A lo largo de mi carrera en el servicio público, he confirmado repetidamente que la buena política sólo puede generarse estando cerca de la ciudadanía. Las soluciones a los problemas más sentidos de la población sólo pueden surgir si se caminan los mismos senderos que las personas caminan.

Por eso, los últimos días nos hemos enfocado en realizar una agenda de encuentros con la ciudadanía; una agenda en la que ha sido posible generar espacios idóneos para la escucha y la cercanía.

Tuve la oportunidad de estar en diversas comunidades del Estado, y encontrarme con la realidad de personas diversas, con distintas realidades. Desde personas de la comunidad Rarámuri, hasta jóvenes e infantes; todos deben tener su lugar en la toma de decisiones de este Gobierno.

Estuvimos en comunidades de la sierra, para renovar el compromiso con los pueblos originarios, un compromiso que nace de la deuda histórica que tenemos hacia ellos, pero que se construye a partir de una visión de unidad y una aspiración a la paz conjunta. Esto sólo se puede construir acentuando nuestros puntos de encuentro y las razones para permanecer unidos, trascendiendo toda ocasión de dividirnos y alejarnos más.

Así también, hace unos días tuve la oportunidad de conversar con varios jóvenes chihuahuenses y, entre otras cosas, me expresaron su preocupación y su aspiración a construir una sociedad de paz hacia el futuro. Este encuentro fue muy inspirador para una servidora, pues con su energía jovial renovaron mi ímpetu para mirar al futuro con esperanza, y sobre todo, para abrirnos la mente a nuevas ideas y nuevas posibilidades para Chihuahua.

Hoy nuestros jóvenes se merecen una realidad sin polarización, un México sin violencia, con prosperidad y estabilidad, así como un Chihuahua con mejores oportunidades.

Del mismo modo, nuestra atención y escucha de las nuevas generaciones debe ir mucho más allá. Solo es posible pensar en jóvenes sanos y capaces, si antes tuvimos niños seguros y bien cuidados. Fue por eso que también estuve en una de las tantas estancias infantiles que tenemos en el Estado para cuidar a nuestras niñas y niños mientras sus madres salen a trabajar.

Solo así, asegurando que los pequeños tengan un espacio seguro, en donde reciban el cariño y la escucha que necesitan para crecer, en el futuro estaremos en presencia de

jóvenes comprometidos con su Estado, que cuiden de los suyos y que trabajen para que más personas cuenten con espacios seguros.

Abogada y Maestra en Administración y Políticas Públicas. Gobernadora del Estado de Chihuahua.