/ miércoles 7 de agosto de 2024

¡Adiós a los caballos en las calandrias!

Las calandrias son carruajes típicos del ayuntamiento tapatío, los cuales son jalados por caballos que ofrecen paseos turísticos. Son denominadas así cuando este tipo de carros eran un transporte ordinario de la población y para distinguirlo del transporte público y el transporte privado, las autoridades municipales decidieron que los carros de servicio público estuvieran pintados de colores negro y amarillo, como los pájaros calandrias, de ahí su denominación.

El cronista Juan José Doñan, señala que existen registros fotográficos de que las calandrias tienen alrededor de un siglo de operar en la capital de Jalisco.

Son los tiempos de la vigencia de los derechos humanos, pero también son los tiempos del bienestar animal.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, consideran a la cultura y al patrimonio cultural inmaterial como un derecho humano, pero, aunque no es vinculante existe la Declaración Universal de los animales, que de forma expresa protege a los animales.

Esta Declaración establece principios de bienestar animal como lo son el respeto a la vida, dignidad de trato animal, garantía de protección al bienestar animal, reconocimiento de los animales como seres sintientes, cultura responsable del cuidado a los animales, respeto a vivir en su ambiente natural, trato respetuoso al cadáver animal.

Ante esta perspectiva de protección a los animales el ayuntamiento de Guadalajara ha prohibido que las calandrias sean jaladas por caballos y que ahora estas sean eléctricas.

Existen cincuenta y cinco calandrias en el Centro Histórico de las cuales dieciséis son eléctricas y las treinta y nueve restantes operan con tracción animal.

Este tipo de transporte tradicional de Jalisco ya había sido declarado e inventariado como Patrimonio Cultural Inmaterial, a pesar de que existe una prohibición reglamentaria expresa de usar las calandrias tiradas por animales.

Existe la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, la cual define al “patrimonio cultural inmaterial” como usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que son inherentes a las comunidades a los grupos que se transmite de generación en generación.

Con estas acciones Guadalajara llega a ser ejemplo de protección a los caballos que tiran carruajes con fines turísticos ya que es evidente el sufrimiento que en muchos casos estos animales pasan.

Es obligación de las autoridades salvaguardar el patrimonio cultural mediante acciones encaminadas a garantizar su viabilidad, pero también garantizar y proteger el bienestar animal.

Las acciones y medidas para garantizar la permanencia del patrimonio cultural inmaterial jalisciense se preserva y protege por medio de la Ley de Patrimonio Cultural y su Reglamento.

La inmaterialidad de la cultura de las calandrias en Guadalajara continúa ya que existe formalmente su registro y su preservación será mediante acciones de preservación, protección, promoción, valorización y continuidad que se trasmitirá de generación en generación hoy con una experiencia práctica mediante tiro eléctrico.

Las calandrias eléctricas continuarán siendo patrimonio cultural inmaterial ya que su diseño, representatividad, singularidad, autenticidad histórica, se prolongan en el tiempo.

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!


Las calandrias son carruajes típicos del ayuntamiento tapatío, los cuales son jalados por caballos que ofrecen paseos turísticos. Son denominadas así cuando este tipo de carros eran un transporte ordinario de la población y para distinguirlo del transporte público y el transporte privado, las autoridades municipales decidieron que los carros de servicio público estuvieran pintados de colores negro y amarillo, como los pájaros calandrias, de ahí su denominación.

El cronista Juan José Doñan, señala que existen registros fotográficos de que las calandrias tienen alrededor de un siglo de operar en la capital de Jalisco.

Son los tiempos de la vigencia de los derechos humanos, pero también son los tiempos del bienestar animal.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, consideran a la cultura y al patrimonio cultural inmaterial como un derecho humano, pero, aunque no es vinculante existe la Declaración Universal de los animales, que de forma expresa protege a los animales.

Esta Declaración establece principios de bienestar animal como lo son el respeto a la vida, dignidad de trato animal, garantía de protección al bienestar animal, reconocimiento de los animales como seres sintientes, cultura responsable del cuidado a los animales, respeto a vivir en su ambiente natural, trato respetuoso al cadáver animal.

Ante esta perspectiva de protección a los animales el ayuntamiento de Guadalajara ha prohibido que las calandrias sean jaladas por caballos y que ahora estas sean eléctricas.

Existen cincuenta y cinco calandrias en el Centro Histórico de las cuales dieciséis son eléctricas y las treinta y nueve restantes operan con tracción animal.

Este tipo de transporte tradicional de Jalisco ya había sido declarado e inventariado como Patrimonio Cultural Inmaterial, a pesar de que existe una prohibición reglamentaria expresa de usar las calandrias tiradas por animales.

Existe la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, la cual define al “patrimonio cultural inmaterial” como usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que son inherentes a las comunidades a los grupos que se transmite de generación en generación.

Con estas acciones Guadalajara llega a ser ejemplo de protección a los caballos que tiran carruajes con fines turísticos ya que es evidente el sufrimiento que en muchos casos estos animales pasan.

Es obligación de las autoridades salvaguardar el patrimonio cultural mediante acciones encaminadas a garantizar su viabilidad, pero también garantizar y proteger el bienestar animal.

Las acciones y medidas para garantizar la permanencia del patrimonio cultural inmaterial jalisciense se preserva y protege por medio de la Ley de Patrimonio Cultural y su Reglamento.

La inmaterialidad de la cultura de las calandrias en Guadalajara continúa ya que existe formalmente su registro y su preservación será mediante acciones de preservación, protección, promoción, valorización y continuidad que se trasmitirá de generación en generación hoy con una experiencia práctica mediante tiro eléctrico.

Las calandrias eléctricas continuarán siendo patrimonio cultural inmaterial ya que su diseño, representatividad, singularidad, autenticidad histórica, se prolongan en el tiempo.

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!