/ jueves 20 de junio de 2024

México en la cuerda roja


Oh, mi patria, tan bella y perdida … !!

Giuseppe Verdi (del texto Nabuco 1841)


La historia ha demostrado que sin educación los pueblos son fácilmente sometidos donde los grandes imperios la han reservado únicamente a grupos muy reducidos, pues (según ellos) sembrar la semilla de la educación en todos los estratos sociales significaría un riesgo latente que traería consigo revoluciones y en consecuencia mayores exigencias de bienestar de las masas. Los gobernantes demagogos y populistas tienen en la ignorancia de sus gobernados a su mejor aliado y un perfecto circo romano.

Diversos estudios de Latinoamérica de prestigiadas universidades o textos de Eduardo Galeano, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, etc. han sido extraordinariamente descriptivos de una narrativa de la miseria como fuente de un contexto de vida, donde la serotonina de la mayoría se niega a sentir dolor. En 1950 una paupérrima mujer argentina a la que le faltaba una mano logró tocar un brazo de Evita Perón, (esposa del dictador Juan Domingo Perón) dijo a la radio que había sido como si hubiera tocado a Dios y que su mano regresaría.

Todo esto viene a influir en el comportamiento de una enorme población pobre, ignorante, enferma y sin ambiciones de salir de ello, bajo una democracia “maniatada”.

La revolución mexicana si bien propició cambios entre la población, estos no fueron lo suficientemente cualitativos para un mejor país. De no haber sido por la puerta abierta hacia el norte a los Estados Unidos, sé hubiesen gestado diversos movimientos armados mayores a los “cristeros” al igual que en América Latina contra los dictadores. Ante la frase popular de Joseph deMaistre de que: “cada pueblo tiene los gobernantes que merece”, se debe a la forma en que los gobernantes van embruteciendo con miles de mentiras a los desprotegidos con la idea sublime de que deben sentirse orgullosos de ser pobres y que sus enemigos son la clase media; que razón tenía José Ingenieros en su ensayo El Hombre Mediocre al decir: “los hombres también están supeditados como voluntades sumisas. Muchos nacen, pero pocos viven realmente”.

El fondo de todo esto es la limitada educación y su subdesarrollo en la vida social, económica, cultural y democrática. Si bien los Estados Unidos con todos sus pro y contra, se constituyó desde finales del siglo XIX hasta 1970 en refugio de 65 millones de migrantes de todo el mundo. Hoy 37.3 millones de migrantes mexicanos o sus descendientes viven en ese país y es motivo de las remesas por 63 mil millones de dólares a México, que nuestro presidente presume como si fuera programa de gobierno.

Lamentablemente a los gobiernos populistas de izquierda, como Venezuela, Nicaragua o Cuba (los mejores aliados actuales de México) la educación tiene por destino el adoctrinamiento en donde se orienta hacia los principios básicos del socialismo. Las ciencias sociales es el objetivo y las ciencias exactas prácticamente “meterlas debajo del tapete de la historia”. Es suficiente con ver las condiciones de vida de los países de la exURSS, hoy tratando de reconstruir sus pueblos y economías.

Lo que si es reprobable en México son las conductas de infinidad de profesionistas con licenciaturas, maestrías y doctorados que estén al servicio incondicional de una política de Estado, orientada a destruir las instituciones democráticas y lo más sagrado que pueda tener una nación que representa la división de poderes y las libertades. Ellos mismos son testigos del clima de inseguridad y sus consecuencias, de la mortalidad que arrojó el criminal manejo de la pandemia, de la desaparición del Seguro Popular, de los niños con cáncer, de la crisis migratoria, de la asfixiante deuda externa, de la empresa más endeudada del planeta: Pemex, etc. Me pregunto cómo mortales que somos sí estarán orgullosos al final de sus días al ver la tristeza en los ojos de sus nietos por haber respaldado una elección de Estado por 30 monedas.


Licenciado en Derecho. Activista social.

efconsultor@yahoo.com



Oh, mi patria, tan bella y perdida … !!

Giuseppe Verdi (del texto Nabuco 1841)


La historia ha demostrado que sin educación los pueblos son fácilmente sometidos donde los grandes imperios la han reservado únicamente a grupos muy reducidos, pues (según ellos) sembrar la semilla de la educación en todos los estratos sociales significaría un riesgo latente que traería consigo revoluciones y en consecuencia mayores exigencias de bienestar de las masas. Los gobernantes demagogos y populistas tienen en la ignorancia de sus gobernados a su mejor aliado y un perfecto circo romano.

Diversos estudios de Latinoamérica de prestigiadas universidades o textos de Eduardo Galeano, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, etc. han sido extraordinariamente descriptivos de una narrativa de la miseria como fuente de un contexto de vida, donde la serotonina de la mayoría se niega a sentir dolor. En 1950 una paupérrima mujer argentina a la que le faltaba una mano logró tocar un brazo de Evita Perón, (esposa del dictador Juan Domingo Perón) dijo a la radio que había sido como si hubiera tocado a Dios y que su mano regresaría.

Todo esto viene a influir en el comportamiento de una enorme población pobre, ignorante, enferma y sin ambiciones de salir de ello, bajo una democracia “maniatada”.

La revolución mexicana si bien propició cambios entre la población, estos no fueron lo suficientemente cualitativos para un mejor país. De no haber sido por la puerta abierta hacia el norte a los Estados Unidos, sé hubiesen gestado diversos movimientos armados mayores a los “cristeros” al igual que en América Latina contra los dictadores. Ante la frase popular de Joseph deMaistre de que: “cada pueblo tiene los gobernantes que merece”, se debe a la forma en que los gobernantes van embruteciendo con miles de mentiras a los desprotegidos con la idea sublime de que deben sentirse orgullosos de ser pobres y que sus enemigos son la clase media; que razón tenía José Ingenieros en su ensayo El Hombre Mediocre al decir: “los hombres también están supeditados como voluntades sumisas. Muchos nacen, pero pocos viven realmente”.

El fondo de todo esto es la limitada educación y su subdesarrollo en la vida social, económica, cultural y democrática. Si bien los Estados Unidos con todos sus pro y contra, se constituyó desde finales del siglo XIX hasta 1970 en refugio de 65 millones de migrantes de todo el mundo. Hoy 37.3 millones de migrantes mexicanos o sus descendientes viven en ese país y es motivo de las remesas por 63 mil millones de dólares a México, que nuestro presidente presume como si fuera programa de gobierno.

Lamentablemente a los gobiernos populistas de izquierda, como Venezuela, Nicaragua o Cuba (los mejores aliados actuales de México) la educación tiene por destino el adoctrinamiento en donde se orienta hacia los principios básicos del socialismo. Las ciencias sociales es el objetivo y las ciencias exactas prácticamente “meterlas debajo del tapete de la historia”. Es suficiente con ver las condiciones de vida de los países de la exURSS, hoy tratando de reconstruir sus pueblos y economías.

Lo que si es reprobable en México son las conductas de infinidad de profesionistas con licenciaturas, maestrías y doctorados que estén al servicio incondicional de una política de Estado, orientada a destruir las instituciones democráticas y lo más sagrado que pueda tener una nación que representa la división de poderes y las libertades. Ellos mismos son testigos del clima de inseguridad y sus consecuencias, de la mortalidad que arrojó el criminal manejo de la pandemia, de la desaparición del Seguro Popular, de los niños con cáncer, de la crisis migratoria, de la asfixiante deuda externa, de la empresa más endeudada del planeta: Pemex, etc. Me pregunto cómo mortales que somos sí estarán orgullosos al final de sus días al ver la tristeza en los ojos de sus nietos por haber respaldado una elección de Estado por 30 monedas.


Licenciado en Derecho. Activista social.

efconsultor@yahoo.com