El Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado, por la Academia Sueca, conforme a diversas versiones de comunicados, para tres investigadores que estudiaron el papel de las instituciones y cómo afectan la prosperidad de los países, se trata de Daron Acemoglu, turco estadounidense, así como de Simon Johnson y James A. Robinson, estos dos últimos de nacionalidad británico-estadounidense. Acemoglu, de 57 años, es profesor del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), al igual que Johnson, de 61 años. Robinson, de 64 años, es catedrático de la Universidad de Chicago.
Simon Johnson es coautor del libro Poder y Progreso, un milenio de lucha sobre la tecnología y el progreso y, por su parte, hace doce años los economistas premiados por la Academia Sueca Daron Acemoglu, profesor del MIT, y James A. Robinson, profesor de Chicago, ¿publicaron el libro “Why nations fail?: The origins of Power, Prosperity and Poverty. (¿Por qué las Naciones fallan?, los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza). En este estudio y con el objetivo de encontrar la o las respuestas a las desigualdades de los países y regiones, Acemoglu y Robinson hacen diversos ejercicios comparativos con miras a descubrir esas diferencias en el desarrollo económico y social, que presentan algunos países.
En ese sentido, se resalta el ejemplo de las ciudades de Nogales Sonora y Nogales Arizona, divididas por la frontera entre Estados Unidos y México, donde los residentes del lado estadounidense, tienden a vivir en mejores condiciones. Señalan que las situaciones climáticas, geográficas, las condiciones étnicas y prevalencia de enfermedades son similares, sin embargo, hay diferencias muy perceptibles, dicen los investigadores: por ejemplo, que en términos de indicadores socioeconómicos, el ingreso promedio de las familias es el triple del lado americano, que del lado mexicano; por otra parte, en Nogales Arizona, se cuenta con mejores servicios públicos, mejor estructura urbana y obras de comunicación, mejores niveles de escolaridad en la población, entre otros indicadores positivos. En cambio, en Nogales Sonora, el panorama es distinto, señalan lo autores, las vías de comunicación son malas, la atención a la salud deficiente, las instituciones favorecen y perpetúan los quebrantos a las leyes, lo que hace prevalecer la inseguridad y pobreza en una amplia parte de la población. así mismo, carencia de oportunidades educativas y laborales.
Además, también en referencia a México, los autores, vierten críticas referentes a que algunos empresarios mexicanos se encumbraron económicamente, beneficiándose de sus vínculos políticos y de adquisiciones del sector gubernamental y no como sucede en otros contextos, a través, por ejemplo, de la innovación.
Finalmente, comentar que los autores enfatizan la importancia de las instituciones para lograr el desarrollo de las naciones. Dividen a los países en aquellos que tienen instituciones extractivas y aquellas que son inclusivas. Mientras que en las primeras hay un gobernante o un grupo que tiene como objetivo extraer los ingresos y la riqueza del resto de la sociedad, en el inclusivo se tienen instituciones que buscan el desarrollo de la sociedad. Señalan que hay que apostar a las instituciones inclusivas, tanto desde el sector público como del privado, ya que operando bajo este tipo de instituciones puede generar más riqueza y oportunidades para la ciudadanía.
Posdata. A propósito de instituciones Públicas, en nuestro país se viven momentos decisivos, que repercuten en sus 126 millones de habitantes y en su futuro, los cuales manifiestan un 83.1% de percepción sobre la frecuencia de actos de corrupción y, en varias entidades federativas, esta percepción es aún más alta que la media nacional. Por tanto, es relevante, conforme a estas enseñanzas fortalecer las instituciones públicas.
Presidente del Colegio de Economistas de Chihuahua
Economista. Profesor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UACh
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