En la toma de protesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum, nada fue sorpresa, fuera del beso en la mano que le dió la Presidenta revestida con la solemnidad del acto, es decir portando la banda presidencial, al senador y dirigente del Partido verde ecologista Manuel Velasco; no sorprendieron los aplausos, ni los halagos, ni los discursos y ni las flores al ahora expresidente López, como era de esperarse los subordinados de Morena rindieron tributo al tlatoani que se va, pero que no se va del todo, como lo evidencian las señales.
El nuevo gobierno inicia dándole continuidad al de la llamada 4 T, como se demuestra con los mensajes de la Presidenta, en donde enumeró lo que ella quiere hacer, pero nunca dijo cómo lo va a lograr. Siendo fiel a su antecesor, se comprometió a la entrega de becas “para el bienestar “ de los adultos mayores, de las mujeres mayores de 60 años, de los estudiantes, de los ninis, etc., etc., como si los dineros públicos sobraran y estuviéramos en un país imaginario, como en jauja.¿ Cómo va a lograrlo? si las arcas nacionales están vacías, el gobierno anterior se las gastó en su clientela electoral y en las obras faraónicas del presidente, que fueron inauguradas sin estar terminadas y por ende aún no funcionan, el AIFA, en donde no aterrizan aviones, la refinería dos bocas, que todavía no empieza a refinar, el tren maya que dicho sea de paso, aparte de las cantidades estratosféricas que se gastaron en el mismo, generó un grave ecocidio de daño irreparables e incalculables.
No estoy en desacuerdo con los programas sociales como el de adultos mayores, pero que se destinen a las personas que realmente lo necesitan, previo estudio socioeconómico, y no a diestra y siniestra, siendo el colmo que en el sexenio de López se repartía el dinero del programa también a personas con altos niveles de vida.
AMLO se gastó el erario público también entregando dinero a su clientela electoral y demás caprichos personales e incrementó la deuda pública, misma que al concluir el gobierno de Enrique \u0009Peña Nieto era de 10 mil billones de pesos, y que López Obrador casi duplicó, pues con éste la deuda pública creció a 16 mil billones de pesos.
Cómo vamos el pronóstico es, de que la ahora presidenta tendrá que recurrir a conseguir préstamos billonarios para empezar a repartir el dinero en becas del bienestar y para afrontar el déficit que le dejaron y seguir sosteniendo a Pemex; por cierto, ya se anuncia que viene la deuda de 18 mil millones de dólares. A éste paso, se continuará endeudando a los mexicanos, y con ello vamos directo a la situación del gobierno Argentino, en donde gran parte de sus recursos van encaminados a abonar solo al pago de intereses, no del capital de su adeudo estratosférico.
También se especula que el nuevo gobierno de la Sheinbaum se prepara para incrementar los impuestos y que prepara una reforma fiscal, pero de ser así, ojalá el sector informal de la economía pague también impuestos y deje de recaer la carga impositiva en solo un puñado de Mexicanos, los mismos que siempre pagan impuestos. Dar tiempo al tiempo, pero el pronóstico no es bueno.