/ miércoles 24 de julio de 2024

La economía mexicana pende de un hilo

La economía mexicana está perdiendo dinamismo. De acuerdo a datos del INEGI así como el IOAE (Indicador Oportuno de Actividad Económica) el cálculo para el segundo trimestre del año (abril, mayo y junio) se puede estimar un crecimiento de 1.1 por ciento en el primer semestre a tasa anual. Para alcanzar el 2 por ciento, sería necesario que la economía creciera a una tasa de 2.5 por ciento en el segundo semestre, cosa que se antoja poco probable, ya que tradicionalmente el período que sigue a las elecciones en México, son de una reducción en el crecimiento económico.

Una razón relevante de lo anterior, es que el sector industrial ya está en fase de contracción, en el segundo trimestre, la industria en su conjunto habría crecido únicamente un 0.4 por ciento. Además, las manufacturas muestran una tendencia a la baja, que probablemente se acentúe. La explicación principal de lo anterior, es el menor crecimiento de las manufacturas en EU mayor a lo previsto.

Lo que ha venido salvando a la economía, es el dinamismo de la construcción, el cual ya no es suficiente para compensar el retroceso de las manufacturas. A pesar de ser construcciones del sector público de dudosa rendimiento o beneficio para el erario público. Al contrario, todas y cada una de ellas necesitarán de subsidios hasta donde la vista alcanza.

Otros sectores que han venido salvando a la economía ayudándola en mantenerse en cifras positivas es el mercado interno, principalmente los servicios y el comercio.

La estimación del segundo trimestre para este segmento, según el indicador oportuno del INEGI, es un crecimiento de 1.6 por ciento, que, aunque más bajo que en trimestres anteriores, es cuatro veces superior al ritmo de la actividad industrial.

Aunque como dijimos los servicios y el comercio salvaron la economía, sí, pero de caer en un crecimiento negativo, mas no tuvieron el impulso suficiente para impedir una desaceleración global en la economía.

Es por ello que son de suma importancia que las decisiones de política pública que se pretenden implementar el presente sexenio y el inicio de la próxima administración no generen mayor desconfianza entre los empresarios y los consumidores. Porque como hemos visto a economía pende de hilos, y fácilmente se puede dar un incremento de la desconfianza.

Si la desconfianza aumentara, estaríamos a un paso de una situación recesiva en los últimos meses de este año y los primeros de la próxima.

Unos de los sectores que se vieron muy afectados durante este sexenio fueron los sectores agropecuarios, grandes productores de divisas para el país.. Todo inició con la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), que se concretó hace poco más de un año, dejó “un gran hueco” en el otorgamiento de financiamiento a los productores del campo, afirmó Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).


Maestro en Finanzas. Economista

betortizelias@gmail.com


La economía mexicana está perdiendo dinamismo. De acuerdo a datos del INEGI así como el IOAE (Indicador Oportuno de Actividad Económica) el cálculo para el segundo trimestre del año (abril, mayo y junio) se puede estimar un crecimiento de 1.1 por ciento en el primer semestre a tasa anual. Para alcanzar el 2 por ciento, sería necesario que la economía creciera a una tasa de 2.5 por ciento en el segundo semestre, cosa que se antoja poco probable, ya que tradicionalmente el período que sigue a las elecciones en México, son de una reducción en el crecimiento económico.

Una razón relevante de lo anterior, es que el sector industrial ya está en fase de contracción, en el segundo trimestre, la industria en su conjunto habría crecido únicamente un 0.4 por ciento. Además, las manufacturas muestran una tendencia a la baja, que probablemente se acentúe. La explicación principal de lo anterior, es el menor crecimiento de las manufacturas en EU mayor a lo previsto.

Lo que ha venido salvando a la economía, es el dinamismo de la construcción, el cual ya no es suficiente para compensar el retroceso de las manufacturas. A pesar de ser construcciones del sector público de dudosa rendimiento o beneficio para el erario público. Al contrario, todas y cada una de ellas necesitarán de subsidios hasta donde la vista alcanza.

Otros sectores que han venido salvando a la economía ayudándola en mantenerse en cifras positivas es el mercado interno, principalmente los servicios y el comercio.

La estimación del segundo trimestre para este segmento, según el indicador oportuno del INEGI, es un crecimiento de 1.6 por ciento, que, aunque más bajo que en trimestres anteriores, es cuatro veces superior al ritmo de la actividad industrial.

Aunque como dijimos los servicios y el comercio salvaron la economía, sí, pero de caer en un crecimiento negativo, mas no tuvieron el impulso suficiente para impedir una desaceleración global en la economía.

Es por ello que son de suma importancia que las decisiones de política pública que se pretenden implementar el presente sexenio y el inicio de la próxima administración no generen mayor desconfianza entre los empresarios y los consumidores. Porque como hemos visto a economía pende de hilos, y fácilmente se puede dar un incremento de la desconfianza.

Si la desconfianza aumentara, estaríamos a un paso de una situación recesiva en los últimos meses de este año y los primeros de la próxima.

Unos de los sectores que se vieron muy afectados durante este sexenio fueron los sectores agropecuarios, grandes productores de divisas para el país.. Todo inició con la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), que se concretó hace poco más de un año, dejó “un gran hueco” en el otorgamiento de financiamiento a los productores del campo, afirmó Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).


Maestro en Finanzas. Economista

betortizelias@gmail.com