/ lunes 9 de septiembre de 2024

El harakiri del PRIAN

Cuando gobiernas, es sumamente necesario tener a tu alrededor personas que sepan decirte cuando las cosas no van bien, en lugar de rodearse de puros aplaudidores que buscan quedar bien con el gobernante para mantener su puesto, incluso a costa de crear una burbuja de desinformación alrededor de quien debe tomar las decisiones.

Cuando escuchamos a un político en una reunión, a veces nos sorprendemos de lo fuera de contexto que están respecto a la realidad, pero tristemente eso es culpa de los equipos y no del gobernante mismo. Donde se debe tener mucho cuidado es en la elección correcta de ese gabinete o ese séquito de personas que acompañan a los gobiernos. Sin embargo, es ahí también donde los partidos cojean, pues ven al gabinete no como un grupo de trabajo, sino como un pastel a repartir entre cuotas.

Estamos en vísperas de la elección de nuevos gabinetes federales, municipales y la reestructuración del estatal. Es en estos momentos donde se puede observar la visión de futuro de las administraciones y saber si están dispuestas a fortalecerse, a pensar tecnocráticamente hacia el futuro, o simplemente a hacer lo mismo de siempre.

El PAN siempre había sido reconocido por sus personas técnicas, preparadas en grandes universidades y que ejercían el gobierno basándose en datos y estudios. La “izquierda” era la que solía gritar y ejercer el poder con grillas y tribus. Hoy estamos en un mundo al revés. Los gritones son las Lilis Téllez, y los gabinetes se reparten entre las tribus internas del PAN, siendo el PRI la nueva tribu. No importa si hubo resultados en las dependencias o si se generaron problemas, lo que importa es quién es el padrino político o cuántos afiliados tienen en los padrones. Por otro lado, el gabinete federal de Sheinbaum, sorprendió por estar conformado de personajes con amplia experiencia, técnicos y reconocidos por las grandes academias internacionales.

Esa es la pérdida de identidad de la que tanto se ha hablado después de la elección. Es la muestra más visual de los cambios en la forma de gobernar y, por ende, de la pérdida del electorado que prefería las antiguas formas. Esto es un harakiri, el ritual por el cual los japoneses se suicidan por la pérdida del honor, clavándose una espada en el estómago.

Entiendo que para todos los seres humanos es complicado salir de nuestro estado de confort, pero también cualquier persona ante una crisis debe reaccionar para solucionar el problema de la mejor manera. Esto es algo que no está sucediendo, no sé si porque no ven la crisis o porque realmente están tan atados a operar de la misma manera que no les permite cambiar la dirección del barco. Esto último ocurre por las fuerzas internas del partido, pero no se dan cuenta de que el reto está afuera, y que si este barco se hunde, se hunden todos junto con él.

Obviamente, todo lo anterior tiene sus honrosas y horrorosas excepciones en ambos bandos, pero para contextualizar tuve que generalizar. Te invito a que analices los gabinetes sin prejuicios y con la mayor objetividad posible. Te darás cuenta de que esta situación dibuja de cuerpo entero a las administraciones y el rumbo que tomarán los partidos en los próximos años.


Cuando gobiernas, es sumamente necesario tener a tu alrededor personas que sepan decirte cuando las cosas no van bien, en lugar de rodearse de puros aplaudidores que buscan quedar bien con el gobernante para mantener su puesto, incluso a costa de crear una burbuja de desinformación alrededor de quien debe tomar las decisiones.

Cuando escuchamos a un político en una reunión, a veces nos sorprendemos de lo fuera de contexto que están respecto a la realidad, pero tristemente eso es culpa de los equipos y no del gobernante mismo. Donde se debe tener mucho cuidado es en la elección correcta de ese gabinete o ese séquito de personas que acompañan a los gobiernos. Sin embargo, es ahí también donde los partidos cojean, pues ven al gabinete no como un grupo de trabajo, sino como un pastel a repartir entre cuotas.

Estamos en vísperas de la elección de nuevos gabinetes federales, municipales y la reestructuración del estatal. Es en estos momentos donde se puede observar la visión de futuro de las administraciones y saber si están dispuestas a fortalecerse, a pensar tecnocráticamente hacia el futuro, o simplemente a hacer lo mismo de siempre.

El PAN siempre había sido reconocido por sus personas técnicas, preparadas en grandes universidades y que ejercían el gobierno basándose en datos y estudios. La “izquierda” era la que solía gritar y ejercer el poder con grillas y tribus. Hoy estamos en un mundo al revés. Los gritones son las Lilis Téllez, y los gabinetes se reparten entre las tribus internas del PAN, siendo el PRI la nueva tribu. No importa si hubo resultados en las dependencias o si se generaron problemas, lo que importa es quién es el padrino político o cuántos afiliados tienen en los padrones. Por otro lado, el gabinete federal de Sheinbaum, sorprendió por estar conformado de personajes con amplia experiencia, técnicos y reconocidos por las grandes academias internacionales.

Esa es la pérdida de identidad de la que tanto se ha hablado después de la elección. Es la muestra más visual de los cambios en la forma de gobernar y, por ende, de la pérdida del electorado que prefería las antiguas formas. Esto es un harakiri, el ritual por el cual los japoneses se suicidan por la pérdida del honor, clavándose una espada en el estómago.

Entiendo que para todos los seres humanos es complicado salir de nuestro estado de confort, pero también cualquier persona ante una crisis debe reaccionar para solucionar el problema de la mejor manera. Esto es algo que no está sucediendo, no sé si porque no ven la crisis o porque realmente están tan atados a operar de la misma manera que no les permite cambiar la dirección del barco. Esto último ocurre por las fuerzas internas del partido, pero no se dan cuenta de que el reto está afuera, y que si este barco se hunde, se hunden todos junto con él.

Obviamente, todo lo anterior tiene sus honrosas y horrorosas excepciones en ambos bandos, pero para contextualizar tuve que generalizar. Te invito a que analices los gabinetes sin prejuicios y con la mayor objetividad posible. Te darás cuenta de que esta situación dibuja de cuerpo entero a las administraciones y el rumbo que tomarán los partidos en los próximos años.