/ miércoles 16 de octubre de 2024

Hechos y criterios / Pornografía creciente

Hace ya veintiocho años que el que esto escribe, en este mismo medio (9 de agosto de 1996) advertía de la creciente pornografía que se introducía en las diversas capas de la sociedad, y empezaba a fomentar efectos devastadores en muchas familias.

Expresaba entonces que “poco a poco en cine, teatro, televisión y otros medios, penetra, cas sin sentir, la presencia de imágenes, diálogos, escenas o situaciones que caen casi o seguramente en la pornografía, con todo y discusión sobre los límites de la misma. Cada día hay menos escándalo y lo exhibido se siente ‘normal’”.

El asunto era tímido al principio, y más abierto después. Entonces se daba un “servicio” de llamadas telefónicas con alto contenido erótico y francamente pornográfico según rezaban los anuncios que ya aparecían en los diarios, a la par que la publicidad de películas del mismo corte. El crecimiento de la pornografía por distintos medios y de diferentes modos no ha menguado.

Ante asociaciones de familias el papa Francisco expresó hace unos años: "Hablamos del flagelo de la pornografía, que actualmente está por todos lados… es un atentado permanente contra la dignidad del hombre y la mujer" y pidió a las autoridades que la declararan "amenaza para la salud pública".

En octubre del 2022 ante religiosos y seminaristas estudiantes en Roma, Francisco expresaba que la pornografía “es algo que debilita el alma. El diablo entra por ahí: debilita el corazón del sacerdote. Y no hablo de la pornografía criminal, como el abuso infantil, sino de la pornografía 'normal'". Advirtió entonces contra el consumo de la pornografía digital: “Es un vicio que tiene mucha gente, tantos laicos, tantas laicas, e incluso sacerdotes y monjas".

Y hace menos de un mes el mismo pontífice señaló que la tecnología “ofrece innumerables medios para dar oportunidad al diablo”, y muchos caen en su trampa.

“Pensemos –siguió el sucesor de Pedro- en la pornografía en internet, detrás de la cual hay un mercado muy floreciente. Lo sabemos todos, es el diablo el que trabaja allí. Se trata de un fenómeno fuertemente extendido del que los cristianos deben, de todas formas, precaverse y rechazar enérgicamente… Cualquier teléfono, tiene acceso a esta fea brutalidad, a este lenguaje del demonio, la pornografía en la red”.

En otra ocasión el Papa expuso que el placer sexual es un “don de Dios” pero que es “socavado por la pornografía”.

Así las cosas, reflexionemos sobre el mal que provoca este flagelo. Decir NO a la pornografía y a todo aquello que nos impulse por ese sendero es optar por lo mejor del hombre. ¿Lo ven?