/ lunes 23 de septiembre de 2024

Cambio trascendental

“Para entender un sistema hay que intentar cambiarlo” Kurt Lewin (1890-1947). Todos los cambios en los organismos o sociedades presentan una constante, la mejoría, la utilidad. De no ser así se denominan involución y ningún ser vivo sobrevive a una involución, de hecho, las especies se extinguen cuando se presenta esta. El modelo de Lewin presentan tres fases: la primera fase –descongelación- reconoce la necesidad del cambio y desmantela las creencias y prácticas anteriores. La segunda fase es el cambio propiamente dicho y viene acompañada de confusión y malestar. La última fase se denomina la re congelación la nueva mentalidad se cristaliza y se estabiliza la nueva estructura. Este cambio es agresivo, doloroso incluso, y si no se aplica con un pensamiento metódico en aras de la evolución, su instauración se puede ver afectada por la resistencia al cambio y nunca concretizarse. Leyendo la reforma promulgada sobre el Sistema Judicial en sus partes más destacables no hay un ordenamiento lógico en sí mismo y parece más tendiente a una involución que a un progreso. El cambio ya inició pero no se ha concretado (a la sociedad o comuna) no le interesa que este en un escrito si siente que ese escrito (Ley) un abuso que atenta contra su existencia y que precede de un deseo unipersonal. Para que el cambio sea útil, ayude a la evolución, tendrán que organizarse leyes secundarias que ordenen, suavicen y protejan los Derechos ya reconocidos. ¿Hasta dónde puede resistir una organización social un cambio? Una pregunta difícil de contestar, de hecho las revoluciones armadas son consecuencias de los nuevos cambios. Sin embargo hay una variable que nunca falla para entender si puede tener éxito o no un cambio social y ese es la economía. Si en los próximos doce meses la inestabilidad económica que viven ahora algunos estados de la Republica como Sinaloa (cierre de comercios y enfrentamientos entre personas de la misma sociedad), Michoacán (extorciones), Morelos (cierre de grandes empresas) y Chiapas (violencia extrema) etc., se agudizan e impregnan a otros estados el cambio habrá fracasado y con ello la mejora propuesta. Sin embargo si se logra contrarrestar estos brotes y en la sociedad se genera mayor economía y bonanza la nueva estructura propuesta (aún incipiente) se asentara y será ampliamente aceptada. Volviendo a Lewin, este demostró el efecto positivo de crear un entorno de seguridad psicológica durante la fase de descongelación permitiendo la participación activa durante el proceso de cambio y a ese cambio positivo debemos sumarnos si deseamos que haya una verdadera mejoría, un cambio de ‘paradigma”, de valores. Hay que participar activamente a favor de todos los grupos y de México en General. Por lo que respecta a la economía el gobierno deberá impulsarla, incentivarla, generar expectativas positivas, certidumbre y confianza. Tratar de limitar las oportunidades en aras de mantener un orden supra natural sólo agudizara la crisis, son tiempos de cambio, que sea para evolucionar, a eso le apostamos y nos sumamos.


“Para entender un sistema hay que intentar cambiarlo” Kurt Lewin (1890-1947). Todos los cambios en los organismos o sociedades presentan una constante, la mejoría, la utilidad. De no ser así se denominan involución y ningún ser vivo sobrevive a una involución, de hecho, las especies se extinguen cuando se presenta esta. El modelo de Lewin presentan tres fases: la primera fase –descongelación- reconoce la necesidad del cambio y desmantela las creencias y prácticas anteriores. La segunda fase es el cambio propiamente dicho y viene acompañada de confusión y malestar. La última fase se denomina la re congelación la nueva mentalidad se cristaliza y se estabiliza la nueva estructura. Este cambio es agresivo, doloroso incluso, y si no se aplica con un pensamiento metódico en aras de la evolución, su instauración se puede ver afectada por la resistencia al cambio y nunca concretizarse. Leyendo la reforma promulgada sobre el Sistema Judicial en sus partes más destacables no hay un ordenamiento lógico en sí mismo y parece más tendiente a una involución que a un progreso. El cambio ya inició pero no se ha concretado (a la sociedad o comuna) no le interesa que este en un escrito si siente que ese escrito (Ley) un abuso que atenta contra su existencia y que precede de un deseo unipersonal. Para que el cambio sea útil, ayude a la evolución, tendrán que organizarse leyes secundarias que ordenen, suavicen y protejan los Derechos ya reconocidos. ¿Hasta dónde puede resistir una organización social un cambio? Una pregunta difícil de contestar, de hecho las revoluciones armadas son consecuencias de los nuevos cambios. Sin embargo hay una variable que nunca falla para entender si puede tener éxito o no un cambio social y ese es la economía. Si en los próximos doce meses la inestabilidad económica que viven ahora algunos estados de la Republica como Sinaloa (cierre de comercios y enfrentamientos entre personas de la misma sociedad), Michoacán (extorciones), Morelos (cierre de grandes empresas) y Chiapas (violencia extrema) etc., se agudizan e impregnan a otros estados el cambio habrá fracasado y con ello la mejora propuesta. Sin embargo si se logra contrarrestar estos brotes y en la sociedad se genera mayor economía y bonanza la nueva estructura propuesta (aún incipiente) se asentara y será ampliamente aceptada. Volviendo a Lewin, este demostró el efecto positivo de crear un entorno de seguridad psicológica durante la fase de descongelación permitiendo la participación activa durante el proceso de cambio y a ese cambio positivo debemos sumarnos si deseamos que haya una verdadera mejoría, un cambio de ‘paradigma”, de valores. Hay que participar activamente a favor de todos los grupos y de México en General. Por lo que respecta a la economía el gobierno deberá impulsarla, incentivarla, generar expectativas positivas, certidumbre y confianza. Tratar de limitar las oportunidades en aras de mantener un orden supra natural sólo agudizara la crisis, son tiempos de cambio, que sea para evolucionar, a eso le apostamos y nos sumamos.