El emprendimiento es uno de los principales motores que permite generar un impacto económico y social que establezca las bases para alcanzar el crecimiento y desarrollo económico de una región. Por lo cual nuestro gobierno tiene uno de los roles más importantes dentro de una economía, puesto que se encarga de concentrar todos los esfuerzos y recursos en pro del cumplimiento de los objetivos prioritarios y necesidades básicas de una sociedad. Hoy más que nunca, debido a la fuerte crisis económica, por la cual estamos atravesando, se necesita que el gobierno federal, estatal y municipal en conjunto o separadamente implementan nuevas políticas públicas que fomenten el emprendimiento, la innovación y la creatividad y se cree un ecosistema favorable para que cada vez más jóvenes se animen a iniciar su propio negocio. Se necesita una agenda integral de apoyo a las Pymes para crear alternativas de solución concretas para cada una de ellas.
Uno de los grandes problemas que sufren los emprendedores al empezar es la falta de financiamiento y recursos para mantenerlo con vida. Aunque las entidades federativas no se encuentran en su mejor momento para invertir directamente en las empresas, se deben crear condiciones favorables para generar alianzas y vinculación con fondos privados de inversión para multiplicar los recursos e invertir en empresas locales, y que el gobierno actué como intermediario para que las micros, pequeñas, medianas empresas (MIPyMES) cuenten con servicios de asesoría y capacitación para profesionalizarse antes de levantar capital a través de fondos privados de inversión y esto sea una forma de apalancar los negocios. La falta de financiamiento es la principal causa de muerte de las empresas, el reto es ver como hacerlo no sólo más accesible, sino acercarlo a más empresas pequeñas.
Otro de los grandes rubros donde se necesita mejorar es en la simplificación de trámites gubernamentales a través del uso de la tecnología. La mejora regulatoria es uno de los indicadores más importantes para evaluar la facilidad con que se hacen negocios en un país, la interacción entre ciudadanos y gobiernos para acceder a trámites y servicios de manera ágil y simplificada, como la obtención de licencias y permisos que marca la ley para desarrollar empresas nuevas y hacerlas crecer. Una política pro emprendimiento debe propiciar el uso de la tecnología para simplificar trámites administrativos, ya sean los trámites municipales o estatales para apertura y funcionamiento de negocios o trámites federales para obtención de permisos y concesiones en general. Esto aceleraría procesos, reduciría los espacios de corrupción y promovería eficiencia en el uso del presupuesto gubernamental.
Fomentar el emprendimiento en los jóvenes no solo se trata de enseñarles a iniciar un negocio, sino de dotarlos de herramientas para desarrollarse en un mundo altamente competitivo. Es necesario contar con un escenario que nos permita proyectar a futuro, con las reglas claras del juego, y estabilidad económica. Es tarea de los gobiernos que las empresas que lleguen a formarse sean sólidas y consolidadas, el emprendimiento no es solo una solución para combatir la pobreza y la falta de empleo, sino es clave para el crecimiento del país y beneficio de sus habitantes.
Lic. en Derecho, Asesor de Derecho Corporativo
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