¡No puedo con un tipo de comunicación actual! Los chats se me hacen repetitivos, invasivos y sobre todo contaminantes. Buenos días, buenas tardes, buenas noches, y esos gracias, lo siento, felicidades, etc. que tiene que repetir cada miembro del grupo para no rayar en ignorar a alguien y empiecen los sentimentalismos o los enojos.
Me declaro en huelga en este tipo de comunicación y desde aquí pido perdón a esos participantes que ansían una respuesta personal de cada cual. Sé que entraré a la opinión que me catalogará de huraña, de ausente, de mal educada, pero escucho hoy a mi corazón y descanso de esa verborrea escrita, incesante y obsesiva.
Por otro lado, como no soy de muchos mensajes cuando emito uno espero respuesta, así como si fuera una llamada telefónica jajaja, pero a veces recibo el frío del silencio, un frío que yo también demuestro al no contestar a muchísimas frases que ignoro y dejo que las activas hablen y respondan en mi nombre y ahí se nota si estoy de acuerdo porque no me manifiesto en contra y si he de felicitar, abrazar o comentar algo inminente llamaré, aunque en repetidas ocasiones no habrá respuesta porque creo que el que la recibe está muy ocupado mandando chats jajaja.
Este sistema de comunicación tiene su lado de luz y ventaja y su lado oscuro como todo es esta vida. Maravilloso recibir mensajes importantes en el momento y extendidos a muchas personas a la vez, padrísimos ver escenarios, costumbres, amigos y personajes de otros lados del mundo, poder hablar con alguien mientras se hace otra cosa, aprovechar tantas aplicaciones según necesidades y gustos. Peligroso por otro lado, enviciarse en una comunicación sin presencia, sin tono de voz, y sentir que estamos conviviendo, llegando a conformarse con los alcances del aparato para sentirnos acompañados. Problemático mandar algo que después no sea lo adecuado y la manera como puede ser interpretado o usado. ¡Muchas bondades y maldades del chat! Pero la pregunta es ¿Qué tanto tiempo se pasa pegado al teléfono, computadora, Ipad? ¿Eso llena mi necesidad de convivencia?
¡Definitivamente el lenguaje corporal es importantísimo! ¿Cuántas veces has mandado un mensaje que no sientes? Emojis que se supone suplen nuestro sentir, una complacencia falsa, exagerada, o disminuida hacia aquel que lo manda.
Estamos en una era de interpretación nueva, valiéndonos de factores externos para asimilar ya no desde un lenguaje presencial, corporal, sino de frases acompañadas de todas esas imágenes estáticas o en movimiento que circulan de una manera repetitiva por todos los electrónicos.
Comunicarse solo a larga distancia, un mal que se puede extender a una falta de contacto, un alejamiento de la realidad para vivir de interpretaciones electrónicas.
¿Usted qué opina? ¿Dónde está la vista puesta? ¿Y dónde quedan los mensajes del alrededor? ¿Acaso será sano ver más el mundo virtual que el real?
Y por último ¿Dónde crees que se almacenan los mensajes que mandas? ¿Sabiás que generan contaminación? Su almacenamiento y expansión requieren de máquinas que como toda máquina generan contaminación. Eso también me detiene a exagerar con ellos.
ROBERTA CORTAZAR