Seguro has escuchado que la forma de expresarse de las personas servidoras públicas y ciudadanas como si fueran dos tipos de seres humanos totalmente diferentes, marcando una clara división entre unas y otras. Esto, tristemente es el resultado de la lejanía entre los gobiernos con la ciudadanía en la toma de decisiones, al grado que las personas comenzaron a rechazar a “los políticos” con justa razón; y aunque existen sus excepciones, todas se encuentran dentro de este grupo en el cual se percibe que sus intereses son diferentes al del resto de la sociedad.
Esta división ha generado grandes problemas sociales que tenemos que reparar poco a poco, pero con un gran sentido de urgencia. Y la única vía, en mi forma de pensar, es volver a la idea central de la democracia: Poner las decisiones en manos de todas las personas. Acercar a la ciudadanía nuevamente a las decisiones, a la revisión, a la colaboración con los gobiernos. Es como un noviazgo que termina y que sólo se puede arreglar con actos que devuelvan la confianza de uno al otro.
Las acciones que tenemos que realizar desde los gobiernos se encuentran en los mecanismos de participación ciudadana, los cuales son las herramientas que tenemos como personas para relacionarnos activamente con el gobierno. Sin embargo, existen aún mentes en el servicio público que ven la participación ciudadana como una pérdida de tiempo o incluso una pérdida de gobernabilidad cuando es justo lo contrario, es darle sentido a la verdadera democracia participativa.
Uno de los mecanismos que existe es el de Contraloría Social, el cual es un derecho que tenemos toda la ciudadanía para vigilar el debido cumplimiento de los servicios públicos, mantenimiento urbano, trámites y servicios, programas, obra pública, etc. Para poder ejercer este mecanismo, únicamente hay que conocer la información sobre cómo se debe dar cada servicio público, a qué tenemos derecho como ciudadanos, qué se debe hacer de mantenimiento en nuestros parques y jardines, cómo se contrata la obra pública, entre otras cosas.
Con esta información podemos vigilar que las cosas sucedan como deben ser y con esto mejorar nuestra ciudad. La lógica dicta que entre más personas voluntarias utilicen la Contraloría Social, mejores servicios vamos a tener. Es por eso que siempre debemos impulsar a que más personas se apropien de los mecanismos de participación establecidos en la ley y fortalecerlos en nuestro reglamento.
Desde la Sindicatura hemos impulsado la participación ciudadana al límite de nuestras posibilidades y lo seguiremos haciendo cueste lo que cueste. Porque lo peor que podríamos hacer como gobierno sería tratar de restringir el involucramiento de más personas en las decisiones. Por eso creamos el ejercicio que denominamos Guardianes Ciudadanos donde, en este momento, más de 100 personas en diferentes colonias nos están ayudando a revisar que los servicios concesionados por el municipio (recolección de basura, mantenimiento de alumbrado público y mantenimiento de parques y jardines), se cumpla a cabalidad con lo contratado, así como la ejecución de los proyectos del Presupuesto Participativo 2020, resultando en 102 millones de pesos vigilados por las personas.
Esto ha resultado en la mejora de los espacios públicos que son vigilados por la ciudadanía, aunque parezca broma existen personas que quieren limitar la vigilancia a que sólo 10 personas en toda la ciudad puedan utilizar este mecanismo. Por eso debemos siempre estar atentos a ampliar la participación y no a cerrarla. Sólo así podremos reivindicar el servicio público y construir esa ciudad en la que soñamos vivir.