Forest City es una ciudad privada en el estado de Johor, al sur de Malasia. La ciudad fue planificada como una metrópoli futurista y ecológica con tecnología avanzada y sostenibilidad en mente. El proyecto inmobiliario de 100 mil millones de dólares construyó complejos de viviendas modernas y lujosas, oficinas modernas, un campo de golf, áreas comerciales, bares, restaurantes, playas y vistas privilegiadas al mar. Este proyecto esperaba albergar a miles de personas y en la actualidad solo viven unos cuantos.
Country Garden, la empresa china y malaya que desarrolló el proyecto, detuvo el proyecto a un 15% después de haber invertido 100 mil millones de dólares. De acuerdo a BCC, Country Garden carga con una deuda de 200 mil millones de dólares. El mercado meta del proyecto era atraer a ciudadanos chinos con un alto poder adquisitivo. El gran atractivo era poder ofrecer espacios de primer nivel como una segunda vivienda para vacacionar a un valor reducido en comparación con otros desarrollos en China.
Durante su desarrollo, el proyecto fue embestido por algunos problemas. Se dio la polémica de que el proyecto se desarrolló dentro de un área protegida, se destruyeron manglares y se afectó la vida marina. Otro problema fue que la población que rodea el desarrollo no tiene el suficiente ingreso para vivir ahí. Adicionalmente, se vio afectado por la crisis financiera en China, las restricciones de China sobre la salida de capitales, el impacto de Covid-19 y una restricción de visado que limitaba la compra de propiedades por extranjeros.
Evidentemente, algunos se arrepienten de haber comprado en Forest City, mientras que otros disfrutan de la soledad de esta ciudad fantasma. Actualmente, el 95% de las tiendas están cerradas. El proyecto completamente desarrollado tendría una capacidad de albergar 700,000 habitantes. Actualmente, el proyecto tiene la capacidad de albergar entre 20,000 y 30,000 habitantes y se estima que hay tan solo entre 10,000 y 20,000 habitantes.
La menor demanda generada por los problemas del desarrollo ha tenido un fuerte impacto en los precios de adquisición. En 2016, un departamento costaba entre 200,000 y un millón de dólares. Actualmente, los precios oscilan entre 100,000 y 500,000 dólares.
A pesar de la adversidad, el proyecto sigue haciendo un esfuerzo para poder revertir el fracaso. El primer ministro anunció que Forest City será designada como zona financiera especial con ventajas en las visas de entrada y una tasa reducida para trabajadores del conocimiento. También está en discusión la apertura de un casino. La empresa sigue empujando sus estrategias de marketing y cuenta con 100 agentes inmobiliarios promoviendo el proyecto en toda Asia.
Forest City en Malasia, concebida como una metrópoli futurista y ecológica, ha sido profundamente afectada por cambios en políticas públicas tanto en China como en Malasia. Las restricciones chinas sobre la salida de capitales y las limitaciones malayas en la compra de propiedades por extranjeros redujeron drásticamente la demanda. Además, la pandemia de COVID-19 limitó la movilidad de potenciales compradores.
Los mercados son muy sensibles a la inestabilidad de las políticas públicas de las autoridades. En México estamos por iniciar un nuevo gobierno federal y un congreso con la capacidad de hacer cambios más profundos mediante la modificación de la constitución. Seguramente los mercados serán muy cautelosos en los primeros meses de gestión.
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