Nuestro país está naciendo a nuevas tradiciones, una de ellas es la Vendimia. Vendimiar significa cosechar la uva, y hay que hacer fiesta para festejar el final de este proceso que hace la Pacha mama, o madre tierra, y que comenzó en marzo con la brotación.
Los estados mexicanos que tienen fiestas de la Vendimia, más notorias, son Baja California, en orden de importancia le sigue Querétaro, Coahuila, Guanajuato, Chihuahua, y algunos otros estados que están sorprendiendo como Zacatecas, Aguascalientes e Hidalgo.
En Valle de Guadalupe, Baja California, que es un milagro económico alrededor del turismo enológico, del 18 de julio hasta mediados de agosto tendrá innumerables experiencias enogastronómicas. Mi favorita es la que organizan a la orilla de la playa con platillos a base de abulón, mejillón, almejas, caracol y ostiones, sacados de ese mar potente. En esta ocasión la cena será atendida por un vitivinicultor, un productor de conchas y un chef profesional. Imagínese. No sé qué hace leyéndome cuando debería estar contentando a su amor con esta propuesta y comprando sus boletos, ya sabe que cualquier viaje revive el amor y la sonrisa. Habrá también verbenas con cantantes consagrados, concursos de paellas y el disfrute de más de 300 etiquetas. Ah, y por supuesto tiene usted que disfrutar de los tacos de langosta ahogada en mantequilla, frente al mar, en el pueblo de Puerto Nuevo, que queda de camino antes de llegar a Ensenada o puede hacerlo cuando vaya de regreso al aeropuerto de Tijuana. Yo lo hago de ida y de regreso.
En Querétaro, con 500 hectáreas de viñedo y la Ruta del Queso y el Vino, el enoturismo se ha vuelto excepcional, y sobre todo porque produce 3.5 millones de botellas y lidera la producción y exportación de vino espumoso. La visita a estas preciosas bodegas es el cielo en la tierra. También hay diversas actividades como paseos al pueblo mágico de Tequisquiapan y el servicio de globo aerostático para ver el verdor de las parras.
Guanajuato no se queda atrás, en esa atmosfera colonial uno siente que por ahí anda la llorona, sollozando por su amor, entre las calles empedradas. Alrededor de San Miguel de Allende, hay múltiples experiencias sensoriales de este tipo para disfrutar, yo, tengo que volver de urgencia por ahí, cerca de Cuna de Tierra, esta excepcional bodega de construcción moderna, y que cuenta la historia que, en 1810, cuando el virrey se enteró de que conspiraban contra la corona española, envió soldados a quemar las vides del cura Hidalgo y Costilla, este fue uno de los detonantes de la lucha armada. Dos siglos después, ahí mismo nace Cuna de Tierra. Y es, exactamente enfrente de esta Vínicola, en el viñedo de enfrente, donde perdí mi corazón al calor de una copa que me ofreció un viñador y, pues, tengo que ir a recuperarlo. Sí, sí, se preguntará cómo puedo vivir aquí y mi corazón allá, bueno, uno se las arregla, no me diga que a usted no le ha sucedido.
Y por supuesto también Parras, en Coahuila tiene unas extraordinarias vendimias: Casa Madero, Rivero González, Don Leo, Don Remigio, Parvada, y muchas más que ya le he enumerado.
Querido lector, lectora, lo importante aquí es promover que se consuma nuestro vino mexicano, que aprendamos a catarlo y a sentirnos orgullosos de lo nuestro.
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SGD
MIEMBRO AECHI