/ viernes 19 de abril de 2024

“La Dictadura perfecta”.

Las próximas elecciones del 2 de junio tienen una importancia especial, no solo se está jugando la alternancia en el gobierno, sino la forma misma de gobierno que se establece en el artículo 40 Constitucional, de ser una República Federal, Democrática, participativa y representativa, ya que la mayoría de los actos del gobierno autoritario de la llamada 4 T, son indicadores de que se pretende imponer en el país como forma de gobierno una Dictadura. Afortunadamente superamos esa faceta, que duró más de siete décadas con los gobiernos del PRI, antes de la alternancia en el poder y a la que el escritor y premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa, llamó “La Dictadura perfecta” en aquellos debates y conferencias de la década de los ochentas, quien consideraba que las “dictaduras perfectas” no estaban con Fidel Castro en Cuba, ni en la Unión Soviética, sino en México, porque en el país se vivía en una dictadura camuflada, y le llamaba perfecta, ya que podía parecer no ser una dictadura, pero que contaba con todas las características de ésta, como la permanencia en el poder, no de un hombre pero si de un partido que era inamovible y que concedía espacio para las críticas en la medida de que éstas le sirvieran para mantenerse en el poder, pero suprimía todas las críticas que pudieran poner en riesgo su permanencia; Decía también el premio Nobel, que el PRI (en sus tiempos de hegemonía), tuvo la audacia de aplicar una política de izquierda para reclutar a intelectuales, a quienes se fue ganando ofreciéndoles trabajo, cargos públicos, y a los que les toleraba cierta critica para mantenerse obviamente en el poder.

De todos es sabido que el caso de México en las décadas de la Dictadura perfecta, pretendió ser imitado por varios países de América Latina, pero no pudo ser emulado con la misma eficacia aplicada por el priismo, ya que se vivía en una dictadura disfrazada de democracia, en donde era el mismo Gobierno Federal a través de la Secretaría de Gobernación el que organizaba las elecciones y el que contaba los votos, y ese control de las elecciones por parte del Gobierno obviamente se prestaba al juego de cometer los fraudes electorales bajo el pretexto de que “ se caía el sistema,” hasta la década de los noventas, en que se creó el Instituto Federal Electoral, por la presión de la ciudadanía y de los partidos políticos para que las elecciones fueran confiables.

Cualquier parecido con la realidad que se vivía en el gobierno hegemónico del PRI, criticado por Vargas Llosa y el gobierno de la 4T de MORENA no es mera coincidencia, sino que es la pretensión ambiciosa de mantenerse en el poder y de cambiar la Democracia por una dictadura perfecta, imitando la ya superada faceta de aquel viejo PRI, del que formaba parte Andrés Manuel López Obrador.

A todos nos gusta vivir en libertad, y debemos entender que el dinero no se siembra en maceta, sino que debe ser producto del trabajo digno, porque la riqueza de los países desarrollados se logra solamente con el trabajo de la iniciativa privada, y esto sucede solo en las Democracias, porque la dictadura va en contra de la Justicia Social, del desarrollo y del progreso.


Las próximas elecciones del 2 de junio tienen una importancia especial, no solo se está jugando la alternancia en el gobierno, sino la forma misma de gobierno que se establece en el artículo 40 Constitucional, de ser una República Federal, Democrática, participativa y representativa, ya que la mayoría de los actos del gobierno autoritario de la llamada 4 T, son indicadores de que se pretende imponer en el país como forma de gobierno una Dictadura. Afortunadamente superamos esa faceta, que duró más de siete décadas con los gobiernos del PRI, antes de la alternancia en el poder y a la que el escritor y premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa, llamó “La Dictadura perfecta” en aquellos debates y conferencias de la década de los ochentas, quien consideraba que las “dictaduras perfectas” no estaban con Fidel Castro en Cuba, ni en la Unión Soviética, sino en México, porque en el país se vivía en una dictadura camuflada, y le llamaba perfecta, ya que podía parecer no ser una dictadura, pero que contaba con todas las características de ésta, como la permanencia en el poder, no de un hombre pero si de un partido que era inamovible y que concedía espacio para las críticas en la medida de que éstas le sirvieran para mantenerse en el poder, pero suprimía todas las críticas que pudieran poner en riesgo su permanencia; Decía también el premio Nobel, que el PRI (en sus tiempos de hegemonía), tuvo la audacia de aplicar una política de izquierda para reclutar a intelectuales, a quienes se fue ganando ofreciéndoles trabajo, cargos públicos, y a los que les toleraba cierta critica para mantenerse obviamente en el poder.

De todos es sabido que el caso de México en las décadas de la Dictadura perfecta, pretendió ser imitado por varios países de América Latina, pero no pudo ser emulado con la misma eficacia aplicada por el priismo, ya que se vivía en una dictadura disfrazada de democracia, en donde era el mismo Gobierno Federal a través de la Secretaría de Gobernación el que organizaba las elecciones y el que contaba los votos, y ese control de las elecciones por parte del Gobierno obviamente se prestaba al juego de cometer los fraudes electorales bajo el pretexto de que “ se caía el sistema,” hasta la década de los noventas, en que se creó el Instituto Federal Electoral, por la presión de la ciudadanía y de los partidos políticos para que las elecciones fueran confiables.

Cualquier parecido con la realidad que se vivía en el gobierno hegemónico del PRI, criticado por Vargas Llosa y el gobierno de la 4T de MORENA no es mera coincidencia, sino que es la pretensión ambiciosa de mantenerse en el poder y de cambiar la Democracia por una dictadura perfecta, imitando la ya superada faceta de aquel viejo PRI, del que formaba parte Andrés Manuel López Obrador.

A todos nos gusta vivir en libertad, y debemos entender que el dinero no se siembra en maceta, sino que debe ser producto del trabajo digno, porque la riqueza de los países desarrollados se logra solamente con el trabajo de la iniciativa privada, y esto sucede solo en las Democracias, porque la dictadura va en contra de la Justicia Social, del desarrollo y del progreso.