/ martes 25 de octubre de 2022

La esperanza se acompaña de esfuerzo 

Por: Óscar Barraza


Muchas veces hemos escuchado que los sueños se hacen realidad, pero la verdad, no sucede en automático. Los objetivos necesitan hábitos, decisiones, acciones y actitudes que nos permitan llegar a ellos.

Cuando decidí buscar ser presidente municipal lo hice por un sueño, porque siempre había soñado con un Namiquipa de oportunidades y de crecimiento.

Me preguntaba repetidamente, ¿por qué llega un presidente y luego otro y otro, y nada cambia?, entonces comprendí que los cambios que queremos ver debemos provocarlos nosotros mismos.

El primer esfuerzo fue ese, buscar ser presidente y hacerlo con la honestidad que eso requiere. Compartí con cada namiquipense esa gran verdad: los cambios que quieren ver, necesitan de su participación… y ahí empezó una nueva forma de hacer gobierno.

Enfrentamos escenarios difíciles, pero nos mantenemos unidos y eso ha hecho que construyamos el gobierno más eficiente y efectivo de la historia de Namiquipa, el que más obra pública útil ha construido, el que más ha apostado por la educación, el que más ha respaldado a las familias del campo, el que más acciones de vivienda ha ejecutado.

Un gobierno en el que los ciudadanos decidieran, era el sueño que todos teníamos, pero no se dio en automático, fue posible por una serie de actos de confianza mutua a base de resultados: si queremos que la otra parte cumpla, cumplimos.

Aprendimos a provocar con acciones los cambios que queremos ver en nuestras comunidades. En recientes días, después de un año de picar piedra, de trabajo conjunto y de mucha perseverancia, anunciamos una serie de acciones que también fueron un sueño de comunidades enteras y que logramos con el esfuerzo de todas y todos.

Mejoramos la infraestructura de la Primaria Lázaro Cárdenas, construimos una cancha deportiva en la Telesecundaria Ruiz Cortinez, otra en la Primaria Óscar Soto Máynez, una más en la Secundaria México Insurgentes y rehabilitamos diversas instalaciones del CREI Francisco I. Madero.

Cuando digo que estas obras son sueños que se cumplieron, lo hago porque son la aspiración que mamás y papás guardan de que sus hijos e hijas estudien en lugares seguros, dignos y con el mayor número de oportunidades para que se desarrollen integralmente.

Son el sueño de maestros y las maestras que anhelan espacios sanos para hacer su trabajo con el mayor número de herramientas a su disposición. Son el sueño de los niños que aspiran a crecer poniendo en práctica hasta la más mínima de sus curiosidades, explorando hasta el más escondido de sus talentos.

Ha sido un año con incertidumbres de muchos tipos, sobre la economía, sobre el clima, sobre la salud pública… pero hemos sabido conservar la esperanza y acompañarla de las acciones necesarias para que se transforme en realidades.

Al recontar estos resultados confirmo la certeza de que los sueños se trabajan para hacerlos realidad. Los resultados no se dan en automático y bajo esa premisa en Namiquipa avanzamos juntos.