Chihuahua bicentenario, con 200 años de historia, de legado nacional y de fama mundial. Dos siglos han trascendido para moldear con bastante esfuerzo la tierra árida y fértil, la del desierto y la del bosque, la del clima templado y hasta la de clima tropical, la de la montaña y la planicie, de profundas barrancas y gigantescos cristales.
Chihuahua bicentenario, de tres culturas representativas, la tarahumara, la menonita y la mestiza, que cimentaron tradiciones por las que el mundo nos conoce y admira. Dos siglos de recibir a muchas más personas para formar una amalgama multicultural en la frontera norte y en distintos rincones de la entidad más grande del país.
Chihuahua bicentenario, de maíz y pinole, de trigo y harina, de burritos, carne seca, rajas, quesos y más, que con nostalgia acentuada miles de paisanos nos recuerdan y saborean al pensar en su tierra natal, de mexicanidad norteña. Dos siglos de tradición culinaria, de ser capital de los burros y extenderlos por el mundo.
Chihuahua bicentenario, de un extenso norte desértico, donde la frontera “rifa” y se postula como una de las famosas del mundo. Dos siglos han pasado para que, a pesar del difícil terreno, fuera prolifera y diera tanto, histórico, artístico, cultural y económicamente al estado y al país.
Chihuahua bicentenario, con una región centro y sur que late cuál corazón de la entidad, cuyos paisajes agrícolas son el reflejo de una zona fértil tanto del campo como de talentos marcados. Dos siglos en que los ríos, presas y caminos alegran con su verdor en una jornada de trabajo o en una caminata matutina por las perlas del Conchos.
Chihuahua bicentenario, con sus barrancas y montañas únicas, con regiones que albergan la más pura y verdadera tradición chihuahuense, de origen que dio nombre al estado norteño. Dos siglos de espectaculares postales de reconocimiento mundial, de extranjeros que a diario recorren pueblos, cascadas, lagos y caprichosas montañas que albergan miles de coníferas o por el mítico Paquimé.
Chihuahua bicentenario, con sus pueblos mineros, municipios de historia colonial y revolucionaria, de capitales mundiales por sus vetas de oro y plata. Dos siglos llenos de leyendas que han trascendido generaciones, de primeros pobladores de épocas remotas, de espacios culturales e históricos con caminos empedrados que conducen a pequeñas calles en donde los ecos del pasado aún resuenan y se cuentan con gusto distinguido.
Chihuahua bicentenario, de tierras de historias, de origen revolucionario, de parteaguas democrático. Tierra de bárbaros que han hecho del desierto la oportunidad perfecta para salir adelante, con el ejemplo de resiliencia, de derribar obstáculos con ese ímpetu chihuahuense de ser valiente, noble y leal.
Chihuahua bicentenario, de tierras de Sebastián y Siqueiros, de Aceves Mejía, Lucha Villa, Juan Gabriel, María Sorté, Aarón Hernán, Consuelo Duval, Omar Chaparro, Aranza, tierra de reinas como Andrea Meza y Vanessa Guzmán, de los famosos Valdés, Anthony Quinn, Gabriela Reyes Roel, Elsa Aguirre; de la Chule, Sharid Cid, Fernanda Familiar; de letras mundiales de José Fuentes Mares, Martín Luis Guzmán, Nellie Campobello, Carlos Montemayor, Víctor Hugo Rascón Banda y de tantos y tantos deportistas, políticos, científicos, economistas, de nombres distinguidos que en doscientos años han hecho de Chihuahua el terruño que con añoranza se mantiene atada en el corazón y con el que se siente el orgullo de ser chihuahuenses.
¡Felicidades Chihuahua, por tus doscientos años!
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Maestro en Administración en Agronegocios, Secretario Académico de la Universidad Politécnica
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