/ miércoles 17 de julio de 2024

Españoles

Han pasado más de 500 años desde que Hernán Cortés pisó nuestra tierra por primera vez. España llegó a México para hacerlo una copia de ella, y si bien conservamos su idioma y nos vemos claramente influidos por su cultura, hay algo de lo que lamentablemente no podemos presumir que nos parezcamos. Hablemos del domingo 14 de julio de 2024, hablemos del que probablemente es el día más glorioso en la historia del deporte español.

Si bien existen cuatro Grand Slams en el mundo del tenis, Wimbledon es el más importante de todos, por algo es el único trofeo de estos cuatro que es color oro y por algo es el único que conserva la tradición de vestir de blanco, una pureza que ningún vestido de novia podrá alcanzar nunca. Este fin de semana el español Carlos Alcaraz logró ganar su segundo campeonato en Londres de manera consecutiva y una vez más ante el legendario Novak Djokovic. Lo resaltable aquí no es el segundo Wimbledon de Alcaraz como tal, ni el hecho de haber alcanzado ya cuatro Grand Slams a la corta edad de 21 años. Lo que se lleva el foco de atención es el performance del español, quien muy probablemente demostró el nivel de tenis más alto que ha alcanzado en su vida hasta ahora y que ha dejado consternanda a la afición del tenis por el monstruo que estamos a punto de ver en los siguientes años. La paliza a Djokovic, incluso a esta edad, es de lo más atípico (6-2/6-2/7-6). Sólo Dios sabe cuántos GS recolectará Alcaraz al final de su carrera, lo que queda claro es que está empeñado en forzar un espacio en esa mesa donde actualmente únicamente existen tres sillas.

A solamente mil kilómetros de la Cancha Central de Wimbledon se encuentra el Olympiastadion en Berlín, escenario en el cual la Eurocopa de naciones 2024 celebró su gran final entre España e Inglaterra. En este partido lo malo del primer tiempo fue directamente proporcional a lo bueno que fue el segundo, el gol de Nico Williams a los 60 segundos de iniciar el complemento fue el factor perfecto para que este se convirtiera en un partido digno del tamaño de Europa. El empate llegó por parte de Cole Palmer minutos después de que Harry Kane, goleador histórico de la selección inglesa y actual capitán de los tres leones, fuera inexplicablemente sustituido por el tan criticado Gareth Southgate. Mikel Oyarzabal resultó ser el héroe inesperado al marcar el gol del título cuando el partido ya agonizaba en el minuto 86. La selección española alzó su cuarta Eurocopa ganando 2-1, su tercera en las últimas cinco ediciones, y convirtiéndose ahora en solitario como la selección más galardonada a nivel continental. Esta España será recordada por haber sido una justa campeona en medio de un torneo donde el futbol no mostró su mejor versión en muchos de los llamados a ser protagonistas, incluso a pesar de la polémica mano de Cucurella en cuartos de final.

Han pasado más de 200 años desde aquel grito de independencia que nos separó para siempre de España, y sería lindo que, a pesar de que ya no estamos políticamente relacionados, tuviéramos la capacidad de imitarlos en aquellos aspectos donde claramente se nota que están haciendo las cosas bien. Envidia de la buena, amargura de la mala. A voltear la página de estos días intensos de Eurocopa, Copa América y Wimbledon, toca poner la mirada en el horizonte donde ya se alcanza a ver… la Torre Eiffel.


Mario Ramírez / Tiktok: la.futboliza


Han pasado más de 500 años desde que Hernán Cortés pisó nuestra tierra por primera vez. España llegó a México para hacerlo una copia de ella, y si bien conservamos su idioma y nos vemos claramente influidos por su cultura, hay algo de lo que lamentablemente no podemos presumir que nos parezcamos. Hablemos del domingo 14 de julio de 2024, hablemos del que probablemente es el día más glorioso en la historia del deporte español.

Si bien existen cuatro Grand Slams en el mundo del tenis, Wimbledon es el más importante de todos, por algo es el único trofeo de estos cuatro que es color oro y por algo es el único que conserva la tradición de vestir de blanco, una pureza que ningún vestido de novia podrá alcanzar nunca. Este fin de semana el español Carlos Alcaraz logró ganar su segundo campeonato en Londres de manera consecutiva y una vez más ante el legendario Novak Djokovic. Lo resaltable aquí no es el segundo Wimbledon de Alcaraz como tal, ni el hecho de haber alcanzado ya cuatro Grand Slams a la corta edad de 21 años. Lo que se lleva el foco de atención es el performance del español, quien muy probablemente demostró el nivel de tenis más alto que ha alcanzado en su vida hasta ahora y que ha dejado consternanda a la afición del tenis por el monstruo que estamos a punto de ver en los siguientes años. La paliza a Djokovic, incluso a esta edad, es de lo más atípico (6-2/6-2/7-6). Sólo Dios sabe cuántos GS recolectará Alcaraz al final de su carrera, lo que queda claro es que está empeñado en forzar un espacio en esa mesa donde actualmente únicamente existen tres sillas.

A solamente mil kilómetros de la Cancha Central de Wimbledon se encuentra el Olympiastadion en Berlín, escenario en el cual la Eurocopa de naciones 2024 celebró su gran final entre España e Inglaterra. En este partido lo malo del primer tiempo fue directamente proporcional a lo bueno que fue el segundo, el gol de Nico Williams a los 60 segundos de iniciar el complemento fue el factor perfecto para que este se convirtiera en un partido digno del tamaño de Europa. El empate llegó por parte de Cole Palmer minutos después de que Harry Kane, goleador histórico de la selección inglesa y actual capitán de los tres leones, fuera inexplicablemente sustituido por el tan criticado Gareth Southgate. Mikel Oyarzabal resultó ser el héroe inesperado al marcar el gol del título cuando el partido ya agonizaba en el minuto 86. La selección española alzó su cuarta Eurocopa ganando 2-1, su tercera en las últimas cinco ediciones, y convirtiéndose ahora en solitario como la selección más galardonada a nivel continental. Esta España será recordada por haber sido una justa campeona en medio de un torneo donde el futbol no mostró su mejor versión en muchos de los llamados a ser protagonistas, incluso a pesar de la polémica mano de Cucurella en cuartos de final.

Han pasado más de 200 años desde aquel grito de independencia que nos separó para siempre de España, y sería lindo que, a pesar de que ya no estamos políticamente relacionados, tuviéramos la capacidad de imitarlos en aquellos aspectos donde claramente se nota que están haciendo las cosas bien. Envidia de la buena, amargura de la mala. A voltear la página de estos días intensos de Eurocopa, Copa América y Wimbledon, toca poner la mirada en el horizonte donde ya se alcanza a ver… la Torre Eiffel.


Mario Ramírez / Tiktok: la.futboliza