/ martes 2 de julio de 2024

El mito del miedo al decrecimiento

Una compañera me recomendó el artículo "En defensa del decrecimiento", el cual aborda la urgente necesidad de reevaluar el enfoque en el crecimiento continuo del sistema económico mundial. El concepto de "decrecimiento" desafía la idea de que la expansión económica perpetua es necesaria para la prosperidad humana y argumenta que este enfoque es incompatible con la sostenibilidad ecológica en un planeta con recursos finitos.

Uno de los mitos más persistentes es la creencia de que estamos en medio de una transición energética hacia fuentes renovables que resolverán nuestros problemas ambientales. Aunque ha habido avances significativos en la reducción de costos y el despliegue de energías renovables, el artículo resalta que una transición completa de los combustibles fósiles a las fuentes renovables es, en realidad, una fantasía. En lugar de reemplazar completamente las fuentes de energía existentes, la humanidad ha tendido a agregar nuevas fuentes a la mezcla energética, aumentando así el suministro total y, por ende, el consumo de energía. Esto se complica aún más por la enorme infraestructura existente basada en combustibles fósiles y los desafíos asociados con la extracción de materias primas necesarias para las energías renovables.

Otro mito es que la eficiencia energética resolverá el cambio climático. Históricamente, los aumentos en la eficiencia han llevado a un mayor consumo total, un fenómeno conocido como el "efecto rebote". Por ejemplo, las lamparas LED consumen menos electricidad, pero la gente tiende a usarlas más. Asimismo, mejoras en la eficiencia de sistemas de calefacción y refrigeración pueden llevar a su uso más frecuente, incrementando el consumo total de energía. Muchas empresas, al reportar su progreso en sostenibilidad, se enfocan en la "intensidad" de sus emisiones (emisiones por producto o servicio) en lugar de sus emisiones totales, lo que puede ser engañoso.

El mito de que la innovación tecnológica nos salvará es también cuestionado. Tecnologías prometedoras como el hidrógeno verde, la captura de carbono y la geoingeniería enfrentan desafíos significativos en términos de eficiencia, costo y beneficios ambientales reales. Incluso los vehículos eléctricos, a menudo considerados una solución verde, tienen impactos ambientales significativos debido a la extracción de materias primas para sus baterías.

Si seguimos aferrados al crecimiento perpetuo, ignorando estos mitos y las limitaciones del planeta, enfrentaremos consecuencias graves. La insistencia en la expansión económica continuará agravando la degradación ambiental y las crisis climáticas, llevando a un mayor agotamiento de recursos y posiblemente a desastres ecológicos irreversibles. El artículo aboga por un cambio fundamental en nuestras suposiciones culturales y modelos de negocio, sugiriendo que las empresas deben incorporar la sostenibilidad desde la concepción y diseño de productos, y que los líderes deben evitar la trampa de centrarse en aspectos positivos selectivos.

Así, el decrecimiento no sólo es una alternativa necesaria, sino que es fundamental para garantizar un futuro sostenible. Debemos adoptar prácticas empresariales más sostenibles, reducir el consumo y la sobreproducción, y reevaluar los mitos del crecimiento sostenible para evitar consecuencias catastróficas para el planeta y la humanidad.

Ahora, imagínense aplicar el concepto al ser humano, con limitaciones de tiempo y capacidad, al igual que el planeta, debemos buscar modelos de desarrollo de la persona tendientes a la sustentabilidad y mejor calidad de vida, o sea ¿deberemos desacelerar nuestra vida?


Una compañera me recomendó el artículo "En defensa del decrecimiento", el cual aborda la urgente necesidad de reevaluar el enfoque en el crecimiento continuo del sistema económico mundial. El concepto de "decrecimiento" desafía la idea de que la expansión económica perpetua es necesaria para la prosperidad humana y argumenta que este enfoque es incompatible con la sostenibilidad ecológica en un planeta con recursos finitos.

Uno de los mitos más persistentes es la creencia de que estamos en medio de una transición energética hacia fuentes renovables que resolverán nuestros problemas ambientales. Aunque ha habido avances significativos en la reducción de costos y el despliegue de energías renovables, el artículo resalta que una transición completa de los combustibles fósiles a las fuentes renovables es, en realidad, una fantasía. En lugar de reemplazar completamente las fuentes de energía existentes, la humanidad ha tendido a agregar nuevas fuentes a la mezcla energética, aumentando así el suministro total y, por ende, el consumo de energía. Esto se complica aún más por la enorme infraestructura existente basada en combustibles fósiles y los desafíos asociados con la extracción de materias primas necesarias para las energías renovables.

Otro mito es que la eficiencia energética resolverá el cambio climático. Históricamente, los aumentos en la eficiencia han llevado a un mayor consumo total, un fenómeno conocido como el "efecto rebote". Por ejemplo, las lamparas LED consumen menos electricidad, pero la gente tiende a usarlas más. Asimismo, mejoras en la eficiencia de sistemas de calefacción y refrigeración pueden llevar a su uso más frecuente, incrementando el consumo total de energía. Muchas empresas, al reportar su progreso en sostenibilidad, se enfocan en la "intensidad" de sus emisiones (emisiones por producto o servicio) en lugar de sus emisiones totales, lo que puede ser engañoso.

El mito de que la innovación tecnológica nos salvará es también cuestionado. Tecnologías prometedoras como el hidrógeno verde, la captura de carbono y la geoingeniería enfrentan desafíos significativos en términos de eficiencia, costo y beneficios ambientales reales. Incluso los vehículos eléctricos, a menudo considerados una solución verde, tienen impactos ambientales significativos debido a la extracción de materias primas para sus baterías.

Si seguimos aferrados al crecimiento perpetuo, ignorando estos mitos y las limitaciones del planeta, enfrentaremos consecuencias graves. La insistencia en la expansión económica continuará agravando la degradación ambiental y las crisis climáticas, llevando a un mayor agotamiento de recursos y posiblemente a desastres ecológicos irreversibles. El artículo aboga por un cambio fundamental en nuestras suposiciones culturales y modelos de negocio, sugiriendo que las empresas deben incorporar la sostenibilidad desde la concepción y diseño de productos, y que los líderes deben evitar la trampa de centrarse en aspectos positivos selectivos.

Así, el decrecimiento no sólo es una alternativa necesaria, sino que es fundamental para garantizar un futuro sostenible. Debemos adoptar prácticas empresariales más sostenibles, reducir el consumo y la sobreproducción, y reevaluar los mitos del crecimiento sostenible para evitar consecuencias catastróficas para el planeta y la humanidad.

Ahora, imagínense aplicar el concepto al ser humano, con limitaciones de tiempo y capacidad, al igual que el planeta, debemos buscar modelos de desarrollo de la persona tendientes a la sustentabilidad y mejor calidad de vida, o sea ¿deberemos desacelerar nuestra vida?