/ viernes 26 de agosto de 2022

Las carreteras y su impacto económico

Por: Edgar Piñón

Estimados lectores, posiblemente podrán coincidir conmigo en el planteamiento que estoy por compartir a través de este espacio, y más porque puedo asegurar que al igual que un servidor hemos tenido la oportunidad de transitar por las carreteras de nuestro estado, y quizá más de una vez por las que se trazan a lo largo del territorio nacional.

Y es que, hoy más que nunca, nuestra red carretera presenta un desgaste y deplorable estado en varios de sus tramos, tanto que se han convertido en un riesgo latente para quienes las utilizan para llegar a sus destinos de origen, atenciones médicas, vacaciones o bien fines laborales.

Los constantes percances en automovilistas son cada vez más frecuentes, la falta de señalización, de unidades de auxilio carretero son escasas, y si le sumamos los baches, o desgaste de la cinta asfáltica, hacen del manejo inestable, propiciando estados de estrés vial para los conductores que tienen que agudizar aún más sus sentidos por temor a caer en un hoyo, bache, o simplemente evitar un accidente a causa del mal estado.

Y esto contrasta con el fin primordial de las redes carreteras, que van desde comunicar, acercar bienes y servicios, impulsar el desarrollo socioeconómico y la integración regional. Así como elevar la competitividad y calidad de vida de las poblaciones.

Sin embargo, esto se complica, si no existen las condiciones idóneas para transitarlas, y es que desafortunadamente y conforme al Foro Económico Mundial, nuestro país ocupa apenas el 4° lugar en Latinoamérica en la calidad de la infraestructura carretera, con apenas una calificación de 4.5 de 7 posibles, por debajo de Chile, que obtiene el 5.2 Ecuador y República Dominicana.

En tanto que, en el panorama mundial, del top 50 de países con mejor infraestructura carretera, ocupamos de panzazo el lugar 47, muy alejados de nuestro país vecino de Estados Unidos, y apenas 3 lugares por encima de Panamá.

Asimismo, a inicio del presente año, el gobierno federal dio a conocer que se realizará una inversión cercana a los 2 mil millones de pesos para la reconstrucción de diversas carreteras, caminos rurales y puentes en nueve de los 32 estados del país que fueron dañados por desastres naturales entre los años 2020 y 2021, de los cuales nuestro estado no está contemplado, pese al deterioro que presentan carreteras, como la vía corta a Parral y las carretera Chihuahua-Jiménez y Chihuahua-Ojinaga, que pese al mantenimiento correctivo, éste ha sido insuficiente, perdiendo toda sensibilidad hacia el norte del país.

Incluso y de acuerdo con lo expresado por la Cámara Nacional de la Construcción, actualmente se invierte 2.4% del Producto Interno Bruto (PIB), en mantenimiento carretero, cuando debería contemplar el 5%, muy por debajo al sexenio anterior. Incluso, el mismo presidente de la República ha estimado que la inversión para la conservación de carreteras libres de peaje será de $132 mil 619 millones, mientras que para los caminos rurales será de $97 mil 469 millones su sexenio, rango inferior a lo destinado por el sexenio anterior, que fue de $146 mil millones en más de 2 mil 400 kilómetros.

Es por tanto que al día de hoy pedimos sensibilidad y empatía del gobierno federal, pues la red carretera de Chihuahua es inmensa y requiere de recursos para poder dar mantenimiento y que la población pueda movilizarse con confianza de un destino a otro. Pues no existe algo que genere más inconformidad en los usuarios que caer en un bache sobre la carretera, y que a la vuelta de dos semanas éste continúe existiendo.

En ese sentido el mantenimiento debe realizarse de manera continua y permanente y con ello garantizar un servicio elemental que es el de la seguridad en el transporte y la movilidad de las personas.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local. Diputado local

edgarpinond21@gmail.com

Por: Edgar Piñón

Estimados lectores, posiblemente podrán coincidir conmigo en el planteamiento que estoy por compartir a través de este espacio, y más porque puedo asegurar que al igual que un servidor hemos tenido la oportunidad de transitar por las carreteras de nuestro estado, y quizá más de una vez por las que se trazan a lo largo del territorio nacional.

Y es que, hoy más que nunca, nuestra red carretera presenta un desgaste y deplorable estado en varios de sus tramos, tanto que se han convertido en un riesgo latente para quienes las utilizan para llegar a sus destinos de origen, atenciones médicas, vacaciones o bien fines laborales.

Los constantes percances en automovilistas son cada vez más frecuentes, la falta de señalización, de unidades de auxilio carretero son escasas, y si le sumamos los baches, o desgaste de la cinta asfáltica, hacen del manejo inestable, propiciando estados de estrés vial para los conductores que tienen que agudizar aún más sus sentidos por temor a caer en un hoyo, bache, o simplemente evitar un accidente a causa del mal estado.

Y esto contrasta con el fin primordial de las redes carreteras, que van desde comunicar, acercar bienes y servicios, impulsar el desarrollo socioeconómico y la integración regional. Así como elevar la competitividad y calidad de vida de las poblaciones.

Sin embargo, esto se complica, si no existen las condiciones idóneas para transitarlas, y es que desafortunadamente y conforme al Foro Económico Mundial, nuestro país ocupa apenas el 4° lugar en Latinoamérica en la calidad de la infraestructura carretera, con apenas una calificación de 4.5 de 7 posibles, por debajo de Chile, que obtiene el 5.2 Ecuador y República Dominicana.

En tanto que, en el panorama mundial, del top 50 de países con mejor infraestructura carretera, ocupamos de panzazo el lugar 47, muy alejados de nuestro país vecino de Estados Unidos, y apenas 3 lugares por encima de Panamá.

Asimismo, a inicio del presente año, el gobierno federal dio a conocer que se realizará una inversión cercana a los 2 mil millones de pesos para la reconstrucción de diversas carreteras, caminos rurales y puentes en nueve de los 32 estados del país que fueron dañados por desastres naturales entre los años 2020 y 2021, de los cuales nuestro estado no está contemplado, pese al deterioro que presentan carreteras, como la vía corta a Parral y las carretera Chihuahua-Jiménez y Chihuahua-Ojinaga, que pese al mantenimiento correctivo, éste ha sido insuficiente, perdiendo toda sensibilidad hacia el norte del país.

Incluso y de acuerdo con lo expresado por la Cámara Nacional de la Construcción, actualmente se invierte 2.4% del Producto Interno Bruto (PIB), en mantenimiento carretero, cuando debería contemplar el 5%, muy por debajo al sexenio anterior. Incluso, el mismo presidente de la República ha estimado que la inversión para la conservación de carreteras libres de peaje será de $132 mil 619 millones, mientras que para los caminos rurales será de $97 mil 469 millones su sexenio, rango inferior a lo destinado por el sexenio anterior, que fue de $146 mil millones en más de 2 mil 400 kilómetros.

Es por tanto que al día de hoy pedimos sensibilidad y empatía del gobierno federal, pues la red carretera de Chihuahua es inmensa y requiere de recursos para poder dar mantenimiento y que la población pueda movilizarse con confianza de un destino a otro. Pues no existe algo que genere más inconformidad en los usuarios que caer en un bache sobre la carretera, y que a la vuelta de dos semanas éste continúe existiendo.

En ese sentido el mantenimiento debe realizarse de manera continua y permanente y con ello garantizar un servicio elemental que es el de la seguridad en el transporte y la movilidad de las personas.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local. Diputado local

edgarpinond21@gmail.com