/ miércoles 1 de agosto de 2018

La Cuarta Transformación y el Tercer Reich

Con la presente colaboración serán tres en las que nos hemos referido a lo que hasta ahora es propuesta de gobierno de AMLO, llamada por él mismo “La Cuarta Transformación de la República” que, guardada toda simetría, la comparamos con el gobierno nacionalsocialista alemán de 1933-1945 referido como Tercer Reich, impuesto por Adolfo Hitler. ¿Desmesurado?

A la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial provocada por los mismos alemanes en su afán expansionista y el tratado impuesto por los vencedores, a lo que se sumaron el alza de los nacionalismos, una cierta debilidad de los estados democráticos, la crisis económicas del “29” y, sobre todo, el auge del fascismo, permitieron a Hitler el asalto al poder en 1933 y provocar la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias son de todos conocidas.

“Benditas las redes sociales”. “Ni Trump lo dijo”, a pesar de haber sido el primer beneficiado electoral con la manipulación de esta nueva forma de comunicación masiva, incluso desde el extranjero que le facilitó el triunfo sobre Hilary Clinton; pero que hoy, por esto y otros motivos puede ser sometido a juicio político y separado del cargo como presidente de EU.

Lo dijo “ya sabes quién”, que eufórico por la magnitud del triunfo y “pecando” de ingenuo admitió públicamente el empleo de las redes sociales en el resultado. Esto es, reconoció que “a la aldea global ya no la mueven las ideas… sino la publicidad, basada en la inmediatez, la mentira, el insulto, la befa, la verdad a medias o la mentira descarada” (Christopher Domínguez M.). Tan es así que “hasta las consagró”. “Y al bendecirlas bendijo la antipolítica, todo aquello que es contrario al diálogo en la plaza pública y apela a los instintos del votante antes que a su raciocinio”.

Quienes desde las redes se encargaron no a debatir sino a descalificar y bajarle la autoestima, a quienes expresaban cualquier idea no coincidente con la posición de López Obrador, desempeñaron la misma función que “los camisas pardas” y “camisas negras” del nazismo. Y siguen actuando de la misma manera.

De cómo actuarán ya en funciones dio la muestra el mismo presidente virtual.

Todo fue que el INE declarara que el partido Morena sería multado con 197 millones de pesos por haber realizado operaciones financieras irregulares en un fideicomiso pensado para ayudar a los damnificados de los sismos de septiembre pasado en ocho entidades del país, para que López Obrador abandonara su retiro de descanso y reflexión y en un tweet acusara al órgano electoral de una “vil venganza”.

“La frecuencia de insultos y amenazas que recibieron a través de las redes durante menos de 72 horas, fue mayor a la que se tuvieron, en total, durante los once meses que duró el proceso electoral. Quien organizó la elección donde arrasó López Obrador perdió su áurea de árbitro imparcial para convertirse en un instrumento de los poderosos para lastimar al próximo presidente de México.

“Las condiciones socioeconómicas no son como la Alemania de Weimar, pero la gente dice sentirse como si lo fueran. Las turbas virtuales están cazando voces críticas, sin que nadie trate de impedirlos. Los señalamientos claros de López Obrador parecen incipientes triángulos amarillos cosidos en la ropa para estigmatizar.

“¿Cuánto falta para que de la palabra se salte a lo físico? La tolerancia a quien disienta es inexistente. No hay diálogo, no hay contraste. El pensamiento único es lo único. López Obrador, detonador involuntario de radicalismos intransigentes, tiene una responsabilidad para sosegar su tigre virtual. Sólo él puede apaciguarlo, y no puede decir que no puede controlarlo (Raymundo Riva Palacio)…”.


Con la presente colaboración serán tres en las que nos hemos referido a lo que hasta ahora es propuesta de gobierno de AMLO, llamada por él mismo “La Cuarta Transformación de la República” que, guardada toda simetría, la comparamos con el gobierno nacionalsocialista alemán de 1933-1945 referido como Tercer Reich, impuesto por Adolfo Hitler. ¿Desmesurado?

A la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial provocada por los mismos alemanes en su afán expansionista y el tratado impuesto por los vencedores, a lo que se sumaron el alza de los nacionalismos, una cierta debilidad de los estados democráticos, la crisis económicas del “29” y, sobre todo, el auge del fascismo, permitieron a Hitler el asalto al poder en 1933 y provocar la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias son de todos conocidas.

“Benditas las redes sociales”. “Ni Trump lo dijo”, a pesar de haber sido el primer beneficiado electoral con la manipulación de esta nueva forma de comunicación masiva, incluso desde el extranjero que le facilitó el triunfo sobre Hilary Clinton; pero que hoy, por esto y otros motivos puede ser sometido a juicio político y separado del cargo como presidente de EU.

Lo dijo “ya sabes quién”, que eufórico por la magnitud del triunfo y “pecando” de ingenuo admitió públicamente el empleo de las redes sociales en el resultado. Esto es, reconoció que “a la aldea global ya no la mueven las ideas… sino la publicidad, basada en la inmediatez, la mentira, el insulto, la befa, la verdad a medias o la mentira descarada” (Christopher Domínguez M.). Tan es así que “hasta las consagró”. “Y al bendecirlas bendijo la antipolítica, todo aquello que es contrario al diálogo en la plaza pública y apela a los instintos del votante antes que a su raciocinio”.

Quienes desde las redes se encargaron no a debatir sino a descalificar y bajarle la autoestima, a quienes expresaban cualquier idea no coincidente con la posición de López Obrador, desempeñaron la misma función que “los camisas pardas” y “camisas negras” del nazismo. Y siguen actuando de la misma manera.

De cómo actuarán ya en funciones dio la muestra el mismo presidente virtual.

Todo fue que el INE declarara que el partido Morena sería multado con 197 millones de pesos por haber realizado operaciones financieras irregulares en un fideicomiso pensado para ayudar a los damnificados de los sismos de septiembre pasado en ocho entidades del país, para que López Obrador abandonara su retiro de descanso y reflexión y en un tweet acusara al órgano electoral de una “vil venganza”.

“La frecuencia de insultos y amenazas que recibieron a través de las redes durante menos de 72 horas, fue mayor a la que se tuvieron, en total, durante los once meses que duró el proceso electoral. Quien organizó la elección donde arrasó López Obrador perdió su áurea de árbitro imparcial para convertirse en un instrumento de los poderosos para lastimar al próximo presidente de México.

“Las condiciones socioeconómicas no son como la Alemania de Weimar, pero la gente dice sentirse como si lo fueran. Las turbas virtuales están cazando voces críticas, sin que nadie trate de impedirlos. Los señalamientos claros de López Obrador parecen incipientes triángulos amarillos cosidos en la ropa para estigmatizar.

“¿Cuánto falta para que de la palabra se salte a lo físico? La tolerancia a quien disienta es inexistente. No hay diálogo, no hay contraste. El pensamiento único es lo único. López Obrador, detonador involuntario de radicalismos intransigentes, tiene una responsabilidad para sosegar su tigre virtual. Sólo él puede apaciguarlo, y no puede decir que no puede controlarlo (Raymundo Riva Palacio)…”.


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