En días pasados, el país galo vivió una jornada electiva cuyos resultados sorprendieron a propios y extraños pues la coalición de izquierda, llamada Nuevo Frente Popular, se impuso sobre la extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias. Las elecciones respondían a una convocatoria anticipada que apenas se anunciaba el pasado 9 de junio cuando los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo reflejaban un crecimiento significativo de la derecha en toda Europa. Ese día, el presidente Emmanuel Macron al emitir su discurso disolvía el parlamento francés y llamaba a elecciones para el 30 de junio, celebrándose la segunda vuelta una semana después.
La Asamblea Nacional francesa se conforma por 577 escaños. En la primera vuelta los resultados colocaron al Partido Agrupación Nacional -considerado de extrema derecha y liderado por Marine Le Pen- en la primera posición, al obtener uno de cada tres sufragios válidos, frente al 28% del Nuevo Frente Popular. En esta votación 76 diputaciones lograron su elección al conseguir más del 50% de los votos de su circunscripción, restando por elegir 501 para la segunda vuelta.
Conocidos los resultados electorales de la primera vuelta, los partidos políticos de izquierda implementaron diferentes estrategias para afrontar la segunda. Así se conformó el Nuevo Frente Popular, una coalición amplia que incluyó -entre otros- a los Ecologistas, Partido Comunista Francés, Partido Socialista, Place Publique, Génération-s, Izquierda Republicana y Socialista, el Nuevo Partido Anticapitalista, la Izquierda Ecosocialista y, por supuesto, Francia Insumisa, el partido de extrema izquierda. El nombre de la coalición hace alusión a una alianza similar formada en los años treinta que se constituyó para contrarrestar el ascenso del fascismo en aquel país.
Entre las promesas hechas al electorado, los líderes de los cuatro principales partidos de la alianza ofrecieron anular una ley que elevaba la edad de jubilación de 62 a 64 años, aumentar el salario mínimo, ajustar los salarios y las pensiones a la tasa de inflación y congelar los precios de los alimentos y la energía para aumentar el poder adquisitivo de la población.
El Nuevo Frente Popular como el partido de Macron (Renacimiento), acordaron retirar a sus respectivas candidaturas en aquellas circunscripciones, en que hubiesen quedado en la tercera posición en la primera vuelta para aglutinar votos y hacer un frente común a la ultraderecha, esto significó la renuncia de más de 200 candidaturas. No sobra decir que en el camino hubo resistencia de varios aspirantes macronistas de hacerse a un lado, principalmente por su renuencia a secundar propuestas vinculadas al partido de extrema izquierda Francia Insumisa.
En lo que se ha definido como un giro inesperado, los resultados de la segunda vuelta anuncian el triunfo de las elecciones para la coalición Nuevo Frente Popular y un tercer lugar para el partido Agrupación Nacional, después de haber sido este último el más votado en la primera vuelta. Pero la verdadera preocupación política en el país es ahora la fragmentación del parlamento que poco o en nada abona a la gobernabilidad que buscaba Macron al disolver la pasada Asamblea; ningún partido contará con mayoría en el parlamento y la alianza ganadora en la elección no es tan aliada en los hechos. Por otra parte, el partido político de extrema derecha Agrupación Nacional, que cuenta actualmente con 89 escaños, pasaría a tener 143, un incremento considerable que ha denominado Mariane Le Pen como “un triunfo sólo pospuesto” de la derecha en el país, asegurando alcanzar el poder a través de la presidencia en 2027. Tiempo al tiempo.
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Maestra en Administración Pública. Consejera del Instituto Estatal Electoral de Chihuahua
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