/ miércoles 20 de julio de 2022

Marcelo y Obrador, equipo ganador

Por Bertha Caraveo


Uno de los aliados y protagonistas de la Cuarta Transformación que ha acompañado al Presidente desde hace más de 20 años, es el canciller Marcelo Ebrard. Caracterizado por su compromiso con la Cuarta Transformación y eficacia política, es, sin duda, no sólo uno de los protagonistas del cambio verdadero con mayor notoriedad, sino también un gran activo de nuestro movimiento. No por nada ha sido el funcionario con mayor asistencia a las conferencias matutinas del Presidente en 154 ocasiones y participando 147 veces.


El ejercicio de nuestra política exterior ha consistido en recuperar la rectoría de nuestros principios constitucionales y una visión humanista del papel internacional que debía ocupar México y que afortunadamente hoy tiene. Dicha política exterior y buenas relaciones con todo el mundo es lo que nos permitió gozar con vacunas en tiempo récord, revitalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), impulsarnos como líderes regionales siendo sede de las negociaciones entre autoridades venezolanas y la oposición, ejercer la diplomacia pública, expandir los programas sociales a Centroamérica para atender las causas estructurales de la migración y mantener cálida nuestra relación con Estados Unidos, que no hace falta mencionar la importancia económica y cultural para Chihuahua y todo México. Todo ello, recuperando soberanía y con la notable imparcialidad que nos permite el principio de no intervención. Esencialmente, esto representa la internacionalización de la doctrina que señala que, por el bien de todos, primero deben ir los pobres y las pobres. En ese proceso, bajo el liderazgo del presidente López Obrador, su hombre de confianza en el gabinete, Marcelo Ebrard, ha sido fundamental.

Con este paradigma toma enorme relevancia la reciente visita del presidente López Obrador al presidente Biden en Washington DC. No sólo por la interdependencia que caracteriza la relación de nuestros países, sino por las propuestas planteadas por nuestro gobierno y acciones concretas que serán tomadas en consecuencia.

En primer lugar, resalta la inversión económica conjunta para la modernización de la infraestructura fronteriza, buscando proyectos a lo largo de tres mil kilómetros, mismos que harán el flujo comercial y migratorio mucho más seguro y eficiente. Esta inversión generará empleos bien remunerados que son vitales para ambas naciones. Además, bajo propuesta de nuestro país, Estados Unidos otorgará 260 mil visas de trabajo temporales que representan la inédita oportunidad de que miles de mexicanos puedan trabajar de manera regular en Estados Unidos.

En segundo lugar, se encuentra el acuerdo de intercambio de bienes agrícolas a partir de una visión de seguridad alimentaria, nuestro país acordó comprar hasta 20,000 toneladas de leche en polvo a Estados Unidos para ayudar a las familias mexicanas de las comunidades rurales y urbanas. Finalmente, México comprará hasta un millón de toneladas de fertilizantes para distribuirlo entre los agricultores y pequeños productores a lo largo de todo el país.


Asimismo, en un acto de solidaridad internacional, México garantiza el abasto de gasolina en la frontera norte para que los estadounidenses puedan llenar los tanques de sus vehículos con respecto a un tema que nos aqueja a ambos, la inflación. Dicho proceso, ha encarecido los precios en todo el mundo, y requiere de acuerdos para los cuales esta reunión también será vital. Por ejemplo, con un plan de inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan los mercados de México y Estados Unidos, evitando así la importación de otras regiones, además de la propuesta de relajar aranceles para paliar los precios en ambos lados de la frontera.

Una y otra vez ha quedado de manifiesto que Marcelo y Obrador son un equipo ganador. No sólo lo demuestra la reciente reunión entre el presidente López Obrador y Biden, sino la transformación de nuestra política exterior y la eficacia que demuestra nuestro Secretario de Relaciones Exteriores, hombre de confianza del Presidente e incansable trabajador por el bienestar de México y Chihuahua.


Por Bertha Caraveo


Uno de los aliados y protagonistas de la Cuarta Transformación que ha acompañado al Presidente desde hace más de 20 años, es el canciller Marcelo Ebrard. Caracterizado por su compromiso con la Cuarta Transformación y eficacia política, es, sin duda, no sólo uno de los protagonistas del cambio verdadero con mayor notoriedad, sino también un gran activo de nuestro movimiento. No por nada ha sido el funcionario con mayor asistencia a las conferencias matutinas del Presidente en 154 ocasiones y participando 147 veces.


El ejercicio de nuestra política exterior ha consistido en recuperar la rectoría de nuestros principios constitucionales y una visión humanista del papel internacional que debía ocupar México y que afortunadamente hoy tiene. Dicha política exterior y buenas relaciones con todo el mundo es lo que nos permitió gozar con vacunas en tiempo récord, revitalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), impulsarnos como líderes regionales siendo sede de las negociaciones entre autoridades venezolanas y la oposición, ejercer la diplomacia pública, expandir los programas sociales a Centroamérica para atender las causas estructurales de la migración y mantener cálida nuestra relación con Estados Unidos, que no hace falta mencionar la importancia económica y cultural para Chihuahua y todo México. Todo ello, recuperando soberanía y con la notable imparcialidad que nos permite el principio de no intervención. Esencialmente, esto representa la internacionalización de la doctrina que señala que, por el bien de todos, primero deben ir los pobres y las pobres. En ese proceso, bajo el liderazgo del presidente López Obrador, su hombre de confianza en el gabinete, Marcelo Ebrard, ha sido fundamental.

Con este paradigma toma enorme relevancia la reciente visita del presidente López Obrador al presidente Biden en Washington DC. No sólo por la interdependencia que caracteriza la relación de nuestros países, sino por las propuestas planteadas por nuestro gobierno y acciones concretas que serán tomadas en consecuencia.

En primer lugar, resalta la inversión económica conjunta para la modernización de la infraestructura fronteriza, buscando proyectos a lo largo de tres mil kilómetros, mismos que harán el flujo comercial y migratorio mucho más seguro y eficiente. Esta inversión generará empleos bien remunerados que son vitales para ambas naciones. Además, bajo propuesta de nuestro país, Estados Unidos otorgará 260 mil visas de trabajo temporales que representan la inédita oportunidad de que miles de mexicanos puedan trabajar de manera regular en Estados Unidos.

En segundo lugar, se encuentra el acuerdo de intercambio de bienes agrícolas a partir de una visión de seguridad alimentaria, nuestro país acordó comprar hasta 20,000 toneladas de leche en polvo a Estados Unidos para ayudar a las familias mexicanas de las comunidades rurales y urbanas. Finalmente, México comprará hasta un millón de toneladas de fertilizantes para distribuirlo entre los agricultores y pequeños productores a lo largo de todo el país.


Asimismo, en un acto de solidaridad internacional, México garantiza el abasto de gasolina en la frontera norte para que los estadounidenses puedan llenar los tanques de sus vehículos con respecto a un tema que nos aqueja a ambos, la inflación. Dicho proceso, ha encarecido los precios en todo el mundo, y requiere de acuerdos para los cuales esta reunión también será vital. Por ejemplo, con un plan de inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan los mercados de México y Estados Unidos, evitando así la importación de otras regiones, además de la propuesta de relajar aranceles para paliar los precios en ambos lados de la frontera.

Una y otra vez ha quedado de manifiesto que Marcelo y Obrador son un equipo ganador. No sólo lo demuestra la reciente reunión entre el presidente López Obrador y Biden, sino la transformación de nuestra política exterior y la eficacia que demuestra nuestro Secretario de Relaciones Exteriores, hombre de confianza del Presidente e incansable trabajador por el bienestar de México y Chihuahua.