En medio de la vorágine política y electoral que se vive en Juárez, en Chihuahua y en todo México, se han visto propuestas de todo tipo y de todos los colores. Hay una oferta tan grande que la calidad de las propuestas parece no ser muy buena en muchos de los casos.
Incluso, hay quienes ofrecen lo que ni siquiera entra en lo que sería su ámbito de competencia. Es el carnaval electoral, donde muchos disfrazan sus verdaderas intenciones.
Ante ello, considero dos premisas principales que toda candidata o candidato debe observar.
La primera, ser la persona que siempre se ha sido; y la segunda, conducirse conforme a valores democráticos, sociales y personales.
En cuanto a mostrarse como la persona que realmente se es, constituye la mejor forma de fincar una buena relación con la sociedad. Hay que ser como somos las y los juarenses: abiertos, francos y directos. La gente percibe a las personas genuinas y a las que no lo son. Y el futuro de Juárez depende en mucho de la capacidad que tengamos de comunicarnos de manera clara y transparente, sin rodeos de ningún tipo. Esa es la base para la buena comunicación y los buenos acuerdos entre sociedad y gobierno.
En lo referente a los valores democráticos, sociales y personales, éstos conforman la verdadera plataforma sustantiva de las propuestas. Si todas y todos participamos con nuestras mejores ideas, si las propuestas son escuchadas y avaladas socialmente, si ponemos lo mejor de cada una y cada uno de nosotros, entonces podremos construir el mejor Juárez de todos los tiempos, en un clima de armonía social y con mejores condiciones de progreso para todas y todos.
Bien dicen que las buenas ideas valen incluso más que el dinero. Si dos personas intercambian la moneda que cada uno tiene, cada uno se queda de nuevo con una sola moneda; pero si intercambian ideas, ambas personas quedan con dos ideas. Por eso, para hacer rendir al máximo los recursos públicos de Juárez se necesita de las ideas de todas y todos los juarenses, con un gobierno que los escuche y trabaje realmente por el municipio.
El Juárez de hoy necesita mayores y mejores oportunidades de progreso. Mientras haya, como siempre los habrá, niños y jóvenes llenos de vida, listos para aprender, deben construirse calles seguras para llegar a sus escuelas.
Mientras haya emprendedores que se rompen el alma trabajando, deben favorecerse todas las actividades productivas y económicas, tanto las del sector primario, como las de la industria, el comercio, los servicios y el turismo.
Mientras haya familias que toda la semana dan su mejor esfuerzo, debe haber lugares públicos para su esparcimiento.
Mientras haya personas que todavía no obtienen los ingresos que necesitan para su sustento y el de sus familias, debe haber acciones decididas para respaldar sus aspiraciones.
Mientras existan retos de gobierno, deberá haber un ejercicio responsable, serio y visionario del mismo.
Estoy segura de que Juárez está lista para enfrentar el mañana, un futuro de la nueva prosperidad que juntas y juntos podemos edificar, donde quepan todos los ciudadanos y todas las familias; donde todos tengan una oportunidad cierta y segura para salir adelante; y donde el grano de arena que cada quien ponga se sume al de los demás.
Esta es la hora de sembrar el porvenir que queremos para Juárez. De sembrar con fuerza nuestra voluntad de cambio. De sembrar con fuerza nuestro carácter inquebrantable. Juárez es nuestra raíz y nuestro compromiso; y debe ser por siempre el gran árbol social cuyas ramas cobijen y alienten los anhelos de superación de todas y todos los juarenses.