/ sábado 3 de agosto de 2024

Corrupción e inseguridad, grandes retos del nuevo gobierno

Entre los principales retos del nuevo gobierno mexicano está el combate real a la corrupción, acabar con la desigualdad económica y recuperar la seguridad. Es una labor “titánica”, pero no imposible.

La corrupción es un problema endémico en México, lo que significa un hecho negativo que se repite frecuentemente en las sociedades actuales. Es como una “enfermedad” que afecta habitualmente a una región o país, como el paludismo es endémico en las zonas pantanosas.

La corrupción, es delito ya tipificado en las leyes mexicanas y es común que cada nuevo gobierno reinventa fórmulas o normas para terminar de tajo con la “enfermedad”, pero muchas veces es solamente retórica.

Es importante reiterar, que necesitamos es un sistema de justicia que funcione atacando la impunidad, además con fuerte participación ciudadana, conocido como el “quinto poder” acuñado por el periodista español Ignacio Ramonet, ex director del influyente periódico francés Le Monde diplomatique. Este grupo ciudadano ha contribuido a la madurez democrática en países del primer mundo. |

En América ha crecido la movilización ciudadana, derivado de las acciones antidemocráticas de gobiernos, como Venezuela y Nicaragua, donde manda el populismo y la autocracia. Un régimen en el que una sola persona manda sin someterse a ningún tipo de limitación.

En materia de combate a la delincuencia, las estrategias han fallado, sobre todo en el gobierno de Felipe Calderón, seguida por Peña Nieto y López Obrador. La cifra de asesinatos por año ronda en los 30 mil, con un 97% de impunidad.

La cifra más alta de homicidios, desde que empezó la llamada “guerra contra el narco” fue en el 2018 con 36 mil 800 víctimas. Mientras con el año 2020 hubo 36 mil 773 casos. Entre el 2012 y 2018 fueron asesinadas al menos 183,125 personas. Y más de 50 mil personas desaparecidas.

La organización internacional TRESEARCH, lleva estadísticas diarias de los asesinatos en México y desde que empezó el gobierno de López Obrador, van 192 mil casos. Y ya se supera los 100 mil desaparecidos.

De acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción del año pasado, vía Transparencia Internacional, México está entre los cinco países con la calificación más baja en la región de las Américas. Solo 10 puntos por arriba de Venezuela, último lugar en la zona.

Hay países de América con mejores resultados en combate a la corrupción, como Brasil y el Salvador, donde se ha llevado a prisión a ex funcionarios influyentes y ex presidentes, situación que no ha ocurrido en México. Es un paradigma del sistema político mexicano.

México tiene suficientes mecanismos para acabar con la corrupción, como las fiscalías, el Sistema Nacional Anticorrupción, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Auditoría de los Estados o la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), pero son pobres los resultados.

La lista de casos de corrupción es muy larga, como Selgamex, la “estafa maestra” Odebrecht, Agronitrogenados, etc. Pero no hay castigos a a delincuentes.

Y son los organismos ciudadanos que han puesto la muestra de la lucha contra esta creciente “enfermedad”, ya que en la mayoría de los políticos el tema de corrupción solo existe en el discurso, sobre todo en campañas electorales.


Entre los principales retos del nuevo gobierno mexicano está el combate real a la corrupción, acabar con la desigualdad económica y recuperar la seguridad. Es una labor “titánica”, pero no imposible.

La corrupción es un problema endémico en México, lo que significa un hecho negativo que se repite frecuentemente en las sociedades actuales. Es como una “enfermedad” que afecta habitualmente a una región o país, como el paludismo es endémico en las zonas pantanosas.

La corrupción, es delito ya tipificado en las leyes mexicanas y es común que cada nuevo gobierno reinventa fórmulas o normas para terminar de tajo con la “enfermedad”, pero muchas veces es solamente retórica.

Es importante reiterar, que necesitamos es un sistema de justicia que funcione atacando la impunidad, además con fuerte participación ciudadana, conocido como el “quinto poder” acuñado por el periodista español Ignacio Ramonet, ex director del influyente periódico francés Le Monde diplomatique. Este grupo ciudadano ha contribuido a la madurez democrática en países del primer mundo. |

En América ha crecido la movilización ciudadana, derivado de las acciones antidemocráticas de gobiernos, como Venezuela y Nicaragua, donde manda el populismo y la autocracia. Un régimen en el que una sola persona manda sin someterse a ningún tipo de limitación.

En materia de combate a la delincuencia, las estrategias han fallado, sobre todo en el gobierno de Felipe Calderón, seguida por Peña Nieto y López Obrador. La cifra de asesinatos por año ronda en los 30 mil, con un 97% de impunidad.

La cifra más alta de homicidios, desde que empezó la llamada “guerra contra el narco” fue en el 2018 con 36 mil 800 víctimas. Mientras con el año 2020 hubo 36 mil 773 casos. Entre el 2012 y 2018 fueron asesinadas al menos 183,125 personas. Y más de 50 mil personas desaparecidas.

La organización internacional TRESEARCH, lleva estadísticas diarias de los asesinatos en México y desde que empezó el gobierno de López Obrador, van 192 mil casos. Y ya se supera los 100 mil desaparecidos.

De acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción del año pasado, vía Transparencia Internacional, México está entre los cinco países con la calificación más baja en la región de las Américas. Solo 10 puntos por arriba de Venezuela, último lugar en la zona.

Hay países de América con mejores resultados en combate a la corrupción, como Brasil y el Salvador, donde se ha llevado a prisión a ex funcionarios influyentes y ex presidentes, situación que no ha ocurrido en México. Es un paradigma del sistema político mexicano.

México tiene suficientes mecanismos para acabar con la corrupción, como las fiscalías, el Sistema Nacional Anticorrupción, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Auditoría de los Estados o la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), pero son pobres los resultados.

La lista de casos de corrupción es muy larga, como Selgamex, la “estafa maestra” Odebrecht, Agronitrogenados, etc. Pero no hay castigos a a delincuentes.

Y son los organismos ciudadanos que han puesto la muestra de la lucha contra esta creciente “enfermedad”, ya que en la mayoría de los políticos el tema de corrupción solo existe en el discurso, sobre todo en campañas electorales.