Por: Román Rivas Hong
Una gran y oportuna noticia fue ver el fallo final a favor de México y Canadá del panel automotriz en el marco del T-MEC; la noticia llega en el momento propicio, ya que en julio próximo entra en vigor la regla mediante la cual el Valor de Contenido Regional (VCR) debe subir a 75%. En el Capítulo 4 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se estableció que para considerar a los automóviles como productos originarios de Norteamérica su VCR -los componentes hechos en la región- subiría a un mínimo de 75% (desde el 62.5% del TLCAN). El fallo llega en el momento justo para dar certeza al sector automotriz mexicano y canadiense para continuar exportando a Estados Unidos al amparo del T-MEC, sobre todo por el hecho de que en este año también se cumple el plazo para incorporar otros importantes cambios firmados en el tratado como la legitimación de los contratos colectivos de trabajo de acuerdo con el Capítulo 23. Estados Unidos argumentaba que cuando una autoparte esencial contiene un 75% de contenido regional, eso es lo que en la fórmula final de contenido debería aportar al VCR del automóvil y que no se podía considerar como “100%”, pero con esta resolución ahora así debe tomarlo y con ello será mucho más sencillo y menos ambiguo para los fabricantes instalados en México y Canadá el cumplir con la regla, así que a partir de julio de 2023 los vehículos que cumplan con un mínimo de 75% de VCR deberían ingresar a Estados Unidos sin problema, por lo que de ser detenidos, tanto los autos mexicanos como canadienses, podrán rectificar que sus exportaciones están acatando lo pactado en el T-MEC. El Valor de Contenido Regional de las partes esenciales ha estado aumentando desde la entrada en vigor del T-MEC, empezando con un 66% en 2020 hasta llegar a un máximo de 75% en julio próximo. El cumplir con el criterio marcado con esta resolución no es sencillo de cualquier forma, pero nosotros como fabricantes de autopartes (me incluyo) tendremos mucho mayor certeza y tiempo para desarrollar nuestras cadenas de valor regionales; por ejemplo, algo de lo cual yo en lo personal me enorgullezco para la empresa en la que laboro, es el haber gestionado con nuestro cliente inmediato el ya no adquirir una resina de China cuyo suministro quedó en vilo como parte de los efectos de la pospandemia y reemplazarla con una resina mexicana, los resultados fueron tan asombrosos que no sólo logramos optimizar la cadena de suministro, sino además tuvimos la oportunidad de calificar de manera inmediata a ese 75% de VCR que el T-MEC exigirá a partir del primero de julio. El otro efecto colateral de que se haya resuelto esta controversia es el que con ello México se reposiciona de manera estratégica para seguir atrayendo inversión, pero ahora para la manufactura de autopartes automotrices de vehículos eléctricos; ésta es una gran oportunidad para nuestro país, ya que a mediados del año pasado los Estados Unidos aprobaron incentivos fiscales para la fabricación de vehículos eléctricos en la unión americana y los incentivos se hicieron extensivos a todos los producidos en la región de Norteamérica (no sólo a los fabricados en el vecino país). Para 2022 se estima que la producción de autos eléctricos en la región de Norteamérica suba un 73% con respecto a 2022, pero en los años venideros esta proporción pudiera aumentar de manera exponencial y México deberá estar allí como buen socio comercial participando desde un inicio para que esas cadenas de valor sumen más del 75% de valor de contenido regional, pero para ello deberá resolverse la controversia con respecto al tema energético del Capítulo 8 suscrita por Canadá y los Estados Unidos debido a las políticas de obstaculización que el actual gobierno federal de México ha tomado con respecto a la generación de energías limpias. Y vaya, pareciera que en la cumbre trilateral sostenida a inicios de este mes le dejaron tarea al respecto al gobierno federal, ya que el tema no se discutió de manera pública durante estas reuniones. No podemos desaprovechar la oportunidad de seguir creciendo nuestra industria; el acelerador en la fabricación de estos vehículos -eléctricos- va en serio debido a que en el mundo hay diversas metas para alcanzar la venta exclusiva de autos con emisiones cero. Por otra parte, para las empresas manufactureras instaladas en Norteamérica es sumamente complejo el cumplir con todas las reglas, tanto en estándares de calidad, como en estándares ambientales y todas las reglas dictadas por el T-MEC. Me encantaría que el consumidor final estuviese conectado con esto, tal como lo estamos los que trabajamos en la industria y que, con ello, consumieran lo que nosotros producimos en la región de Norteamérica antes de consumir un producto no producido en la región.
Maestro en Administración. Presidente de Index Chihuahua
roman.rivas@mgsmfg.com