La llegada de la nueva presidenta de México, la señora Sheinbaum, ha empeorado la inseguridad en el país, hasta hoy tenemos varios estados prácticamente en estado de guerra, con atrocidades de asesinatos de forma como si fueran animales. Grave está el asunto.
La carretera de Durango a Mazatlán está cerrada desde hace ya más de dos semanas, porque los narco o malillas tomaron el túnel Solidaridad, el más largo del país, de 2.8 kilómetros, y no están permitiendo el paso, con automóviles quemados y gente despojada de sus vehículos y pertenencias, así que ya no está circulando la gente.
El asesinato del presidente de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, Alejandro Arcos, quien tenía sólo una semana de haber tomado posesión. Lo mataron con golpes y torturas, pero lo más grave es que le cortaron la cabeza y la dejaron en el techo de su vehículo y el cuerpo dentro del mismo, en el asiento del copiloto. Ni para qué mencionar la declaración de la gobernadora del estado, por demás estúpida.
En el estado de Jalisco mataron a un fiscal estatal en una escuela, donde había niños presentes. Iban por él cuatro tipos armados y sólo se dirigieron al fiscal, a quien mataron y luego regresan a rematarlo, para que no se fuera a escapar vivo.
En el estado de Veracruz mataron a un trabajador de electricidad, en unos sets que estaba filmando unos videos, y los medios lo manejaron como un asesinato de un cineasta y el descerebrado del gobernador dijo que no era cineasta, que era un simple electricista, siendo que cineasta es todo aquel que trabaja para filmar una película o video, además de que es un ser humano como cualquier otro. Lo más grave es que a este electricista lo serrucharon a la mitad de su cuerpo. Una saña inaudita.
En el estado de Tamaulipas, secuestraron a un diputado local, Vicente Verástegui, y el gobernador diciendo puras tonterías, que van a abrir una carpeta de investigación, etc.
Todos estos hechos son de la última semana, pareciera que la inseguridad está destapada ante la inmovilidad de las autoridades.
El estado de Sinaloa tiene más de un mes en estado de guerra, con muertos todos los días, balaceras por toda la ciudad de Culiacán, que es la capital del estado y a donde le gustaba mucho ir al cabecita de algodón, sobre todo a Badiraguato, pueblo del Chapo Guzmán. Recordemos que hasta una carretera les construyó de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, a Badiraguato, Sinaloa, para que pudieran transitar con sus mercancías sin estropear sus muebles.
Los habitantes del estado de Chiapas están huyendo a Guatemala, por la inseguridad que tiene en su estado, y la Guardia Nacional o el Ejército, bien gracias. Los 130,000 elementos nuevos de la Guardia Nacional no han servido para nada, hasta ahora.
Este es el resultado de la política de abrazos, no balazos y de prácticamente proteger a sus amigos los narcos, a quienes, según dicen, les debía algunos favores.
Vamos de mal en peor, ojalá que esta situación cambie, por el bien de todos.