/ lunes 19 de agosto de 2024

La importancia de los empresarios y sus organismos en nuestra comunidad

Comúnmente se habla del empresario como una persona de alto nivel económico, lejano a la realidad que vive su comunidad, protegido en una burbuja, que solo busca enriquecerse anteponiendo sus necesidades y objetivos a los de los demás, pero no es así.

Hoy en día, la mayor parte de los empresarios de México, y obviamente de nuestro estado, pertenecen a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMes), es decir, personas que viven diariamente complicaciones para garantizar la operatividad y la sostenibilidad de sus compañías.

Pero hablemos de los objetivos que deben tener los empresarios en su comunidad, y de las distintas aristas que deben enfrentar para lograrlos: un empresario debe generar un impacto positivo en su comunidad, a través de su actividad empresarial, contribuyendo al desarrollo integral y sostenible.

Ser empresario significa crear, organizar y dirigir una empresa para obtener beneficios económicos; eso implica asumir riesgos, tomar decisiones difíciles, trabajar arduamente y ser innovador para lograr el éxito en un mercado competitivo como el nuestro.

El sacrificio de ser empresario implica dedicar tiempo y esfuerzo, renunciar a determinadas comodidades, enfrentar situaciones adversas, asumir responsabilidades y estar dispuesto a superar obstáculos y fracasos, ¡no hay más!

Los empresarios fungen como actores fundamentales en su comunidad, independientemente de los cambios políticos que puedan ocurrir, pues, a pesar de cualquier situación, permanecen en su ciudad, contribuyendo al desarrollo y bienestar.

En contraparte, quienes se dedican a la política, también son esenciales para darle rumbo a la sociedad, generando las condiciones necesarias para el desarrollo y el bienestar. Sin embargo, el político va y viene, es decir, sin denostar su trabajo, el político tiene un empleo con caducidad, lo que genera cambios cíclicos de ideas y de acciones gubernamentales que pueden, en ocasiones, echar abajo proyectos benéficos para la sociedad.

Por ello, resulta fundamental reconocer la importancia del empresario en nuestra sociedad, pues con su compromiso y labor diaria, hace posible, en gran medida, el funcionamiento de la sociedad, la economía y la vida comunitaria, entre otros.

Por otro lado, hablemos de los organismos empresariales, que han desempeñado un rol trascendental en la historia de la ciudad de Chihuahua, contribuyendo al desarrollo económico, social y político de la región.

Los organismos de nuestro sector han promovido la inversión, más empleos mejor remunerados, fomentan la actividad empresarial y la atracción de inversiones, impulsando así el crecimiento económico y al fortalecimiento del tejido empresarial local.

Además, han sido interlocutores clave entre el sector privado y los gobiernos locales, representando los intereses de los empresarios y las empresarias en temas como regulación empresarial, infraestructura, seguridad, entre otros.

Asimismo, han fomentado una cultura emprendedora, la innovación y la competitividad en nuestra ciudad, apoyando a los emprendedores y empresarios locales en el desarrollo de sus proyectos, y en la adopción de buenas prácticas empresariales.

Por último, han promovido la responsabilidad social empresarial en la ciudad de Chihuahua, tan importante hoy en día, impulsando acciones y programas de impacto social, medioambiental y comunitario, que contribuyen al bienestar de la sociedad en su conjunto.

Para terminar, creo que es relevante no confundir la labor y el sacrificio de ser empresario con las acciones de ciertos liderazgos empresariales de nuestra sociedad, ya que, como cité líneas arriba, la mayoría trabaja honradamente y contribuye positivamente al desarrollo económico y social de nuestra ciudad. Importante será comprender que no debemos denostar el nombre y la imagen de quienes generan mejores condiciones de vida para todos.


Comúnmente se habla del empresario como una persona de alto nivel económico, lejano a la realidad que vive su comunidad, protegido en una burbuja, que solo busca enriquecerse anteponiendo sus necesidades y objetivos a los de los demás, pero no es así.

Hoy en día, la mayor parte de los empresarios de México, y obviamente de nuestro estado, pertenecen a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMes), es decir, personas que viven diariamente complicaciones para garantizar la operatividad y la sostenibilidad de sus compañías.

Pero hablemos de los objetivos que deben tener los empresarios en su comunidad, y de las distintas aristas que deben enfrentar para lograrlos: un empresario debe generar un impacto positivo en su comunidad, a través de su actividad empresarial, contribuyendo al desarrollo integral y sostenible.

Ser empresario significa crear, organizar y dirigir una empresa para obtener beneficios económicos; eso implica asumir riesgos, tomar decisiones difíciles, trabajar arduamente y ser innovador para lograr el éxito en un mercado competitivo como el nuestro.

El sacrificio de ser empresario implica dedicar tiempo y esfuerzo, renunciar a determinadas comodidades, enfrentar situaciones adversas, asumir responsabilidades y estar dispuesto a superar obstáculos y fracasos, ¡no hay más!

Los empresarios fungen como actores fundamentales en su comunidad, independientemente de los cambios políticos que puedan ocurrir, pues, a pesar de cualquier situación, permanecen en su ciudad, contribuyendo al desarrollo y bienestar.

En contraparte, quienes se dedican a la política, también son esenciales para darle rumbo a la sociedad, generando las condiciones necesarias para el desarrollo y el bienestar. Sin embargo, el político va y viene, es decir, sin denostar su trabajo, el político tiene un empleo con caducidad, lo que genera cambios cíclicos de ideas y de acciones gubernamentales que pueden, en ocasiones, echar abajo proyectos benéficos para la sociedad.

Por ello, resulta fundamental reconocer la importancia del empresario en nuestra sociedad, pues con su compromiso y labor diaria, hace posible, en gran medida, el funcionamiento de la sociedad, la economía y la vida comunitaria, entre otros.

Por otro lado, hablemos de los organismos empresariales, que han desempeñado un rol trascendental en la historia de la ciudad de Chihuahua, contribuyendo al desarrollo económico, social y político de la región.

Los organismos de nuestro sector han promovido la inversión, más empleos mejor remunerados, fomentan la actividad empresarial y la atracción de inversiones, impulsando así el crecimiento económico y al fortalecimiento del tejido empresarial local.

Además, han sido interlocutores clave entre el sector privado y los gobiernos locales, representando los intereses de los empresarios y las empresarias en temas como regulación empresarial, infraestructura, seguridad, entre otros.

Asimismo, han fomentado una cultura emprendedora, la innovación y la competitividad en nuestra ciudad, apoyando a los emprendedores y empresarios locales en el desarrollo de sus proyectos, y en la adopción de buenas prácticas empresariales.

Por último, han promovido la responsabilidad social empresarial en la ciudad de Chihuahua, tan importante hoy en día, impulsando acciones y programas de impacto social, medioambiental y comunitario, que contribuyen al bienestar de la sociedad en su conjunto.

Para terminar, creo que es relevante no confundir la labor y el sacrificio de ser empresario con las acciones de ciertos liderazgos empresariales de nuestra sociedad, ya que, como cité líneas arriba, la mayoría trabaja honradamente y contribuye positivamente al desarrollo económico y social de nuestra ciudad. Importante será comprender que no debemos denostar el nombre y la imagen de quienes generan mejores condiciones de vida para todos.