La baja participación política de la juventud solamente se refleja en las tasas de abstencionismo de las elecciones tanto federales como locales, ya que por el contrario las y los jóvenes si participan y se agrupan en los organismos de la sociedad civil. Es decir la problemática real no es que no participen activamente en generar oportunidades y mejores condiciones de vida, sino en que no les gusta ir a votar. Es un rechazo colectivo al sistema, una especie de manifestación general contra los partidos políticos por no sentirse representados. Prefieren no acudir a las urnas, que tener que votar por el “menos” peor. Por consiguiente nuestra misión como sociedad debe de ser encontrar esas alternativas de participación, en donde las y los jóvenes podamos defender nuestras propias causas.
En la actualidad existen infinidad de grupos y colectivos juveniles, desde los organismos empresariales, asociaciones civiles sin fines de lucro, equipos deportivos, colectivos culturales, ambientales, de equidad de genero y hasta los académicos. De modo que los gobiernos y partidos políticos necesitan urgentemente voltear a ver estas organizaciones, que identifiquen estos liderazgos y abran más espacios para la participación de las y los jóvenes. Para que un futuro no muy lejano, puedan sentirse representados dentro de un organismo político y puedan abanderar sus causas desde un cargo de elección popular. Es una tarea que requiere de voluntad política, que los que dirigen la vida pública de nuestro país compartan la toma de decisiones con un sector muy importante de la sociedad como lo es el juvenil.
Uno de los aspectos que vino a revolucionar la manera de ver y la forma de hacer política, son las redes sociales. Hoy en día es mucho más fácil, gracias a las redes sociales, saber que están haciendo nuestros representantes populares y servidores públicos, ya que al alcance de un tweet o una publicación en Facebook están sometidos a un fuerte nivel de escrutinio público. Debido a que una mala o buena acción que emprendan se puede hacer viral fácilmente en cuestión de minutos. A diferencia de los medios tradicionales (televisión, radio y prensa), las redes sociales vinieron a democratizar la opinión pública, ya que brindan un acceso universal y gratuito a sus usuarios.
Por lo tanto, fomentan una interacción continúa de los usuarios en las actividades políticas, creando nuevas opiniones y voces políticas. Considero que las redes sociales son un excelente instrumento para que las y los jóvenes obtengan información en tiempo real acerca de sus representantes populares y servidores públicos, pero también que utilicen estas plataformas para alzar la voz y que de manera responsable exijan a sus gobiernos que hagan mejor su trabajo. Esta coyuntura debe ser aprovechada por los diferentes organismos políticos para llegar a esa población más joven, que difícilmente consumen los medios tradicionales. Pero deben de hacerlo de una forma original y atractiva, que en verdad pueda atraer a que las y los jóvenes se animen a participar en la política.
Asimismo otro aspecto importante a la hora de fomentar la participación ciudadana de las y los jóvenes en la política es la educación cívica desde temprana edad, pero a su vez no descuidar esta importante materia en la educación media superior y sobre todo en la educación profesional. Las universidades juegan un rol importante en el acercamiento de las y los jóvenes en la política, es aquí donde convergen la universalidad de ideas. En el que los universitarios conviven con otros jóvenes que piensan diferente a ellos, pero que la finalidad es el bien común para todos.
Es por ello, que justo en esta etapa de formación se deben redoblar los esfuerzos, no solo para convertir a los estudiantes en buenos profesionales, sino en buenos ciudadanos, que participen, que acompañen, que escruten el ejercicio de sus gobiernos, y no sólo eso, sino que aporten de sus conocimientos y habilidades que permitan establecer nuevos mecanismos de toma de decisiones. Además esta tarea no es exclusiva de las universidades, también los organismos electorales son responsables de que la educación cívica llegue a toda la población y en el caso concreto, a las y los jóvenes de México. La tarea de los organismos electorales es descubrir nuevos canales de comunicación que sean útiles para transmitir a las nuevas generaciones como pueden emitir su voto y cuales son los mecanismos de participación ciudadana que existen en la actualidad.
En conclusión, el reto para los partidos políticos, gobiernos y organismos electorales para que las y los jóvenes participen activamente en la democracia, no es cosa menor, ni mucho menos es algo que se va a resolver en el corto plazo. Se requiere un esfuerzo institucional y sistemático para que se genere más conciencia cívica y que los jóvenes estemos más informados, seamos más críticos y nos convirtamos en líderes dentro del entorno en el que nos relacionamos.
Las y los jóvenes en gran parte están desinteresados de la política en general. Los grupos juveniles de la sociedad civil organizada necesitan ser escuchados, para garantizar una efectiva y verdadera participación en la democracia. No todos los jóvenes aspiran a un cargo de elección popular o ser servidores públicos, pero lo que no me queda duda es que la mayoría busca ser tomados en cuenta para decidir lo mejor para su comunidad. Invito a todos los jóvenes de Chihuahua a no rendirse, a seguir siendo inquietos y luchar por el Estado y País que siempre hemos soñado.
Mauricio Corona Aguilar. Integrante de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.