/ miércoles 2 de octubre de 2024

El futuro de los partidos políticos 

Continuamente nos quejamos o culpamos a los políticos de lo que pasa en nuestro país, estado o ciudad, y comúnmente olvidamos que ese gobernante o legislador fue propuesto por un partido político o que ese partido político lo postuló porque cumplió con todas las reglas: por tener muchos años participando en su partido político, o por haber participado en otros partidos políticos o gobiernos, eso ya no importa ahora.

La regla es así: cuando el partido está bien, el candidato sale de sus mismos afiliados para que, internamente o cuando esté en el poder, le sirva a quien los postuló; cuando el partido está mal, buscan a una figura externa independientemente de la ideología, la capacidad o la moral que tenga, lo importante es que genere votos, y ya en el poder, les genere puestos o beneficios.

Y esa fórmula les ha funcionado a todos los partidos, por eso duran ciclos en el poder, unos más largos que otros. A quien no le ha funcionado esa fórmula es a nuestro país: no le ha funcionado a las personas que siguen sin salud, sin seguridad, sin educación de calidad, sin servicios básicos. Esa fórmula no le ha funcionado a los micros, pequeños y medianos empresarios que son los que generan la mayor parte de los empleos que existen en el país, y no les funciona porque nuestros gobernantes ven a las empresas como un cliente cautivo para recaudar recursos, como una fuente de ingreso para pagar obras y ayudas populistas que lo único que hacen es generarles votos.

Por supuesto que sí hay algunas empresas que les funciona el modelo porque viven de contratos o arreglos con el gobernante en turno.

Por eso cuando han salido nuevas formas de proponer candidatos que surgen de la sociedad civil, como la de los independientes, los partidos políticos se han encargado de hacer reglas casi imposibles para que un ciudadano con la capacidad y la honestidad suficiente pueda aspirar a encabezar un gobierno. O cuando ha salido un ciudadano sin partido que tiene la capacidad de ganar una elección y genera empatía con algún sector del electorado, los partidos se han encargado de reclutarlo y diluirlo. El caso más famoso fue el de Kumamoto en Jalisco, que con una novedosa y fresca propuesta de hacer política ganó las elecciones principalmente apoyado por jóvenes. Lamentablemente los partidos hicieron su trabajo y hoy está en algún puesto del partido oficial, dejando a un electorado joven decepcionado y sin confianza para votar por otro personaje como este.

Ejemplos hay muchos, en semanas pasadas vimos a diputados locales panistas muy valientes diciendo que no votarían a favor de la reforma judicial, se publicó en redes y prensa como un ejemplo de congruencia, una semana después estaban votando excepto uno de ellos, a favor de lo que tanto se opusieron: “la militarización del país” con la guardia nacional; eso sí no lo publicaron orgullosos en sus redes, y la prensa publicó unas pequeñas notas, o de plano ni lo mencionó.

Para que los ciudadanos volvamos a salir a votar, confiemos o votemos por estos partidos políticos tendrán que hacer un gran cambio interno a favor de México: dejar de pensar en sus propios intereses, y pensar en lo que realmente necesitan las familias de nuestro país (salud, seguridad, educación, servicios, desarrollo económico, oportunidades, estado de derecho).

Y para esto necesitan postular a las mejores personas para cada puesto; pueden estar en sus partidos, lamentablemente los electores ya no creen en ellas; por lo que la única manera que veo es que postulen personas íntegras y capaces de la sociedad civil, ciudadanos que representen a otros ciudadanos, de la academia, de los organismos de la sociedad civil, de colegios de profesionistas, de empresarios sociales o de líderes sociales. Estoy seguro que en Chihuahua hay muchos.


Presidente Centro PERSÉ

f.santini@ripipsa.com


Continuamente nos quejamos o culpamos a los políticos de lo que pasa en nuestro país, estado o ciudad, y comúnmente olvidamos que ese gobernante o legislador fue propuesto por un partido político o que ese partido político lo postuló porque cumplió con todas las reglas: por tener muchos años participando en su partido político, o por haber participado en otros partidos políticos o gobiernos, eso ya no importa ahora.

La regla es así: cuando el partido está bien, el candidato sale de sus mismos afiliados para que, internamente o cuando esté en el poder, le sirva a quien los postuló; cuando el partido está mal, buscan a una figura externa independientemente de la ideología, la capacidad o la moral que tenga, lo importante es que genere votos, y ya en el poder, les genere puestos o beneficios.

Y esa fórmula les ha funcionado a todos los partidos, por eso duran ciclos en el poder, unos más largos que otros. A quien no le ha funcionado esa fórmula es a nuestro país: no le ha funcionado a las personas que siguen sin salud, sin seguridad, sin educación de calidad, sin servicios básicos. Esa fórmula no le ha funcionado a los micros, pequeños y medianos empresarios que son los que generan la mayor parte de los empleos que existen en el país, y no les funciona porque nuestros gobernantes ven a las empresas como un cliente cautivo para recaudar recursos, como una fuente de ingreso para pagar obras y ayudas populistas que lo único que hacen es generarles votos.

Por supuesto que sí hay algunas empresas que les funciona el modelo porque viven de contratos o arreglos con el gobernante en turno.

Por eso cuando han salido nuevas formas de proponer candidatos que surgen de la sociedad civil, como la de los independientes, los partidos políticos se han encargado de hacer reglas casi imposibles para que un ciudadano con la capacidad y la honestidad suficiente pueda aspirar a encabezar un gobierno. O cuando ha salido un ciudadano sin partido que tiene la capacidad de ganar una elección y genera empatía con algún sector del electorado, los partidos se han encargado de reclutarlo y diluirlo. El caso más famoso fue el de Kumamoto en Jalisco, que con una novedosa y fresca propuesta de hacer política ganó las elecciones principalmente apoyado por jóvenes. Lamentablemente los partidos hicieron su trabajo y hoy está en algún puesto del partido oficial, dejando a un electorado joven decepcionado y sin confianza para votar por otro personaje como este.

Ejemplos hay muchos, en semanas pasadas vimos a diputados locales panistas muy valientes diciendo que no votarían a favor de la reforma judicial, se publicó en redes y prensa como un ejemplo de congruencia, una semana después estaban votando excepto uno de ellos, a favor de lo que tanto se opusieron: “la militarización del país” con la guardia nacional; eso sí no lo publicaron orgullosos en sus redes, y la prensa publicó unas pequeñas notas, o de plano ni lo mencionó.

Para que los ciudadanos volvamos a salir a votar, confiemos o votemos por estos partidos políticos tendrán que hacer un gran cambio interno a favor de México: dejar de pensar en sus propios intereses, y pensar en lo que realmente necesitan las familias de nuestro país (salud, seguridad, educación, servicios, desarrollo económico, oportunidades, estado de derecho).

Y para esto necesitan postular a las mejores personas para cada puesto; pueden estar en sus partidos, lamentablemente los electores ya no creen en ellas; por lo que la única manera que veo es que postulen personas íntegras y capaces de la sociedad civil, ciudadanos que representen a otros ciudadanos, de la academia, de los organismos de la sociedad civil, de colegios de profesionistas, de empresarios sociales o de líderes sociales. Estoy seguro que en Chihuahua hay muchos.


Presidente Centro PERSÉ

f.santini@ripipsa.com