/ sábado 7 de septiembre de 2024

Alain Delon, referente del mejor cine: In memoriam

Si bien Alain Delon (Sceaux, a las afueras de París, 1935-Douchy-Montcorbon, 2024) debutó con el director Yves Allégret en 1957, su primer papel principal fue con Pierre Gaspard-Huit, en la muy taquillera cinta Amoríos, de 1958, compartiendo créditos con su desde entonces pareja, por algunos años, la alemana Romy Schneider. Ya una figura en 1960, protagonizaría casi al hilo dos grandes clásicos que acabarían de consolidar su reputación internacional: A pleno sol, de René Clément (a partir del best seller El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith, y Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti.

Sucesor de Gérard Philipe y Jean Marais, a escasos veintitantos años, muchos incluso llegaron a compararlo con el mítico James Dean. Su debut en el teatro, de por esos mismos años, fue con la obra Lástima que sea una prostituta, del notable poeta y dramaturgo inglés del renacimiento John Ford, con la misma Romy Schneider, en París, y bajo la dirección de su gran maestro ––desde Rocco–– Visconti. Después de la comedia política sin pena ni gloria ¡Qué alegría vivir!, otra vez con Clément, volvió a la ruta del éxito con Amores célebres, con un reparto de primera, al lado de Brigitte Bardot. Otro hito en su carrea fue el también ya citado El eclipse, bajo la batuta del gran Antonioni, con la no menos hermosa actriz italiana Monica Vitti, seguida del gran éxito El diablo y los diez mandamientos, junto a Danielle Darrieux.

Un nuevo contrato con MGM traería ese otro gran hito de la cinematografía mundial, El gatopardo, de 1963, otra vez con su dilecto maestro Visconti. Si bien el coprotagónico Gabin estaba destinado a Jean-Louis Trintignant, se sabe que Delon presionó para obtener el personaje, en un competido mundo en el que él mismo decía que no se puede andar con medias tintas, porque está hecho para los intrépidos, incluido el conocido desde entonces como “método Delon”, porque el actor tomó cartas en el asunto paara contribuir a la distribución de la cinta en otros mercados más distantes. La verdad es que Visconti también terminaría por equilibrar la balanza a su favor, lo que le agradecería de por vida. El trío conformado con Burt Lancaster y Claudia Cardinale fue muy afortunado. En 1964, la Cinémathèque Française realizó una muestra de sus películas y Delon fundó la productora Delbeau Production, junto a Georges Beaume. Convertido desde entonces en un auténtico latin lover en Hollywood, desde entonces se propuso hacer una película en Estados Unidos y otras en Europa cada año, si bien so siempre lo consiguió.

Después de seis películas en Hollywood, volvió a Francia para protagonizar Tres aventureros, junto a Lino Ventura. Fue una de las películas más exitosas de su filmografía, aunque pasó desapercibida en Estados Unidos. Entre sus proyectos estuvo volver con Visconti para rodar El extranjero, a partir de la famosa novela homónima del gran Albert Camus, pero por desgracia no se concretó. En cambio rodó El silencio de un hombre, Le Samouraï en su original en francés, con Jean-Pierre Melville, otro clásico y gran referente cinematográfico de la época. Entre éxitos y fracasos, aciertos y tropiezos, el ya mito Delon volvio a los primeros planos, en los noventas, al trabajar con el no menos grande Jean-Luc Godard, para protagonizar Nouvelle Vague, en la que interpreta a gemelos. De finales de esa misma década fue su última no menos especial participación en Uno de dos, de Patrice Leconte, después de lo cual anunció su retiro. En la edición del 2019 del Festival Internacional de Cannes recibió la Palma de Oro a su trayectoria y el festival organizó ese año una retrospectiva de su carrera. ¡Descanse en paz!


Si bien Alain Delon (Sceaux, a las afueras de París, 1935-Douchy-Montcorbon, 2024) debutó con el director Yves Allégret en 1957, su primer papel principal fue con Pierre Gaspard-Huit, en la muy taquillera cinta Amoríos, de 1958, compartiendo créditos con su desde entonces pareja, por algunos años, la alemana Romy Schneider. Ya una figura en 1960, protagonizaría casi al hilo dos grandes clásicos que acabarían de consolidar su reputación internacional: A pleno sol, de René Clément (a partir del best seller El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith, y Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti.

Sucesor de Gérard Philipe y Jean Marais, a escasos veintitantos años, muchos incluso llegaron a compararlo con el mítico James Dean. Su debut en el teatro, de por esos mismos años, fue con la obra Lástima que sea una prostituta, del notable poeta y dramaturgo inglés del renacimiento John Ford, con la misma Romy Schneider, en París, y bajo la dirección de su gran maestro ––desde Rocco–– Visconti. Después de la comedia política sin pena ni gloria ¡Qué alegría vivir!, otra vez con Clément, volvió a la ruta del éxito con Amores célebres, con un reparto de primera, al lado de Brigitte Bardot. Otro hito en su carrea fue el también ya citado El eclipse, bajo la batuta del gran Antonioni, con la no menos hermosa actriz italiana Monica Vitti, seguida del gran éxito El diablo y los diez mandamientos, junto a Danielle Darrieux.

Un nuevo contrato con MGM traería ese otro gran hito de la cinematografía mundial, El gatopardo, de 1963, otra vez con su dilecto maestro Visconti. Si bien el coprotagónico Gabin estaba destinado a Jean-Louis Trintignant, se sabe que Delon presionó para obtener el personaje, en un competido mundo en el que él mismo decía que no se puede andar con medias tintas, porque está hecho para los intrépidos, incluido el conocido desde entonces como “método Delon”, porque el actor tomó cartas en el asunto paara contribuir a la distribución de la cinta en otros mercados más distantes. La verdad es que Visconti también terminaría por equilibrar la balanza a su favor, lo que le agradecería de por vida. El trío conformado con Burt Lancaster y Claudia Cardinale fue muy afortunado. En 1964, la Cinémathèque Française realizó una muestra de sus películas y Delon fundó la productora Delbeau Production, junto a Georges Beaume. Convertido desde entonces en un auténtico latin lover en Hollywood, desde entonces se propuso hacer una película en Estados Unidos y otras en Europa cada año, si bien so siempre lo consiguió.

Después de seis películas en Hollywood, volvió a Francia para protagonizar Tres aventureros, junto a Lino Ventura. Fue una de las películas más exitosas de su filmografía, aunque pasó desapercibida en Estados Unidos. Entre sus proyectos estuvo volver con Visconti para rodar El extranjero, a partir de la famosa novela homónima del gran Albert Camus, pero por desgracia no se concretó. En cambio rodó El silencio de un hombre, Le Samouraï en su original en francés, con Jean-Pierre Melville, otro clásico y gran referente cinematográfico de la época. Entre éxitos y fracasos, aciertos y tropiezos, el ya mito Delon volvio a los primeros planos, en los noventas, al trabajar con el no menos grande Jean-Luc Godard, para protagonizar Nouvelle Vague, en la que interpreta a gemelos. De finales de esa misma década fue su última no menos especial participación en Uno de dos, de Patrice Leconte, después de lo cual anunció su retiro. En la edición del 2019 del Festival Internacional de Cannes recibió la Palma de Oro a su trayectoria y el festival organizó ese año una retrospectiva de su carrera. ¡Descanse en paz!