/ miércoles 14 de agosto de 2024

CEPAL: Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024

Las perspectivas económicas de México han cambiado con base en el último informe de la CEPAL. En 2023, el PIB de México creció un 3.2%, una desaceleración frente al 3.7% de 2022. Según la CEPAL, México tendrá un crecimiento moderado en 2024 y 2025, con proyecciones del PIB del 1.9% y 1.4%, respectivamente. Este crecimiento moderado se atribuye principalmente a la desaceleración económica en Estados Unidos y a la incertidumbre en el entorno internacional.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha proyectado un déficit fiscal del 5.0% del PIB en 2024, el más alto desde 1990. Este déficit se debe principalmente al financiamiento de proyectos de infraestructura emblemáticos. La SHCP también ha proyectado una reducción del déficit fiscal al 2.5% del PIB para 2025. Esto implicará recortes en el gasto público, posiblemente en áreas menos prioritarias, y una mejora en la eficiencia del gasto en infraestructura para evitar un impacto negativo en el crecimiento económico.

Con la desaceleración esperada en la inversión, tanto pública como privada, el gobierno debe fomentar políticas que atraigan la inversión extranjera directa (IED) y apoyar el *nearshoring* (relocalización de empresas), aprovechando la cercanía con Estados Unidos. Los incentivos fiscales ya anunciados para sectores clave podrían ampliarse o ajustarse para maximizar su impacto.

Para fomentar la inversión extranjera, es necesario llevar a cabo estrategias que mejoren la competitividad y eficiencia de la economía mexicana. Esto incluye la modernización de la infraestructura y la mejora de la educación y capacitación laboral para enfrentar las demandas de un mercado global cambiante. Es bien sabido que la falta de capacidad eléctrica y la escasa disponibilidad de mano de obra calificada han reducido la capacidad de atracción de inversión extranjera en el país.

Entre 2013 y 2022, el empleo informal en México creció un 18.6%, superando el crecimiento del empleo formal, que fue del 3.3%. Este entorno dificulta la transición hacia una economía más productiva y diversificada, ya que la informalidad afecta de manera importante el desarrollo de capacidades de la fuerza laboral, lo cual impacta en la atracción de proyectos de mayor valor agregado.

La inflación sigue siendo un desafío, aunque se desaceleró al 4.7% en 2023, aún fuera del rango objetivo del Banco de México. La inflación se mantendría en niveles elevados en 2024, presionada por un alto déficit fiscal y la posibilidad de mantener tasas de interés elevadas durante más tiempo.

México enfrenta un escenario económico de crecimiento moderado para 2024 y 2025, con proyecciones del PIB del 1.9% y 1.4%, respectivamente, influenciado por la desaceleración de la economía estadounidense y la incertidumbre global. Este crecimiento limitado se acompaña de desafíos fiscales, con un déficit del 5.0% del PIB proyectado para 2024, que requerirá recortes en el gasto y mejoras en la eficiencia de la inversión. Además, la persistente informalidad laboral limita el desarrollo de capacidades en la fuerza laboral y afecta la atracción de proyectos de mayor valor agregado. A esto se suma la presión inflacionaria, que se mantendría elevada en 2024 debido a factores fiscales y monetarios. Para superar estos retos, México deberá implementar reformas estructurales que mejoren la competitividad, modernicen la infraestructura y fortalezcan la educación y capacidades laborales para poder ser atractivo a la inversión extranjera.

Consultor internacional en prevención, participación ciudadana, análisis delictivo y generación de política pública

Las perspectivas económicas de México han cambiado con base en el último informe de la CEPAL. En 2023, el PIB de México creció un 3.2%, una desaceleración frente al 3.7% de 2022. Según la CEPAL, México tendrá un crecimiento moderado en 2024 y 2025, con proyecciones del PIB del 1.9% y 1.4%, respectivamente. Este crecimiento moderado se atribuye principalmente a la desaceleración económica en Estados Unidos y a la incertidumbre en el entorno internacional.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha proyectado un déficit fiscal del 5.0% del PIB en 2024, el más alto desde 1990. Este déficit se debe principalmente al financiamiento de proyectos de infraestructura emblemáticos. La SHCP también ha proyectado una reducción del déficit fiscal al 2.5% del PIB para 2025. Esto implicará recortes en el gasto público, posiblemente en áreas menos prioritarias, y una mejora en la eficiencia del gasto en infraestructura para evitar un impacto negativo en el crecimiento económico.

Con la desaceleración esperada en la inversión, tanto pública como privada, el gobierno debe fomentar políticas que atraigan la inversión extranjera directa (IED) y apoyar el *nearshoring* (relocalización de empresas), aprovechando la cercanía con Estados Unidos. Los incentivos fiscales ya anunciados para sectores clave podrían ampliarse o ajustarse para maximizar su impacto.

Para fomentar la inversión extranjera, es necesario llevar a cabo estrategias que mejoren la competitividad y eficiencia de la economía mexicana. Esto incluye la modernización de la infraestructura y la mejora de la educación y capacitación laboral para enfrentar las demandas de un mercado global cambiante. Es bien sabido que la falta de capacidad eléctrica y la escasa disponibilidad de mano de obra calificada han reducido la capacidad de atracción de inversión extranjera en el país.

Entre 2013 y 2022, el empleo informal en México creció un 18.6%, superando el crecimiento del empleo formal, que fue del 3.3%. Este entorno dificulta la transición hacia una economía más productiva y diversificada, ya que la informalidad afecta de manera importante el desarrollo de capacidades de la fuerza laboral, lo cual impacta en la atracción de proyectos de mayor valor agregado.

La inflación sigue siendo un desafío, aunque se desaceleró al 4.7% en 2023, aún fuera del rango objetivo del Banco de México. La inflación se mantendría en niveles elevados en 2024, presionada por un alto déficit fiscal y la posibilidad de mantener tasas de interés elevadas durante más tiempo.

México enfrenta un escenario económico de crecimiento moderado para 2024 y 2025, con proyecciones del PIB del 1.9% y 1.4%, respectivamente, influenciado por la desaceleración de la economía estadounidense y la incertidumbre global. Este crecimiento limitado se acompaña de desafíos fiscales, con un déficit del 5.0% del PIB proyectado para 2024, que requerirá recortes en el gasto y mejoras en la eficiencia de la inversión. Además, la persistente informalidad laboral limita el desarrollo de capacidades en la fuerza laboral y afecta la atracción de proyectos de mayor valor agregado. A esto se suma la presión inflacionaria, que se mantendría elevada en 2024 debido a factores fiscales y monetarios. Para superar estos retos, México deberá implementar reformas estructurales que mejoren la competitividad, modernicen la infraestructura y fortalezcan la educación y capacidades laborales para poder ser atractivo a la inversión extranjera.

Consultor internacional en prevención, participación ciudadana, análisis delictivo y generación de política pública