Hasta el día de ayer, al momento de escribir esta columna, el valor del Bitcoin llegó a un máximo de 93 mil dólares. En los últimos cinco meses, con altibajos, mantuvo su precio. Hace un año estaba en 26 mil dólares, y en el último año su precio ha mostrado una tendencia ascendente. De haber invertido hace cinco años, se tendría hoy alrededor de 11.5 veces su valor en dólares, dependiendo de la fecha de inversión exacta.
Bitcoin ha logrado generar confianza en los mercados a pesar de tener un origen anónimo y no estar regulado por ninguna institución financiera o autoridad gubernamental. Esto se debe en gran medida a su uso de la tecnología blockchain, que permite una contabilidad pública que garantiza transparencia en las transacciones. Estas pueden ser exploradas por cualquier persona, pero a la vez se protege la identidad de los usuarios. Esto también ha permitido eliminar intermediarios, reduciendo el riesgo de manipulación.
Bitcoin es una moneda descentralizada y autónoma. Esto significa que no está controlada por ningún gobierno o grupo de interés, lo cual protege a los usuarios de decisiones políticas o de intereses particulares.
Otra gran virtud es su oferta limitada y el efecto de escasez. Bitcoin está diseñado para tener un máximo de 21 millones de monedas. El sistema de halving, que reduce la recompensa de los mineros a la mitad cada cuatro años aproximadamente, disminuye la emisión de nuevos bitcoins y crea un efecto de escasez. Esto contrasta con la política monetaria de los bancos centrales de los países, que tienen la facultad de imprimir o generar más monedas de acuerdo con sus políticas económicas. Los bancos centrales buscan regular la economía mediante la administración de la disponibilidad de la moneda, lo cual genera cierto grado de especulación entre los usuarios. Bitcoin, en cambio, tiene una política de oferta limitada y transparente.
Un respaldo muy importante fue la aprobación, en enero de este año, por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) para que fondos basados en Bitcoin puedan operar en los mercados financieros. Con esto, el usuario puede adquirir bitcoins indirectamente mediante la compra de una participación en un portafolio de inversión.
Otra ventaja de Bitcoin es la oportunidad para la innovación. Al ser Bitcoin un código de transferencia, se han creado nuevos mecanismos en torno a la moneda. El más importante ha sido el de los Ordinals, un esquema en el que se divide cada bitcoin en 100 millones de “satoshis”, permitiendo que a estas unidades se les asocien datos específicos como imágenes, archivos o texto. Esto genera la percepción de un valor agregado adicional, generando nuevos usos lo que favorece la demanda.
¿Quién hubiera pensado en el impacto que tendría su primera transacción de 41 dólares por 10,000 bitcoins en la compra de una pizza? En ese entonces, en 2010, Bitcoin no tenía un valor de mercado consolidado, pero esta transacción ayudó a establecer una referencia de valor. Hoy, el valor del mercado de bitcoins es de aproximadamente 1.8 millones de millones de dólares. Esto equivale a un crecimiento de 141 millones de veces en su captación.
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