/ jueves 15 de agosto de 2024

El lado oscuro

Vivimos en un mundo dual donde opinamos constantemente qué es bueno y qué es malo, calificativos que anteponemos en el momento de emitir o emitirnos un juicio desde nuestras creencias, percepción y proyección.

Hay estudios que comprueban que las personas que aceptan su lado oscuro son más equilibradas, no se asustan de esa realidad que los conforma, dejando de lado esa obsesión por esconder algo que es inaceptable en la sociedad donde se vive.

Antes en México era muy mal visto que una mujer tuviera relaciones sexuales antes del matrimonio o en cualquier situación fuera de éste, así que, aunque sucedía en lo escondido, se disimulaba y se negaba a toda costa, perder la virginidad era una maldición y una vergüenza para muchas solteras y a la que se descubría se le llenaba de los peores calificativos, en cambio para el hombre contar y presumir sus conquistas que terminaban en la cama era un logro aplaudido por la comunidad machista, que abarca a mujeres y hombres, porque muchas veces la mujer llega a ser más machista que el hombre y en un acto de sumisión acepta la diferencia en este “derecho de libertad masculina y restricción femenina” ¡Pero los tiempos han cambiado… para algunos! Hablar de lo anterior como pasado es no ver que todo lo anterior todavía existe, pero hoy en día abiertamente algunas parejas de jóvenes revelan sin culpabilidad sus relaciones íntimas, viajan o viven juntos y los padres tuvieron que aceptar dos cosas ¡Es mejor vivir en la verdad y es decisión de ellos como adultos! Se libera ese lado oscuro y por lo tanto deja de ser oscuro. Por otro lado, sigue la insistencia religiosa de esconderlo a como dé lugar, negar esta realidad por el “buen nombre” de la mujer en cuestión, pero lo del hombre pasa por alto.

Somos testigos o protagonistas en la revelación del lado oscuro, se descubre o nos descubren ALGO inaceptable desde el rol que jugamos en la sociedad, roles que exigen ciertas actitudes de “rectitud” en todo tipo de líderes familiares, y sociales.

El lado oscuro EXISTE en cada persona y esconde mucho tipo de situaciones. A veces oímos como el más recto de los rectos cae en alguna situación extrema que no checa con el concepto que se tenía de esa persona ¡Es el lado oscuro que se negó, que se reprimió tanto tiempo que explota!

Entonces si el lado oscuro es una realidad en las personas ¿Qué se hace con él y desde él? Lo primero es aceptarlo personalmente y tomar la decisión de qué hacer, para liberarlo sin lastimarse o lastimar a otros. Tarea magna que requiere de aceptación y una creatividad en el desfogue. No somos ni tan buenos, ni tan malos

¿Cuál es tu lado oscuro? ¿Dónde, cómo y con qué puedes liberarlo?

Pero muchos dirán ¡De eso no se habla! Y resulta que, hablándolo, aceptándolo ya lo estás liberando.

El lado oscuro que juzgamos de los demás es posible visualizarlo porque de alguna manera lo tenemos en nuestras propias vidas. No nos asustemos tanto de los lados oscuros que salen a flote, porque todos tenemos ese lado innombrable, pero innegable.


Vivimos en un mundo dual donde opinamos constantemente qué es bueno y qué es malo, calificativos que anteponemos en el momento de emitir o emitirnos un juicio desde nuestras creencias, percepción y proyección.

Hay estudios que comprueban que las personas que aceptan su lado oscuro son más equilibradas, no se asustan de esa realidad que los conforma, dejando de lado esa obsesión por esconder algo que es inaceptable en la sociedad donde se vive.

Antes en México era muy mal visto que una mujer tuviera relaciones sexuales antes del matrimonio o en cualquier situación fuera de éste, así que, aunque sucedía en lo escondido, se disimulaba y se negaba a toda costa, perder la virginidad era una maldición y una vergüenza para muchas solteras y a la que se descubría se le llenaba de los peores calificativos, en cambio para el hombre contar y presumir sus conquistas que terminaban en la cama era un logro aplaudido por la comunidad machista, que abarca a mujeres y hombres, porque muchas veces la mujer llega a ser más machista que el hombre y en un acto de sumisión acepta la diferencia en este “derecho de libertad masculina y restricción femenina” ¡Pero los tiempos han cambiado… para algunos! Hablar de lo anterior como pasado es no ver que todo lo anterior todavía existe, pero hoy en día abiertamente algunas parejas de jóvenes revelan sin culpabilidad sus relaciones íntimas, viajan o viven juntos y los padres tuvieron que aceptar dos cosas ¡Es mejor vivir en la verdad y es decisión de ellos como adultos! Se libera ese lado oscuro y por lo tanto deja de ser oscuro. Por otro lado, sigue la insistencia religiosa de esconderlo a como dé lugar, negar esta realidad por el “buen nombre” de la mujer en cuestión, pero lo del hombre pasa por alto.

Somos testigos o protagonistas en la revelación del lado oscuro, se descubre o nos descubren ALGO inaceptable desde el rol que jugamos en la sociedad, roles que exigen ciertas actitudes de “rectitud” en todo tipo de líderes familiares, y sociales.

El lado oscuro EXISTE en cada persona y esconde mucho tipo de situaciones. A veces oímos como el más recto de los rectos cae en alguna situación extrema que no checa con el concepto que se tenía de esa persona ¡Es el lado oscuro que se negó, que se reprimió tanto tiempo que explota!

Entonces si el lado oscuro es una realidad en las personas ¿Qué se hace con él y desde él? Lo primero es aceptarlo personalmente y tomar la decisión de qué hacer, para liberarlo sin lastimarse o lastimar a otros. Tarea magna que requiere de aceptación y una creatividad en el desfogue. No somos ni tan buenos, ni tan malos

¿Cuál es tu lado oscuro? ¿Dónde, cómo y con qué puedes liberarlo?

Pero muchos dirán ¡De eso no se habla! Y resulta que, hablándolo, aceptándolo ya lo estás liberando.

El lado oscuro que juzgamos de los demás es posible visualizarlo porque de alguna manera lo tenemos en nuestras propias vidas. No nos asustemos tanto de los lados oscuros que salen a flote, porque todos tenemos ese lado innombrable, pero innegable.


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