27- febrero- 2023
Ernesto Visconti Elizalde
“Por fracaso lució ahíto, el miedo contra el Plan B; el resultado se ve; y a las pruebas me remito”.
Lo que en apariencia fue un éxito de manifestación social, según los medios masivos de comunicación, devela desde mi perspectiva, un gran fracaso; y es que según reza el apotegma: ‘En esta vida confusa, nada es verdad ni es mentira; todo es según el color del cristal con que se mira’.
Y ahí en donde otros ven un vaso medio lleno, yo advierto un vaso bastante vacío. Pero permítanme explicarlo y además demostrarlo. El padrón electoral nacional, según datos del INEGI, es de 94,574,487 individuos hasta esta fecha; y de 96,241,839 personas incluyendo los votantes en el extranjero. Los medios de comunicación -manifiestan algunos de ellos- que en el Zócalo de la Cd. de México asistieron hasta 500,000 manifestantes –dato que propaló Marko Cortés y que avaló la prensa amiga de “Vamos México”-. Mientras que las redes sociales según FORBES y otros, refirieron sólo 90,000 asistentes; tal como lo afirmó el periódico El Universal y otros, que manifiestan que en el Zócalo y la Ave. Plaza de la Constitución y la Ave. Plaza del Mercader, sólo caben 161,568 personas, como dato comprobado. ¿De dónde salen los otros trescientos y tantos mil comparecientes? ¡Misterio! Pero aceptando la suma exagerada; y sumándole 33000 personas promedio por cada una del resto de las 32 entidades federativas del país –entre grandes y pequeñas, como en el estado de Chihuahua- obtendremos un total de 1,556,000 comparecientes, que asistieron de manera voluntaria- aceptando sin conceder; pues muchos entrevistados dijeron les habían exigido en sus trabajos, asistir o atenerse a las consecuencias-.
Así pues, si el padrón electoral es de 96,241,839 personas, y los manifestantes del domingo 26 de febrero, fueron 1, 556,000 personas, estas últimas sólo representan… menos del 1.5% de la población electoral. Comparando con el 2018, cuando la votación pro AMLO, votamos el 63.4 %, del padrón nacional; AMLO ganó con el 53% del mismo.
Querer anular una ley, con el 1.5% de la población electoral es utópico, no se fundamenta, es una farsa; y todo reaccionario que no asistió… otorgó; demostrando con ello que la población que no compareció, es porque estamos adheridos al Plan B. Somos el 98.5% del padrón electoral, contra el 1,5% del mismo. Así de reales y contundentes son los números; las matemáticas no mienten ni se acomodan.
Si ustedes logran otras cifras, son magos; lo que trae a mi memoria aquella frase de la Literatura Universal: “Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos; que Dios ayuda a los malos, cuando son más que los buenos”. Es cuestión de números. El Plan B es una esperanza para la mayoría del pueblo mexicano contra la derecha confesional y el clero católico reaccionario, enemigo del laicismo del Estado; que han dejado demostrado, no deben llegar ni al 10% de la población nacional; la mejor forma de probarlo debiera ser el plebiscito o el referéndum; y no la querella ante la Suprema Corte de Justicia. Otros temas, poemas y opiniones en “Facebook” Ernesto Visconti.