/ viernes 9 de febrero de 2018

El papa valora su visita a Chile y a Perú

Me parece bueno conocer la valoración que el mismo papa Francisco hace de su visita a América del Sur. Dice el papa en la audiencia general del 24 de enero de 2018:

   “Mi llegada a Chile estuvo precedida de diferentes manifestaciones de protesta por diversos motivos. Eso hizo todavía más actual y vivo el lema de mi visita. Les di mi paz, paz que sólo Jesús muerto y resucitado puede dar a quienes confían en él”.

   “En el encuentro con las autoridades políticas y civiles del país apoyé el camino de la democracia chilena, como espacio de encuentro solidario capaz de concluir la diversidad. Para este desafío indiqué como método el camino de la escucha. En particular la escucha a los pobres, a los jóvenes y ancianos, a los migrantes y también la escucha a la tierra”.

   “En el encuentro con mujeres presas, en sus rostros he visto una gran esperanza; he animado y exigido que avancen en el camino de la reincorporación”.

   “Con los sacerdotes y los consagrados, y con los obispos de Chile he vivido dos encuentros muy intensos, que se hicieron todavía más fecundos mediante el sufrimiento compartido por algunas heridas que    afligen a la Iglesia de aquel país. En particular reforcé a mis hermanos en el rechazo de los abusos sexuales a menores; al mismo tiempo que reforcé en la confianza en Dios que por medio de esta prueba que purifica y renueva a sus ministros”.

   “En Araucanía, tierra donde viven los indios mapuche, que transformó en alegría los dramas y fatigas de este pueblo; lanzando un llamado a una paz que sea armonía de la diversidad y rechazo a toda violencia”.

   “En Perú el lema de la visita era Unidos por la Esperanza. Unidos no en una universidad estéril, sino en la riqueza de la diferencia que heredamos de la historia y de la cultura, lo ha testimoniado emblemáticamente el encuentro con los pueblos de la Amazonia peruana que ha dado comienzo al camino del Sínodo panamazónico convocado para octubre de 2019”.

   “Hablando con las autoridades políticas y civiles de Perú he apreciado el patrimonio ambiental, cultural y espiritual de ese país, y he puesto bajo el foco las dos realidades que más gravemente lo amenazan, la desgracia ecológico-social y la corrupción. He recalcado que nadie está exento de la responsabilidad ante estas dos plagas y que el empeño por combatirles nos corresponde a todos”.