La Comisión Global sobre la Economía del Agua advierte nuevamente que la producción mundial de alimentos está en peligro de reducirse a la mitad por falta de agua para los cultivos. Y yo agrego: con la consecuente carestía de alimentos y mayor hambre y la sed de los pueblos y sectores de menor riqueza económica. Y agrega la Comisión: “ya no podemos contar con la disponibilidad de agua dulce -potable- para nuestro futuro colectivo”.
Advertencia que, junto a los desastres climáticos frecuentes y trágicos, debería obligarnos a cambiar formas de vida y de producción destructoras de la naturaleza, de las especies vegetales y animales y elementos que conforman el sistema que desarrolló la vida humana desde sus orígenes. Debería obligarnos también, el pensar en nuestro futuro personal, familiar y colectivo, en lo que espera a nuestras hijas/os y nietas/os que sufrirán de lleno la terrorífica situación del agotamiento del agua potable.
Pero no sucede así, seguimos consumiendo en exceso y derrochando agua, fuente y sustento de vida. Los países y grupos sociales más consumidores de agua aumentan año con año su consumo y desperdicio; me refiero principalmente los productores agrícolas de riego que en el mundo consumen más del 70% del agua potable y en Chihuahua consumen más del 80% del total del agua, por sus sistemas de regadío ineficientes y sus cultivos inapropiados para cada región como la nuestra.
Chihuahua se ubica en la franja de los grandes desiertos del hemisferio norte, en el gran Desierto de Chihuahua, el más grande de Norteamérica, que abarca desde San Luis Potosí y Zacatecas, parte de Durango, Coahuila y Chihuahua, hasta el centro-suroeste de EUA. Los ríos de Chihuahua que se formaban en las altas serranías boscosas de la Sierra Madre y escurrían hacia la llanura chihuahuense, ya son cauces secos en su casi totalidad; en la Sierra llueve muy poco por la tala de los bosques. Los acuíferos subterráneos se agotan por sobreexplotación; de 61 acuíferos, sólo 23 tienen disponibilidad para más extracción, 38 están sobreexplotados -más extracción que recarga natural. El agua de Chihuahua se acaba.
¿Podremos todavía evitar la catástrofe hidrológica que se viene encima? Todo indica que no podremos. El deterioro ambiental ya rebasó el punto de no retorno -la pérdida de masa vegetal y especies vivas es irreversible en un círculo vicioso de menor masa vegetal-menos lluvias-menos masa vegetal.
Podríamos disminuir la velocidad con que avanza el desastre hidrológico y ecológico, hasta detenerlo, para lo cual deberíamos todas y todos poner en práctica ya Cuatro Acciones climáticas: 1. Uso racional y responsable del agua disponible. 2. Alto total a la tala de árboles y la destrucción de arbustos y malezas. 3. No más cultivos de excesivo consumo de agua en nuestra sequía. 4. Aplicar las cuatro R: Reducir consumo, Reciclar agua, Rescatar cuencas, Reforestar.
Todo lo cual requiere a su vez de tres elementos: A. Conciencia cívica en materia hidráulica y climática; B. Autoridad hídrica responsable y decidida, y C. No “politiquear” con el tema del agua para que cunda un ánimo positivo y apliquemos sin tardanza las Cuatro Acciones climáticas.
Nada de esto lo tenemos y tampoco lo estamos desarrollando. Con realismo y sin pesimismo, es de preverse y lamentarse mayor desastre hídrico y climático en el futuro cercano: el monstruo se ha desatado.
Apliquemos ya las Cuatro Acciones.
Maestro en Ciencias Económicas, Consultor Privado en Economía y Recursos Naturales
purangachih@gmail.com