/ martes 26 de noviembre de 2024

El fracaso del régimen

Con apenas dos meses del nuevo gobierno de la 4ª destrucción y ya ha tenido varios fracasos evidentes, que, por razones obvias, no quieren reconocer y le echan la culpa a otros, como siempre, y es ahora Arturo Zaldívar, el ex ministro presidente de la suprema corte, el que ahora es el encargado en desaparecer, como vil traidor y verdugo de su alma mater. Qué vergüenza.

Zaldívar acusa ahora a los magistrados y ministros, de estar amenazando a la gente para que no se inscriban para participar en las elecciones de los nuevos juzgadores, ya que esta primera etapa debería inscribirse unos 100,000 aspirantes, según sus cuentas y solo llevaban 3,000. Lo que pasa es que la gente no es tonta y sabe perfectamente bien que la elección será una farsa, sin importar capacidad, honestidad, buen historial, lo único que importará es la fidelidad al régimen actual.

El INE, encargado de llevar a cabo la monstruosa elección, ya pidió un plazo adicional de 90 días, para que se inscriban más aspirantes y un aumento también en el presupuesto, ya que será una elección más grande y complicada que la que acaba de pasar el 2 de junio. Para no reconocer su fracaso, le ha contestado el gobierno que no, que esta va, como está plasmado en el cambio constitucional que acaban de hacer, porque, dicen, implicaría otro cambio constitucional, los que están haciendo cada semana o cada vez que les da la gana.

Un ejemplo de cómo se manejan los de la 4ª destrucción, es la reciente elección de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en donde Rosario Piedra, quien ya era la titular y quería reelegirse, pero fue las más mal evaluada en los exámenes, a pesar de su experiencia y al final fue electa sobre otras aspirantes que habían sido muy bien evaluadas, entre ellas la que quería la propia presidente, Claudia Sheinbaum Pardo, pero le impusieron a la amiga fiel de su antecesor, que es la mano que mece la cuna. Lo mismo va a suceder con la elección de los nuevos ministros, el que se fue, en realidad no se ha ido y sigue mandando.

Los que podrían ser aspirantes a juez, ministro o magistrado, saben bien que va a ser una elección amañada, como todo lo de la 4ª destrucción, y no ven el caso de perder su tiempo inscribiéndose y preparándose en algo que ya lo tiene bien definido y los que quedarán son los más serviles, pero no los que sean capaces.

El costo de esta elección se calcula en $13,000,000,000, que, para un gobierno deficitario y endeudado, es un clavo más en el ataúd, que ya le falta poco para que se vea el fracaso del régimen.

Así fueron las obras de AMLO, un tren que falla, una refinería que no refina, un aeropuerto que no tiene vuelos, una compañía mexicana de aviación, que no tiene pasajeros, un tren transístmico que no camina, etc. Gasto oculto por “ser de seguridad nacional”, pero se sabe que fueron de dos a tres veces más caro que lo presupuestado.


Un régimen que fracasa


Con apenas dos meses del nuevo gobierno de la 4ª destrucción y ya ha tenido varios fracasos evidentes, que, por razones obvias, no quieren reconocer y le echan la culpa a otros, como siempre, y es ahora Arturo Zaldívar, el ex ministro presidente de la suprema corte, el que ahora es el encargado en desaparecer, como vil traidor y verdugo de su alma mater. Qué vergüenza.

Zaldívar acusa ahora a los magistrados y ministros, de estar amenazando a la gente para que no se inscriban para participar en las elecciones de los nuevos juzgadores, ya que esta primera etapa debería inscribirse unos 100,000 aspirantes, según sus cuentas y solo llevaban 3,000. Lo que pasa es que la gente no es tonta y sabe perfectamente bien que la elección será una farsa, sin importar capacidad, honestidad, buen historial, lo único que importará es la fidelidad al régimen actual.

El INE, encargado de llevar a cabo la monstruosa elección, ya pidió un plazo adicional de 90 días, para que se inscriban más aspirantes y un aumento también en el presupuesto, ya que será una elección más grande y complicada que la que acaba de pasar el 2 de junio. Para no reconocer su fracaso, le ha contestado el gobierno que no, que esta va, como está plasmado en el cambio constitucional que acaban de hacer, porque, dicen, implicaría otro cambio constitucional, los que están haciendo cada semana o cada vez que les da la gana.

Un ejemplo de cómo se manejan los de la 4ª destrucción, es la reciente elección de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en donde Rosario Piedra, quien ya era la titular y quería reelegirse, pero fue las más mal evaluada en los exámenes, a pesar de su experiencia y al final fue electa sobre otras aspirantes que habían sido muy bien evaluadas, entre ellas la que quería la propia presidente, Claudia Sheinbaum Pardo, pero le impusieron a la amiga fiel de su antecesor, que es la mano que mece la cuna. Lo mismo va a suceder con la elección de los nuevos ministros, el que se fue, en realidad no se ha ido y sigue mandando.

Los que podrían ser aspirantes a juez, ministro o magistrado, saben bien que va a ser una elección amañada, como todo lo de la 4ª destrucción, y no ven el caso de perder su tiempo inscribiéndose y preparándose en algo que ya lo tiene bien definido y los que quedarán son los más serviles, pero no los que sean capaces.

El costo de esta elección se calcula en $13,000,000,000, que, para un gobierno deficitario y endeudado, es un clavo más en el ataúd, que ya le falta poco para que se vea el fracaso del régimen.

Así fueron las obras de AMLO, un tren que falla, una refinería que no refina, un aeropuerto que no tiene vuelos, una compañía mexicana de aviación, que no tiene pasajeros, un tren transístmico que no camina, etc. Gasto oculto por “ser de seguridad nacional”, pero se sabe que fueron de dos a tres veces más caro que lo presupuestado.


Un régimen que fracasa