Hace unos días la población mundial llegó a la cifra de 8,000 millones de seres humanos, es decir, en los últimos 70 años nos hemos triplicado como especie, sin embargo, a la par, nuestro planeta, y sus recursos naturales han disminuido drásticamente en este mismo periodo, es decir, somos más los consumidores, pero con menos bosques, menos minerales, y cada vez hay menos fuentes de agua, y paulatinamente se reducen los combustibles fósiles.
Ante este panorama, estimado lector, hemos acotado muchas de nuestras alternativas, y por tanto nos corresponde apostar a reducir el consumismo y la reutilización de las cosas. Ejemplo de ello los neumáticos, que aún después de terminar su vida útil en rodada, puedan convertirse en zapatos o en tapetes, que el plástico que sale de nuestros hogares se reinserte de manera económica, en una segunda o tercera vuelta. "Bienvenidos a la economía circular".
El viejo paradigma del siglo XX de que un producto es nuevo porque sus materiales nunca habían sido utilizados, es tan obsoleto, como inviable. Hoy todo tiene que estar diseñado para utilizarse cinco o 10 veces si es necesario, y para hablar de ecodiseño tenemos que hablar obligatoriamente de nuestros sistemas de recolección de basura y de lo que los seres humanos seguimos pensando que es basura más allá de la diferencia de orgánico e inorgánico.
Y es que, para muchos BASURA es aquello que ya no utilizamos, y terminamos como único objetivo llevarlo al desecho, prácticamente que no forme parte de nuestra vida, de nuestras casas, sin considerar hacia dónde irá, o qué sucederá con dichos materiales.
Incluso, pocas veces nos paramos a analizar si la botella de agua que acabamos de consumir es reciclable, biodegradable, reutilizable y si en nuestro entorno existen las condiciones para que esas características no se pierdan.
Y es que como lo han dicho algunos especialistas, priorizar la sustentabilidad ambiental y evitar la generación de desechos es también un camino para el crecimiento económico, y aunque en nuestro país aún queda un largo trecho por recorrer en este sentido, algunos sectores productivos empiezan a transitar por esta senda de la economía circular.
Incluso el reciente cotejo mundialista de futbol, las marcas encargadas en la equitación de los jugadores o selectivos nacionales presumen que los uniformes que les dan identidad están siendo realizados con materiales pet o reciclables, reduciendo el impacto ambiental de manera considerable. Pues cada playera está realizada con al menos ocho botellas plásticas o poliéster reciclado.
Hoy en día una familia genera entre 4 y 6 kg de basura por día en promedio y de esa cantidad gran parte son activos de la economía circular, plásticos, cartón, metal, vidrio, y otros materiales.
Es por ello que México tiene una gran oportunidad, pero sobre todo el gran desafío para contar con el procedimiento adecuado para que el porcentaje de estos productos regresen a la economía y que más número de personas se involucren y se beneficien de la economía circular.
La economía circular es un nuevo modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible al paso de los años, pues no sólo se promueve la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos, sino que, mediante su reciclado, dan una nueva vida para la creación de un nuevo producto.
Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local. Diputado local
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