La reciente participación de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum en la cumbre del G20 dejó en claro que México tiene la capacidad de liderar la agenda global en temas fundamentales para el futuro de la humanidad. Su propuesta de destinar el 1% del gasto militar mundial a un programa de reforestación global, inspirado en “Sembrando Vida”, no solo es visionaria, sino urgente. En un mundo que la degradación ambiental.
Como diputado federal y representante de una región que vive en carne propia los efectos del medio ambiente, reconozco el enorme valor de esta propuesta. Pero también creo que es momento de pasar de las palabras a las acciones concretas, comenzando en casa. En Ciudad Juárez, durante mi campaña a Diputado Federal, asumimos un compromiso claro con la comunidad: plantar 30 mil árboles para contribuir a la reforestación de una de las ciudades más áridas y cálidas del país. Hasta el día de hoy, hemos logrado plantar 1,500.
La propuesta de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum en el G20 ofrece una hoja de ruta para abordar esta problemática. Redirigir un porcentaje mínimo del gasto militar a la reforestación es una idea revolucionaria que trasciende fronteras. Según datos recientes, el gasto militar global asciende a más de dos billones de dólares al año. Con apenas el 1% de ese monto, podríamos transformar millones de hectáreas en bosques, absorber cantidades significativas de dióxido de carbono y revertir los efectos del calentamiento global. Pero mientras esta propuesta busca un impacto global, debemos ser congruentes en casa y cumplir con los compromisos locales.
En Ciudad Juárez, necesitamos replantear nuestras prioridades. No basta con plantar árboles; es indispensable garantizar su supervivencia. Esto implica invertir en sistemas de riego, promover la participación ciudadana en el cuidado de los espacios verdes y asegurar que las especies plantadas sean nativas y adaptadas al clima extremo de la región. Además, debemos consolidar iniciativas legislativas para proteger áreas como El Chamizal, asegurando que se convierta en una zona de restauración ecológica real y permanente.
La propuesta de la doctora también nos invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras políticas públicas. Si el mundo puede redirigir recursos del gasto militar hacia la vida, nosotros podemos destinar más recursos al cuidado de nuestros ecosistemas locales. Es momento de trabajar en coordinación con los tres niveles de gobierno, las organizaciones civiles y la comunidad para convertir a Ciudad Juárez en un ejemplo nacional de sostenibilidad y compromiso ambiental.
El liderazgo de Claudia Sheinbaum en el G20 es un recordatorio de que las soluciones a los problemas globales comienzan en lo local. Si queremos que el mundo tome en serio nuestras propuestas, debemos demostrar que estamos dispuestos a liderar con el ejemplo. Cumplir con la meta de los 30 mil árboles en Juárez no solo es un compromiso de campaña; es una responsabilidad moral y un paso hacia la transformación ambiental que tanto necesitamos.
Hoy, más que nunca, debemos entender que cada árbol plantado es una inversión en el futuro, una herramienta para combatir el cambio climático y un símbolo de esperanza para las generaciones venideras. Desde mi posición como legislador, reafirmo mi compromiso de trabajar por la reforestación de Ciudad Juárez, especialmente en El Chamizal, y de respaldar iniciativas que, como la propuesta de nuestra presidenta, pongan la vida y el medio ambiente en el centro de la agenda política.
México tiene la oportunidad de liderar el cambio. Que esta cumbre del G20 sea el punto de partida para un futuro más verde, tanto en el mundo como en Ciudad Juárez. Es momento de convertir las palabras en acciones y de plantar, literalmente, las semillas del mañana.
Lic. en Derecho, Diputado Federal de Morena por el IV Distrito