Estos primeros días de noviembre son días para recordar a nuestros ancestros y para hacer una reflexión sobre la fragilidad humana, y también es una oportunidad para conocer la historia de los panteones de nuestra ciudad de Chihuahua.
Hasta antes de las Leyes de Reforma los panteones estuvieron a cargo del clero católico, los restos de las personas que fallecían eran inhumados en el interior de los templos, dicha costumbre fue a propuesta de los sacerdotes permitiendo que los sepulcros se llevarán a cabo en los atrios.
Se deja de inhumar los cuerpos de las iglesias por la sospecha que se tenía que la terrible pandemia de cólera de la época era producida por la contaminación de los cementerios que se encontraban en el interior de las iglesias.
Fue el ex Gobernador Luis Terrazas, quien dispuso que el cementerio anexo a la catedral fuera desmantelado en el año de 1886, también se desmanteló el panteón anexo al templo de San Francisco de Asís y solo perdura el del Santuario de Guadalupe.
El primer panteón civil de la ciudad de Chihuahua, se construyó en el año de 1802, su nombre fue el de “San Felipe” y contó inicialmente con 40 sepulturas, fue el ayuntamiento quien en base a una cédula real ordenó su edificación y años después su ampliación el 15 de febrero de 1821.
En este primer panteón fueron sepultados los restos de Allende, Aldama, Jiménez y otros caudillos de la insurgencia que fueron fusilados en Chihuahua a mediados de 1811. Los terrenos de este panteón ocupaban parte del Jardín Abraham González de la Quinta Touche y el Templo de la Trinidad ya que, en el año de 1882, el ex Gobernador Luis Terrazas prolongó la avenida Independencia hasta el Paseo Bolívar.
Durante el año de 1849 la epidemia de cólera obligó al Ayuntamiento a construir un nuevo panteón al cual se le denomino “Panteón de la Merced” este fue clausurado al agotarse su espacio y en el año de 1925, su predio sirvió para construir el actual “Parque Urueta”.
En 1853 el Ayuntamiento estableció otro panteón denominado “Nuestra Señora de la Regla “el cual sirvió principalmente para familias de clase acomodada, fue clausurado en mayo de 1885 pero esta orden no se obedeció hasta que el General Francisco Villa decreto en 1914 su clausura junto con la del cementerio de Santa Rosa.
En el panteón de “Santa Rosa”, se llevaron a cabo varios de los fusilamientos de la época del dominio villista durante los años de 1913, 1914 y 1915.
También existió otro panteón llamado “General o del Santo Niño” el cual, al ser destruido, dejó su predio para ser construida la Ciudad Deportiva y el Campo Universitario.
Hoy en día tenemos el “Panteón de Dolores”, el “Panteón Municipal”, el “Panteón de la Colina”, el “Panteón San José”, el “Panteón Nombre de Dios” y varios más, siendo una práctica cada día más común la incineración y la colocación de las cenizas nuevamente al interior de los templos.
¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!
Maestra en derechos humanos. Servidora pública en la Secretaría de Salud de Gobierno del Estado.
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