Bien se dice que el cambio que queremos en el mundo debemos procurarlo nosotras y nosotros mismos como sociedad, sobre todo en política, donde llaves viejas no abren puertas nuevas.
El México de hoy transita precisamente entre quienes añoran un pasado populista que no ofrece soluciones y quienes queremos un futuro no basado en falsas esperanzas, sino en nuestra capacidad de evolucionar hacia una sociedad y gobiernos verdaderamente incluyentes, tolerantes con las diferencias que nos enriquecen como pueblo y exigentes con los deberes públicos.
Algunos ofrecen bienestar general, pero lo hacen de manera abstracta; e incluso, con ese afán supuestamente benefactor, terminan lacerando a cada ciudadano. Yo recuerdo una frase del libro “El Rey Populachero”, de Luís Pazos, en la que el monarca expresa que su “gobierno busca el beneficio de todos, aunque para eso tenga que perjudicar a cada persona”. Esa historia ficticia parece adaptarse muy bien a la realidad actual.
Ante ello, Juárez, como parte de Chihuahua y del México del norte, tiene ante sí el gran reto del cambio con responsabilidad y con rumbo.
Un cambio que solo será posible si nace de la voluntad de todas y todos de construir la más grande alianza ciudadana de la historia de Juárez. Es la hora de sumar todas esas causas que verdaderamente le interesan a nuestra gente. Las causas de quienes trabajan en la maquiladora, en la fábrica o en la oficina; las de quienes tienen un pequeño negocio y quieren crecer, y las de quienes generan muchos empleos para las y los juarenses. Las causas de las mujeres que merecen vivir en un lugar seguro; y las de los jóvenes que desean que sus carreras profesionales tengan verdaderas oportunidades de trabajo. Las causas de quienes todos los días se rompen el alma por salir adelante y de quienes enarbolan el orgullo de ser juarenses.
Este es el momento de hacer valer la conciencia social y la conciencia cívica.
Yo veo personas extraordinarias dispuestas a construir juntos el cambio que Juárez quiere y necesita. Veo gente con actitud y con mucha autoestima, gente que sabe que en unidad lo podemos todo. Veo en los juarenses a los mejores ciudadanos que este país puede tener. Juntos podemos alcanzar todas esas aspiraciones tantas veces pospuestas y que urgen lograrse para la seguridad y el crecimiento de Juárez.
Por ello, como nunca, el trabajo en equipo es fundamental. No hay nadie que pueda hacer las cosas sólo. Trabajar en equipo distribuye las tareas y multiplica los resultados. Unidos, sociedad y gobierno, somos invencibles. Con compromiso, con inteligencia y con trabajo, podemos llegar más allá de la imaginación, en los logros más importantes de la historia de Juárez
Asimismo, tenemos que entender que la sociedad está harta de la corrupción, de la impunidad y de quienes prometen y no cumplen, sean del color que sean.
Es momento de creer en el trabajo en equipo, de creer en la necesidad de evitar la simulación, de creer en la efectividad del trabajo conjunto e inteligente, buscando juntos el crecimiento y el desarrollo de todas y todos. Que Juárez retome el rumbo es un imperativo; y que lo haga con éxito, es un deber conjunto de sociedad y gobierno.
Luchando unidos con un profundo amor a Juárez; con la convicción de que un mejor municipio es posible, los juarenses creemos en el presente y, sobre todo, creemos en el porvenir, con la certeza de que el cambio lo construiremos juntos.