Por: Lilia Aguilar Gil
Lo que aparentemente es un ajuste de cuentas entre los liderazgos del Cártel de Sinaloa, donde Joaquín Guzmán López entregó a Ismael El Mayo Zambada, o al menos es lo se rumora, hay que visualizar y tratar de prever lo que viene para la política de México y de Estados Unidos, además de las consecuencias para la población, pues los acomodos de los cárteles suelen ser muy violentos.
La noticia del jueves pasado sorprendió como todas aquellas relacionadas con la detención de uno de los jefes del narcotráfico más añejos no sólo del Cártel de Sinaloa, sino de todos los tiempos en este país. El Mayo, junto con El Chapo Guzmán y El Azul formaron el núcleo del Cártel de Sinaloa, siendo Zambada el último líder visible de la agrupación. Se señala que El Mayo habría encabezado la logística del Cártel de Sinaloa para introducir los cargamentos de droga a EEUU. Durante muchos años se le ha considerado el jefe de la organización en la sombra, y quien contribuyó a elevar el perfil del cártel y tejer todas las redes para transitar con la droga.
El Mayo, quien estaba en la lista de los más buscados por EEUU y nunca había sido capturado, espera hoy ser juzgado en Estados Unidos y quizás correr la misma suerte que su antiguo socio.
Las afectaciones que se esperan para México después de la detención de El Mayo son esos reacomodos de liderazgos de este cártel y las células que lo conforman y que como hemos visto en anteriores ocasiones, suelen ser violentos. En 2023, México, de acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), registró más de 40 hechos de desplazamiento por violencia en al menos 11 estados: Chiapas, Chihuahua, Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Estado de México. Esto representa un aumento de 160% con relación a 2022, cuando se reportaron 25 eventos.
Estos desplazamientos se dan “regularmente” debido al destierro de grupos criminales a pobladores para apoderarse de rutas del trasiego de droga o para la trata de migrantes que viajan hacia la frontera con Estados Unidos. El acomodo relacionado a la detención de El Mayo, muy seguramente traerá violencia y probables desplazados, por lo que es urgente que en coordinación, el gobierno que sale y el que entra, deberían hacer un análisis de seguridad, tomar las previsiones y medir los impactos procurando en todo momento la mejor afectación posible hacia la población.
Por otro lado, la detención de El Mayo llega en un momento de turbulencia de la política estadounidense en donde las elecciones están a la vuelta de la esquina. Obviamente fue un acierto de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y al mismo tiempo un acierto para la administración de presidente Joe Biden que culminará su cuatrienio con esta detención, la cual se enmarca en una política en contra de las drogas que si bien no tenido el éxito deseado (el uso e impacto del fentanilo han crecido exponencialmente, en 2016 esta droga estuvo detrás del 62% de las muertes por sobredosis en Washington y para 2022, fue la causa del 96% de las muertes relacionadas con el abuso de drogas), si ha tenido avances importantes para disminuir el daño en aquel país.
Será importante esperar y estar pendientes de las primeras declaraciones de El Mayo pues muy seguramente, habrá nombres azules y rojos a quienes les preocupa que salgan a relucir los “acuerdos” que tuvieron a lo largo de décadas con este capo.
Maestra en Administración y Gestión Pública. Diputada federal.
liliaaguilargil@gmail.com