Con gran entusiasmo, adultos mayores de Cuauhtémoc acudieron ayer a diversos puntos de vacunación para recibir su primer dosis, por orden alfabético en el primer día de jornada lo hicieron cerca de seis mil adultos mayores de sesenta años y más, acudieron a cuatro puntos estratégicamente habilitados con ese propósito, algunos acompañados por sus hijos, en grupos de apoyo y otros por sus nietos, quienes con gran emoción y compromiso fueron en principio quienes los registraron y escuché decir a varios que ellos debían terminar la tarea de lograr que sus abuelos recibieran la protección.
Como bien saben, estimados lectores, los fuertes vientos que en esta temporada azotan a nuestra región no fue limitante para acudir con mucha responsabilidad a tan esperado acontecimiento, desde luego fue el tema de todos los noticiarios, las mesas de café, en las casas de los cuauhtemenses ayer vivimos una especie de encuentro cívico de profunda responsabilidad y aliento.
La logística fue a cargo de la Secretaría del bienestar en conjunto con la Guardia Nacional, en promedio cada 45 minutos fueron registrados, vacunados y observados para cualquier reacción cerca de cien adultos, fue un ejercicio que permitió observar la organización de nuestras autoridades, que con eficiencia se propusieron mejorar los espacios y ajustar todos los puntos finos para eficientar la labor en beneficio de la población.
A más de un año de confinamiento en sus domicilios, esta jornada sirvió también para que muchos pudieran salir, dar un paseo, reencontrarse o conocer amigos, muchos de ellos comentaban, desde que me acuerdo la única manera de acabar con las pandemias han sido las vacunas, remembranzas de su niñez o historias escuchadas de sus mayores, por eso nosotros tenemos que cuidarnos para poder volver a estar tranquilos, para que vuelvan nuestras familias a vernos, para poder ir a los espacios como clubes del abuelo, bueno, hasta poder ir a consultas médicas con tranquilidad.
Para el resto de la ciudadanía significó tranquilidad también saber que las personas más vulnerables cuentan ya con una protección, adicional a que es el inicio que permitirá ir avanzando, posteriormente serán las personas con discapacidad, maestros, personas con actividades esenciales y así sucesivamente, es sin duda una política pública que nos llena de esperanza y fe en que pronto nuestra nueva normalidad tendrá mayores elementos de soporte, que la economía volverá a florecer, que los oficios que han sido restringidos y prácticamente desaparecidos podrán resurgir, que la vida social, psicológica y política pueda ser cada vez más parecida a la que teníamos antes, que sin duda somos más fuertes y conscientes de todo lo que tenemos que realizar, una nueva visión de nuestro mundo, de nuestras vidas, para entender que debemos ser previsores porque las crisis nos hacen más fuertes pero también nos demandan mayor prevención en todos los aspectos.
Que gran ejemplo de sabiduría, responsabilidad, confianza en las autoridades, intención de vivir con mayor calidad, pero sobre todo de que aun cuando las situaciones se tornen oscuras, con nuestra actitud podemos afrontar cualquier obstáculo, con hechos se nos demostró, que la esperanza nunca se debe perder.