En un momento crucial para la democracia de nuestro país, es imperativo que abordemos con seriedad y responsabilidad la posible sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión. Este tema no solo amenaza la equidad y la pluralidad en la representación política, sino que también pone en riesgo los derechos fundamentales que nuestra Constitución ha consagrado para proteger la diversidad de voces en la política mexicana.
La representación proporcional, consagrada en el artículo 54 de nuestra Constitución, ha sido una piedra angular para garantizar que todas las voces, incluidas las minorías, tengan un lugar en el debate nacional. Esta disposición no es un simple tecnicismo, es un principio fundamental que ha permitido que nuestra nación evolucione hacia una democracia más inclusiva, plural y justa. La democracia no es solo una cuestión de mayorías, es, sobre todo, la protección de los derechos de todos, especialmente de aquellos que no forman parte de la mayoría.
Si permitimos que un solo partido, o una coalición de partidos, controle tanto la Presidencia de la República como el Congreso, mediante una sobrerrepresentación excesiva, estaríamos comprometiendo la esencia misma de nuestra democracia.
Esta concentración de poder podría llevar a una erosión de los contrapesos necesarios en un Estado de Derecho, limitando el equilibrio que debe existir entre las distintas fuerzas políticas. Además, se estarían subvalorando los votos de millones de ciudadanos, minando su confianza en el sistema democrático.
Es importante recordar que los procesos electorales recientes reflejan la voluntad del pueblo mexicano. Sin embargo, la conformación de la Cámara de Diputados debe respetar los límites que nuestra Constitución establece: ningún partido puede tener una sobrerrepresentación mayor al 8%, ni contar con más de 300 diputados en total. Estos límites no son arbitrarios; son una salvaguarda para asegurar que la representación en el Congreso sea justa y equilibrada, reflejando la pluralidad de nuestra sociedad.
Nos sumamos a las voces de especialistas en derecho que abogan por una interpretación jurídica, histórica, teleológica, garantista y sistemática del artículo 54 constitucional.
Es crucial que esta interpretación conduzca a una integración del Congreso Federal que respete los derechos de las minorías políticas y evite la sobrerrepresentación de la coalición mayoritaria. La Constitución no debe ser interpretada de manera restrictiva; su espíritu es garantizar que todas las voces sean escuchadas y que ningún grupo político tenga un poder desproporcionado.
Permitir que una coalición que obtuvo el 54% de los votos controle el 75% de las curules en la Cámara de Diputados iría en contra de la voluntad de la ciudadanía, que votó por un Congreso con equilibrios. Esto no solo perjudicaría a la oposición, sino que también podría facilitar reformas constitucionales que pongan en riesgo la autonomía del Poder Judicial, la existencia de órganos autónomos y la independencia de las autoridades electorales.
En COPARMEX, hacemos un llamado urgente a las autoridades electorales para que actúen con responsabilidad y compromiso en la defensa de la democracia y la justicia electoral. El futuro de nuestra nación depende de un Congreso que refleje auténticamente la riqueza y pluralidad mexicanas, sin premiar desproporcionadamente a quienes ya detentan el poder. Solo así podremos garantizar que México siga teniendo una democracia vibrante y representativa, donde todos los ciudadanos tengan voz y voto en la construcción del país que queremos.
Presidente de Coparmex Chihuahua
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