El fenómeno de la migración es muy complejo, ya se trate de personas que se trasladan de manera voluntaria, por deportaciones o que son desplazadas de otros países o dentro del propio, que debe ser atendido con sensibilidad y empatía; no es un tema menor, mucho menos en lugares donde el número de trabajadores agrícolas es grande, tales como la región centro sur del estado, Cuauhtémoc, la región noreste y, por su situación geográfica, la frontera, especialmente Juárez.
Los aspirantes a cargos de elección popular, particularmente al Gobierno del Estado, deben incorporar este tema en su justa dimensión y de manera seria; en principio, atendiendo los diagnósticos cuantitativos y cualitativos que existen, entenderlo como ayuda humanitaria e incorporar al Plan Estatal de Desarrollo soluciones con políticas públicas que sirvan para dotar a los migrantes de mejores condiciones, que van desde vivienda, salud, educación, empleo, mejores salarios, asesoría y acompañamiento legal y psicosocial, su atención debe empezar por la garantía de sus derechos como seres humanos, con especial énfasis en mujeres, jóvenes y niños.
Entender y abordar la problemática es urgente; es este otro tema donde la coordinación interinstitucional y social ha sido muy endeble, la dispersión de esfuerzos ha postergado las soluciones, quizá por el desinterés o ignorancia de quienes gobiernan, situación que deteriora la forma de vida no sólo de estas personas y sus familias, sino de los lugares donde se asientan voluntaria o circunstancialmente.
No imagino qué sería de muchos de nosotros si tuviéramos que marcharnos de nuestro lugar de origen o donde sea nuestro deseo vivir, si al no encontrar condiciones de seguridad y desarrollo, tuviéramos que ser desplazados a lugares y clima totalmente desconocidos, en ocasiones con un idioma diverso, sin tener el más mínimo patrimonio, sometidos a discriminación, maltrato y apatía; migrantes podemos llegar a ser cualquiera, por ello considero de suma importancia que los ciudadanos exijamos soluciones efectivas.
Actualmente, Chihuahua cuenta con una Ley de Atención a Migrantes que en su aplicación ha quedado corta; existe una Comisión Estatal de Atención a Migrantes que se encuentra en Ciudad Juárez, pero que definitivamente ha sido insuficiente; en diversos municipios encontramos albergues o comedores que tampoco son suficientes. Muchos migrantes se encuentran en la frontera con Estados Unidos esperando el cambio de las políticas que prometió el nuevo gobierno del presidente electo Joe Biden, quien los colocó como parte toral de su discurso y propuestas de campaña; aún se recuerda el famoso “Aguanten, ya llego” con el que se renovaba la esperanza para ellos, comparándolo tan sólo con los últimos 140 mil deportados de octubre y noviembre por la administración Trump, pero por lo pronto están en México, asentados en la frontera, demandando toda clase de servicios, sin ánimo alguno de residir o de hacer vida donde físicamente se encuentran, sólo consideran estar de paso, no generan estabilidad ni raíces de ningún tipo, son personas que provisionalmente debemos atender, que presupuestalmente hablando significan una inversión importante.
Por todo ello, debemos enfocar bien los problemas que enfrentan los migrantes, pasar de la buena voluntad a la acción real, cada vez es mayor la migración; es tiempo de respuestas con sentido humano, con total respeto a los derechos de las personas sin importar su lugar de origen.