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Estas últimas semanas los encabezados de periódicos, artículos de opinión y de analistas han abordado sin cesar, las iniciativas de reformas constitucionales de AMLO. La que más ha acaparado los reflectores, es la del Poder Judicial. La idea de transformar a esta institución es buena, pero el cómo se hará puede resultar contraproducente. Sabemos que la estructura tiene vicios, prevalece un alto porcentaje de impunidad en sus resoluciones y si bien hay exámenes para acceder a puestos, muchos de estos son aprobados por “compadrazgos”. Es correcto proyectar un nuevo escenario donde esto cese, pero de eso a proponer eliminar “todo de raíz” y comenzar desde cero, como lo hizo Pol Pot en su auto-genocidio en Camboya para eliminar todo rasgo de capitalismo, es una locura. El “hámster populista” de AMLO ya está cansado y le urge retirarse a descansar; ojalá Sheinbaum tome decisiones con base a la razón, y no al corazón. El escenario en México es difícil, pero lo es también en otros países. En días pasados se llevó a cabo el debate presidencial en Estados Unidos (EU) de Biden v.s. Trump. Si usted lo vio, seguro le dio vergüenza ver a dos adultos “muy, muy” mayores pelear por el poder. El populista Trump (78 años) arrastra escándalos como la construcción de un muro para separar a México de (EU), el asalto al capitolio, denuncias de violación, fraude, subestimar la pandemia COVID-19 y escándalos sexuales. Aun así, podría convertirse nuevamente en presidente. Respecto a Biden, ha provocado que su Partido Demócrata entre en pánico por sus comportamientos erráticos debido a su edad (81 años). Titubeos, desorientación, tropiezos, caídas flatulencias y ronquidos en público, han causado numerosas críticas. Está frágil y senil. Han saltado varios nombres para reemplazarlo en la carrera presidencial, pero se señala a su esposa Jill como obstáculo para que ceda el lugar. Es ella la que manda y dice qué se debe hacer dentro y fuera de la recámara, y de la Oficina Oval.
Reino Unido (UK) tendrá elecciones el 4 de julio para elegir 650 miembros de la Casa de los Comunes, que, a su vez, determinará la forma de gobierno. Esta será la primera elección desde el Brexit en 2020, cuando salieron de la Unión Europea a causa del populismo del entonces primer ministro Boris Jonhson. Desde entonces hay crisis económica, de vivienda y de servicios de salud. Por si fuera poco, el actual primer ministro Rishi Sunak (tampoco le funciona el hamster), aprobó una ley de deportación de inmigrantes regulares e irregulares a Ruanda, país que hace tres décadas sufrió un genocidio. A cambio de 150 millones de dólares, recibirán a los migrantes que “estorban”. Esta medida es para “disuadir” a las personas a que migren. En estos días, se espera una victoria histórica del Partido Laboral, y la peor derrota del Partido Conservador en 200 años.
No hay que dejar a Francia atrás. En estos momentos, también atraviesa elecciones históricas donde la ultra-derecha ha ganado los puestos legislativos en la primera vuelta. Con la mayoría, elegirán al primer ministro y la forma del gobierno, algo no visto desde la ocupación Nazi.
Hay otros 70 países que tendrán elecciones este año. Los resultados serán cruciales para la economía, la estabilidad geopolítica y social de cada lugar. Pareciera que el mundo se está remodelando en búsqueda de una nueva identidad y de significados epistemológicos que den sentido a los cambios sociales que vivimos. ¿A dónde llevará todo esto? Con esperanza y mucha mucha fe, a un mejor destino, espero. Lo que queda claro, es que hay malos liderazgos, hartazgo y conflictos sociales a causa de las malas decisiones populistas. Ocurre en México, pero en el resto del planeta también.
