Esta semana será inusual para la economía y crítica para su futuro. La Secretaría de Hacienda presentará el tan esperado plan económico para 2025 en medio de grandes presiones, los legisladores borrarán la autonomía constitucional de varios órganos reguladores y supervisores de mercados, el Banco de México decidirá en cuánto reduce la tasa de interés y todo ello en medio de fuertes volatilidades financieras por la incertidumbre derivada de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Ayer el tipo de cambio FIX calculado por el Banco de México llegó a 20.45 pesos por dólar, la paridad más alta de los últimos 27 meses, lo que representa una depreciación de nuestra moneda de 20.2% desde la elección del 2 de junio a esta fecha. Una muestra del territorio de volatilidad en la que estamos parados.
Coincido con aquellos que piensan que el regreso de Trump y sus amenazas deben tomarse en serio y que éstas influirán decisivamente en el comportamiento de las variables financieras del país en un horizonte inmediato. En su discurso de triunfo electoral del 6 de noviembre Trump dijo “nada me impedirá cumplir mi palabra”, sabedor de que obtuvo una victoria arrolladora en el Senado y, seguramente, también en la Cámara de Representantes, con lo que tendrá un segundo mandato prácticamente sin reparos para llevar a cabo sus planes.
El gobierno mexicano no deberá esperar menos de Trump que el uso de las amenazas arancelarias para lograr concesiones mexicanas en el ámbito de la migración y la seguridad. Como ya lo mostró en su primer mandato, su juego es el de la incertidumbre para conseguir sus objetivos en temas no económicos, en palabras de Ildefonso Guajardo en una entrevista reciente con El Sol de México. “Va a secuestrar el relanzamiento (del T-MEC)”, dijo Guajardo. Pero es precisamente esa presión la que van a resentir las variables financieras si por parte del equipo económico del gobierno no se prepara una estrategia inteligente y cohesionada.
Si producto de estas presiones, que se esperan a partir del 20 de enero, la depreciación cambiaria se amplía y prolonga, entonces podrían dañarse las perspectivas inflacionarias de corto plazo impidiendo el planeado descenso del Banco de México en las tasas de interés. Es prácticamente un hecho que Trump endurecerá la negociación con México desde el día uno, así que más vale que desde el gobierno se limiten los factores que incrementan la volatilidad financiera y la incertidumbre para la llegada de inversiones extranjeras.
El Paquete Económico 2025 que Hacienda dará a conocer el viernes, debe cumplir las expectativas de un programa realista de reducción programada del déficit para los primeros años, con un plan sensato de gasto público y sin cifras artificiales que inflen los ingresos. Mientras que para el Congreso, dominado por Morena y empeñado en desaparecer al IFT y Cofece entre otros órganos autónomos, es imprescindible que se aboquen a crear una agencia antimonopolios con los grados de independencia que se requieren en el ámbito técnico, de gestión y financiero.
La nueva realidad para la economía mexicana con Trump en la Casa Blanca requiere de dar pasos en firme en el manejo económico y financiero y eso obliga a echar mano de las mejores capacidades técnicas y de la experiencia política en los responsables del gabinete económico. No es tiempo para improvisados.
Colofón
No hay que ser ingenuos, Trump está llamando a los duros de su equipo para los temas álgidos con México. Viene con todo.
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