En mi artículo anterior, les hablé de diversos factores que hacen de Chihuahua una entidad esencial para el desarrollo económico y social de México, y en esta ocasión daré continuidad a esta contribución que nos ha permitido avanzar en el entorno nacional.
La potencialidad con la que cuenta nuestro estado no solo genera beneficios en lo local, sino que también se alinea con una visión de país más amplia, de futuro. La implementación de estrategias que fortalezcan la infraestructura, la educación y la colaboración entre sectores puede resultar en un crecimiento sostenible y equitativo.
Dichos beneficios pueden impactar varios rubros como el aumento de inversiones; en ese sentido, tener un entorno favorable en Chihuahua puede atraer mucha más inversión extranjera directa, lo que en consecuencia impulsaría el crecimiento regional y nacional.
En cuanto a generación de empleo, el desarrollo de nuevas industrias, y el fortalecimiento de las existentes, puede generar miles de empleos, mejorando la calidad de vida de los habitantes locales, impactando así en las cifras nacionales.
Asimismo, la ubicación estratégica de Chihuahua puede consolidarlo como un “hub” logístico, optimizando las cadenas de suministro y mejorando la competitividad de la industria mexicana.
En cuanto a mejora de la calidad de vida, la inversión en educación y formación profesional contribuye a tener una fuerza laboral más capacitada, lo que se traduce en mejores oportunidades de empleo y una mayor calidad de vida. Esta mano de obra calificada sirve para sostener las necesidades de las empresas locales y foráneas instaladas en nuestra entidad.
Es importante resaltar que, con el crecimiento económico, también se pueden asignar recursos para el mejoramiento de los servicios de salud y bienestar social, que hoy en día es un rubro crítico, que hace padecer carencias y riesgos de salud a la población en general.
Entonces, es claro que Chihuahua tiene el potencial de ser un líder en el desarrollo económico y social de México. Su ubicación estratégica, infraestructura robusta, capacidad industrial y enfoque en la educación y sostenibilidad son factores que lo posicionan favorablemente.
Pero también hay retos importantes para la nueva administración del Gobierno Federal que nos incumben, como la revisión del Tratado de Libre Comercio (T-MEC | Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), que es crucial para asegurar que México mantenga su estatus de socio comercial preferente con todos los beneficios que esto le aporta al país y a nuestro estado.
Otro desafío tiene que ver con el sector de semiconductores, que es fundamental en la economía moderna. Chihuahua y México pueden beneficiarse enormemente al colaborar con Estados Unidos en este ámbito, aprovechando su cercanía geográfica y su mano de obra calificada.
Asimismo, el Gobierno Federal debe establecer un objetivo de incremento en el PIB para guiar las políticas económicas. Un crecimiento del 1% puede parecer modesto, pero en términos absolutos puede representar miles de millones de pesos en inversión y desarrollo económico.
Por otra parte, la creación de corredores de desarrollo puede facilitar el comercio interno y las exportaciones, así como mejorar la infraestructura y la conectividad de diversas regiones. Esto puede ayudar a reducir la desigualdad regional y fomentar el desarrollo en áreas que tradicionalmente han sido marginadas.
En mi siguiente artículo continuaré con el listado de los retos de la recién llegada administración federal, que, desde la visión de Desarrollo Económico del Estado de Chihuahua A.C. (DESEC), deben ser afrontados para mejorar las condiciones económicas, sociales y medioambientales de México. ¡Nos vemos!
Presidente de Desarrollo Económico de Chihuahua
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