debemos mantener siempre presente el principio que debe unirnos a todas y todos: la Patria es Primero.

Por Alex Batista

Vivimos dos acontecimientos históricos: La semana pasada tomo protesta la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum; y mañana hace 200 años, tomó posesión el primer presidente de México, Guadalupe Victoria.


Ante la abdicación de Agustín de Iturbide como emperador, se declaró inexistente el Imperio Mexicano. Posteriormente, en el Congreso surgió la primera Constitución de México que se proclamó el 4 de octubre de 1824.

A pocos días después de esto, Guadalupe Victoria fue elegido primer presidente de México, quien tomó posesión del cargo presidencial el 10 de octubre de 1824.

Así, México pasó de ser una monarquía a una república federal, en base a una vida constitucional, que consolidaba a México para siempre como un país libre e independiente.


José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, fue un insurgente y un humilde servidor a la nación. Una persona que defendía con convicción la división de poderes para evitar que el control absoluto recayera en una sola persona, con el riesgo de que eventualmente pudiera corromperse.

El “Benemérito de la Patria”, es destacado por distintas razones. Por un lado, fue el fundador de lo que hoy conocemos como la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por otro, como uno de los primeros mandatarios en abolir la esclavitud.

Un gran patriota que durante su discurso de toma de posesión, manifestó con firmeza su compromiso con la nación:

“Estoy consciente de que la nave del Estado ha de surcar un mar tempestuoso y difícil; que la vigilancia y las fuerzas del piloto no alcanzan a contener el ímpetu de los vientos; que existen averías en el casco y el norte es desconocido...

Mi limitación e inexperiencia habrán de producir errores y desaciertos que nunca, nunca serán efecto de la voluntad. Yo imploro, pues, su indulgencia...

Peligros no faltan, complicadas son las circunstancias y sólo el poder del Regulador de los destinos, la ciencia y la previsión de los representantes del pueblo, conducirán esta nave al puerto de la felicidad.

Estos son, Señor, los votos de mi corazón: estos son mis principios. ¡Que tenga que perecer mil veces si mis promesas fueran desmentidas, o burlada la esperanza de la Patria!”.


El ejemplo de vida de Guadalupe Victoria, trasciende en la historia como el de un auténtico patriota, que más allá de sus propios intereses, buscaba siempre un bien mayor, un bien común que lo sobrepasaba a él mismo.

Un luchador social que con su vida, nos invita a recordar lo bien mencionado por la primera presidenta de México en su discurso de toma de protesta: “Nos une historia y nos une compromiso”.


Guadalupe Victoria asumió la primera presidencia de México con profundo amor y humildad por su patria. Por ello, en honor a su memoria y de aquellos héroes, debemos mantener siempre presente el principio que debe unirnos a todas y todos: la Patria es Primero.